Andoni Goikoetxea
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Andoni Goikoetxea
Andoni Goikoetxea se convirtió en historia viva del Athletic en sus doce campañas en el club. Ganó dos Ligas, una Copa y una Supercopa y se fue con 44 goles el defensa que más veces ha marcado. En 1987 se fue al Atlético, que pagó ... un traspaso y envió además a Bilbao al delantero Peio Uralde.
– Lo de llamar el Bilbao al Athletic ¿qué le parece?
– Ahora soy representante institucional del Athletic y me encuentro a gente de dos tipos, los que te dicen el Bilbao por fastidiar y los que lo hacen por costumbre como sucede con peñistas del sur. Muchos te hablan con un cariño enorme del Bilbao y del amor de sus padres y abuelos. A esa gente que le oyes hablar con tanta emoción casi al borde de las lágrimas del Bilbao no le puedes decir nada. Y luego está el tontito, el que lo quiere decir por fastidiar, por ver si te molesta.
– ¿Y Simeone y Cerezo dónde están?
– Habría que preguntárselo a ellos. No lo sé. Simeone lleva los años suficientes aquí para saber que esto es el Athletic y punto. Pero habría que preguntarle a él a ver con que ánimo lo dice.
– Debutó en San Mamés con el número 10.
– Empecé jugando con el 10 en el Arbuyo. Mi primer partido en San Mamés fue la final del Campeonato de Bizkaia de infantiles, un gran premio. Perdimos 3-0 contra el Arenas. De todos aquellos fui el único que jugué en el Athletic. Yo entonces metía goles y era un centrocampista ofensivo, con llegada y remate. Cuando llego al Athletic con José Luis Garay sigo como medio. El que me reconvierte en defensa es Gonzalo Beitia en el juvenil. En mi partido de debut con el Athletic en Atotxa (1974-75) en Copa. Iriondo me puso como lateral izquierdo porque Zubiaga se había lesionado esa semana. No volví a jugar en ese puesto nunca.
– ¿Y cómo llegó al Athletic?
– Arsenio Calvo, un gran personaje en el mundo del fútbol de la margen izquierda y que era el hombre del Madrid aquí, nos lleva a mi hermano, dos años mayor que yo, y a mi a probar en la Ciudad Deportiva del Real Madrid con 14 años. Eso salió en primera página del periódico Hierro: «Los hermanos Goiko, probados por el Madrid». A los dos días se esa portada en el periódico Piru Gainza y un par de personas más del Athletic estaban en mi casa en Alonsotegi para que fichara. A los cuatro días ya estaba entrenando en Lezama.
– ¿Cómo trataba a los veteranos cuando llegó con 18 años?
- Mis veteranos cuando empiezo con 18 años eran Rojo I, Iribar, Astrain, Villar... Todos figuras que habían sido mis ídolos. Con ellos el trato que tenía era de oír, observar y trabajar. Eran encantadores, pero con 18 años había que escuchar a aquellas leyendas.
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Javier Ortiz de Lazcano
- ¿Cómo llega al Atlético de Madrid en 1997?
– Jesús Gil acaba de ganar las elecciones y quiere reforzar el equipo. Se interesa por mí. Ficha también a Futre, López Ufarte, Parra... Hubo un acuerdo. Pagaron 40 millones más Uralde. Estuve tres años. Tuve un problema del tendón de Aquiles que me costó la única operación de mi carrera y que me tuvo casi un año inactivo.
– Allí se encontró con Menotti, el entrenador del Barcelona de Maradona y Schuster contra el que el Athletic y usted las habían tenido tiesas. ¿Hubo reproches con el argentino?
– En cuanto nos vimos nos dimos la mano y un abrazo como si no hubiera pasado nada.
– Entonces tras la lesión de Maradona por su entrada y los incidentes tras la final de Copa que ganaron dijeron barbaridades unos de otros.
– Ni me acuerdo de lo que dijo de mí. Seguramente yo también diría alguna barbaridad porque en ese momento todos las dijimos.
– ¿Cómo era Gil?
– Un hombre extraordinario. Me fichó a través de Rubén Cano, que era su director deportivo.
– ¿Se quería ir del Athletic?
– La oferta del Atlético de Madrid era muchísimo más importante que la que tenía en el Athletic del Athletic. Yo estaba aquí bien, pero creo que al Athletic también le vino bien, cobró un dinero importante y trajo a Uralde. Salimos todos contentos de aquella operación.
– Citaba antes su lesión de tendón de Aquiles. ¿Cómo la vivió?
– La primera operación en Madrid con Pedro Guillén no saló bien. La segunda la hice en Finlandia. Gil me dijo 'vete con tu mujer, que es médico, pero no dentro de un mes, mañana'. Fui allí y fue mano de santo. Me operaron y al mes estaba jugando después de nueve meses de baja tras la primera operación. Gil también se portó muy bien en mi homenaje ante el Atlético, un 20 de diciembre del 90. Le dije que quería al Atlético en mi despedida y me contestó 'No te preocupes. El Atlético va a estar allí con sus mejores jugadores y conmigo al frente'. Así fue. El dinero lo doné a los niños de Umbe a través de la Diputación.
– Vamos, que no tiene queja de Gil.
– Cuando dejé el fútbol quería que siguiera en el Atlético en el club, pero aquí había ganado las elecciones Txetxu Lertxundi y me ofreció ser segundo de Iñaki Sáez en el Bilbao Athletic y estar al frente del segundo juvenil.
– Otro gran momento en San Mamés, Liga de 1983-84 al margen ganada en casa ante la Real, fue cuando le sacaron a hombros sus compañeros tras ganar al Lech Poznan polaco en la Copa de Europa.
– Estaba en el ojo de huracán por lo de Maradona. Acababa de recibir la sanción de 10 partidos. Habíamos perdido en la ida 2-0 y en la vuelta ganamos 4-0. El primer gol fue mío. Fue una emoción tremenda cuando mis compañeros me levantaron. No me lo esperaba. Cuando veo imágenes de mi gol, de la celebración, de mis compañeros levantándome me emociono y me saltan las lágrimas.
– Se reconcilió con Maradona.
– Al regresar a España al Sevilla su primer partido es en San Mamés y quiero dar el paso. Hablo con el delegado del Sevilla y le digo que quiero hablar con él. Me dijo que muy bien. No se enteró nadie. No lo hice porque tuviera notoriedad. Estuvimos más de media hora y me dijo que no pasaba nada. Todo lo que ganó Maradona en el fútbol, las ligas y la UEFA con el Nápoles y el Mundial, es después de la lesión. Él se mostró encantado. No volvimos a vernos.
– Le cito la lista de entrenadores que tuvo con Gil en el Atlético en tres años: Menotti, Ufarte, Briones, Maguregui, Briones, Atkinson, Addison, Briones, Clemente, Peiró y de nuevo el apagafuegos Briones. Once cambios en tres años.
– Aquí en trece años tuve a Iriondo, Aguirre, Sáez, Senekowitsch, Clemente e Iribar. Y sólo dos ceses, Senekowitsch y Clemente. Gil quería el éxito para ayer, no para mañana. Se acaloraba. A todos los que les echa lo hace con el equipo arriba. Había muchos nervios con los entrenadores y también con los jugadores. Tuvo problemas con Landáburu, con Arteche, con otros... El Atlético creció mucho con Gil. Cuando llegué entrenábamos en un campo en Las Rozas con una cabaña de madera como vestuario. Tenía peores instalaciones que el Athletic. Gil empezó a construir la ciudad deportiva.
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