Las sonrisas de tres exrojiblancos: Rico sube a Primera y Bolo y Ziganda logran la permanencia

Después de acabar su contrato en Bilbao, Rico volvió a la que es su segunda casa: a Huesca. Y se ha convertido en un puntal para el salto de categoría. Ha disputado, a sus 35 años, todos los encuentros del ejercicio, 41, ha marcado siete dianas y ha ofrecido siete asistencias. El centrocampista, un futbolista comprometido, ejemplo de estajanovismo sobre el césped, se ha echado el equipo a la espalda y ha conseguido que regrese a la primera oportunidad a Primera. Como el Cádiz, el cuadro aragonés jugará la próxima campaña en la máxima categoría.

Mientras tanto, Bolo salvó a la Ponferradina. En un final de ejercicio complicado, con cinco derrotas consecutivas hasta el triunfo de este viernes, los bercianos se acercaron al abismo. Pero en la penúltima jornada doblegaron al Almería y se ganaron el derecho a seguir en Segunda, un año después de lograr el salto desde Segunda B. La plantilla lo celebró por todo lo alto con él: entró en la rueda de prensa por sorpresa, encabezada por Yuri, el autor del gol de la salvación. Por cierto, su triunfo ayudó al Huesca de Rico.

Por su parte, Cuco, acompañado de Bingen Arostegi, permitió al Oviedo mantenerse en Segunda. Cogió al equipo asturiano en las últimas, en descenso, deprimido. Pero cinco victorias en la época postconfinamiento, salpicadas con tres empates han servido para que los carbayones compitan otra campaña más en la categoría de Plata. De hecho, los asturianos son el mejor equipo en las últimas trece jornadas, con 24 puntos, por delante del Fuenlabrada. Eso les ha valido para recaudar la continuidad.

Y ésa es la meta de Bóveda, Sabin, Aketxe y el cedido Peru Nolaskoain, con el Deportivo. Ahora están en descenso, a un punto de la salvación. Deben ganar al Fuenlabrada, que busca entrar en los play-off, el lunes. De lo contrario, un histórico como la formación de Riazor puede caer a Segunda B. Igual que el Numancia, a dos créditos de su vida.