«No soñaba con cosas tan grandes»

- Banderas en los balcones, paradas de metro disfrazadas de San Mamés, gabarras, ciudades teñidas de rojo y blanco... ¿Donde encuentra la paz?

- A día de hoy, en casa. Intento evadirme de todo ello, aunque es difícil. Bilbao y Athletic van de la mano y eso se ve. Banderas en los balcones, la parada de Moyúa... Es impresionante. Es lo que supone ganar un título en Bilbao.

- ¿Tanta agitación social es buena? Es la ilusión, de acuerdo, ¿pero no les añade más presión y responsabilidad?

- No. Es la misma presión del primer día. Es una final y supone algo más que un partido de Liga, pero la afición del Athletic es así y es normal que se ilusione tanto con un título porque la Copa es fundamental en Bilbao. Que se viva así es impresionante; lo que tenemos que hacer es disfrutarlo con cautela y no pensar que hemos ganado el título. Es una final, y hasta ahí. Cuando termine el partido y tengamos los deberes hechos tocará celebrarlo, no antes del tiempo.

- ¿Siente el peso de la historia?

- Entiendo la pregunta, pero creo que no. Es mi primera final, la afronto y no quiero meterme tanto peso encima. Quiero jugar como todo el año, en el que las cosas están saliendo muy bien, repetir lo que hicimos contra grandes equipos y en el último partido ante el Mallorca. Podemos hacer una bonita final.

- ¿En casa se habla de ella o está prohibido?

- Se habla más del tema de las entradas, del viaje, de dónde se van a quedar a dormir los familiares. De lo que es el partido, no.

- ¿Cuando está solo deja volar la imaginación o desconecta?

- Intento no pensar mucho en el partido. Es difícil hacerlo porque siempre sale el tema. Vas paseando y entras en un bar a tomar algo y se habla de la final. Intento quitarme ese peso de encima.

- ¿Con qué sueña un delantero?

- Sueño con estas cosas. Cuando vine el año pasado, no soñaba con cosas tan grandes. Pero luego ves que casi llegas a una final y que este año se están haciendo muy bien las cosas, pasando rondas, crees que puedes llegar y, por qué no, levantar la Copa. Cada vez está más cerca. Hay que intentar estar tranquilos y afrontarlo de la mejor manera posible.

- ¿Está preparado para marcar el gol de la victoria y ser recordado para siempre?

- (Risas). Nadie está preparado. Al final te toca... ¡Ojalá me toque! Sería una muy buena noticia tanto para mí como para cualquiera del equipo. Solo el hecho de ganar sería impresionante, y si encima marcas, mucho más.

- Vayamos ahora al lado oscuro. ¿Está preparado para fallarlo? ¿Lo soportaría?

- Bueno, eso sería doble trabajo. Mentalmente sería mucho más difícil. Cuando ganas todo es más fácil y cuando pierdes duele más, sobre todo si fallas. Los delanteros estamos expuestos a ello. Estamos jugando al fútbol para acertar y para fallar. Cuanto más aciertes, mejor.

- Trabajan con la felicidad de cientos de miles de personas.

- Sí, está claro, sobre todo en el Athletic. Es algo que se vive muy fuerte tanto en el Athletic como en Bilbao, en todo el mundo (la Copa). Ganando habría mucha gente feliz y si perdemos sería un palo muy gordo, tanto para los jugadores como la afición y todo el que siente el Athletic.

- Hay un convencimiento casi absoluto de que el título volverá a casa 40 años después. ¿Comparte esta sensación o es más precavido?

- Todo el equipo está siendo muy precavido, también la afición. Sobre todo porque en los últimos años se han recibido muchos palos, muchas finales perdidas. Hay que ser cautos. Si al final se da, y lo deseamos todos, habrá algo increíble en Bilbao.

- ¿La ausencia de presión le hace más peligroso al Mallorca?

- Tienen la misma obligación que nosotros, ganar. Parece que, por historia, el Athletic tiene esa presión encima, pero ellos tienen la misma. Al igual que será la primera final para mí, lo será también para muchos de ellos. Es algo difícil de gestionar. Debemos afrontar la final con tranquilidad, sabiendo que contamos con gente con muchas finales a sus espaldas. Nos ayudarán a los que nos estrenamos.

- ¿Qué le dicen?

- De momento estamos tranquilos. Hemos hecho un par de charlas. Hay que afrontar la final de la mejor forma posible, como un partido más, sabiendo lo que te estás jugando es un título.

- Jugarán contra un muro. ¿Eso cómo se hace?

- Sí. Contra el Mallorca nos ha costado muchísimo hacer goles. Quitando el último partido en San Mamés (4-0), nos ha costado ganarles tanto en casa como en Son Moix. El año pasado, solo les hicimos un gol de penalti. Va a ser un rival duro. Son fuertes defensivamente y arriba tienen delanteros grandes y potentes, con gol.

- Está haciendo una temporada extraordinaria: 13 goles en la Liga y dos en la Copa. ¿Qué ha cambiado?

- Poco. En los últimos seis meses del año pasado estuve a un muy buen nivel, pero no hacía gol. El hecho de marcar hace que parezca que estás haciendo mejores cosas que el año pasado. Está claro que los goles y las asistencias ayudan, pero en cuanto a juego no creo que haya cambiado mucho. La confianza y el hecho de intentar más cosas hace que se vea más, pero si le pongo partidos de la pasada temporada se parecerían mucho a los de esta pero sin gol.

- Ha dicho la palabra clave: confianza. ¿Es medio gol, o más?

- Sí. Este año he metido muchos goles en las primeras partes. Cuando un delantero marca se libera mucho de hacer otro gol y trata de hacer otras cosas. Yo además intento jugar con el equipo y asociarme, y me viene bien.

- Hace tiempo se habla en el vestuario del Benzema del Athletic. ¿Quién le ha puesto el mote?

- Dani García. Exageran al hablar de Benzema. No me llaman Benzema, me llaman Karim. Me gusta muchísimo e intento parecerme a él en muchas cosas, pero lo que marca a un delantero son los goles. A Benzema le han rajado por el tema de los números, y al final se ha convertido en el segundo máximo goleador del Madrid. En los últimos años estuvo muy bien de cara al gol.

- ¿Esta versión de Gorka Guruzeta es definitiva o aún tiene margen de mejora?

- Siempre hay margen de mejora. La excelencia de un jugador es muy difícil de conseguir. Es tratar de superarte todos los años, estar a un buen nivel y hacer números. No he hecho más que empezar.

- ¿Qué le dice su padre?

- Hablamos de vez en cuando, pero intento dejar aparcado el tema. Dos o tres días antes, seguro que me mandará mensajes y me llamará. Tampoco creo que me dirá ninguna cosa rara. Tranquilidad y a disfrutar.

- ¿Se puede disfrutar en una final?

- Esperemos que sí (risas).

- ¿Pactaría con el diablo a cambio del título? ¿Qué le darías?

- Bueno... negociaríamos. Llevamos muchísimos años detrás del título. Ojalá nos lo llevemos.