El test del Getafe mide la talla del Athletic

Enfrentarse hoy en día al Getafe que prepara José Bordalás es como tener que superar el test de calidad, es la medida que refleja si un equipo está preparado para competir en la Liga o no. El club madrileño propone partidos intensos, una especie de carrera de obstáculos y pruebas a resolver que solo los que están plenamente concentrados los 90 minutos que dura el encuentro son capaces de sacar adelante. Si no, el Getafe será capaz de penalizar del mismo modo que la pasada Liga, cuando solo necesitó un gol de Ángel en el tramo final del partido para aprovechar uno de los pocos errores del Athletic.

«Ya sabemos qué tipo de partido va a ser, cerrado y de pocos goles. Es un equipo que sabe a lo que juega, está muy bien trabajado», explicó Ibai ayer en la sala de prensa de Lezama. «Ya aprendimos el año pasado que van a ser agresivos, no nos van a dejar meter balones por dentro y a la contra serán peligrosos. Así que las cosas que sabemos las tendremos que hacer a la perfección para sacar los tres puntos», admitió el de Santutxu.

Al frente José Bordalás, el máximo artífice del éxito de un Getafe que el pasado curso se quedó a las puertas de la Champions pero celebró una quinta plaza que les ha devuelto a Europa. Un equipo de autor, totalmente reconocible en su comportamiento en los encuentros. Para muchos se trata de un rival áspero y que no levanta pasiones ni admiradores, pero no deja de ser un gran ejemplo de lo que se puede conseguir con una idea muy clara de juego y trabajo, muchísimo trabajo. Suele decir Bordalas que «sin esfuerzo no hay recompensa», y por ello los futbolistas que recalan en el Getafe se asombran de la cantidad de horas que acumulan en el club del sur de Madrid para asimilar los conceptos del entrenador de la Rabasa. De ahí esa valoración de Ibai Gómez al asegurar que «se trata de un equipo muy bien trabajado».

Para esta temporada, donde el Getafe deberá alternar competición doméstica y europea, el club que preside Ángel Torres no se ha vuelto loco. El descenso a Segunda dejó unas cuantas enseñanzas, en especial que los grandes fichajes no significan éxito seguro, y con Bordalás en el banquillo el Getafe ha ido a lo seguro, a la experiencia y al rendimiento inmediato, más que a fichajes de nombres.

El equipo al que se va a medir el Athletic mantiene el bloque del pasado curso, que era el gran reto al que se enfrentaban desde la dirección azulona, y sobre todo a su guía. En unas recientes declaraciones, Bordalás reconocía que «tuve varias propuestas, pero al final el Getafe es el equipo que en su momento, no hay que olvidar, llamó a mi puerta en una situación muy delicada. Yo estoy feliz, tengo el reconocimiento de mi presidente, de la afición, somos una familia y es una decisión profesional. Continúo en Getafe con toda la ilusión del mundo». Así que atados los responsables de que el club regresara a Europa, para la nueva campaña los fichajes se han centrado en dar profundidad a la plantilla y a reforzar puestos puntuales.

Por ejemplo, ha regresado al club Fayçal Fajr, que ha pasado de descender el pasado curso en Francia con el Caen a jugar la Europa League; Enric Gallego y Etxeita han seguido el mismo camino tras el descenso del Huesca, y Nyom ha dejado el West Brom en la Championship. Es decir, se han buscado futbolistas del agrado de Bordalás, más allá de su procedencia, y con una amplia experiencia en el mundo del fútbol. El contrapunto a tanta veteranía lo ha puesto la llegada de Cucurella.

Como resultado, el Getafe parte esta Liga con la segunda media de edad más alta, 28 años, y con una apuesta que no engaña a nadie. Así que el Athletic ya sabe lo que le espera mañana en el Coliséum. Una réplica del partido del pasado curso, con muy pocas ocasiones, mucha pizarra y espacios reducidos. «Será un partido completamente diferente al del Barcelona», resumió Ibai Gómez.