La semana fantástica de Nico Williams

No habrá 'caso Iñigo Martínez' en San Mamés, lo que supone una excelente noticia para el Athletic. El de anoche era el primer partido del ondarrutarra tras un agitado verano en el que el Barcelona intentó en vano su fichaje. Había expectación por ver la reacción del público. Fue como si nada hubiera pasado. La hinchada recibió con aplausos al defensa internacional desde que su nombre fue anunciado en la alineación. Y siguió todo el partido sin reproches hacia él pese a que falló en el 0-1. Estuvo más pendiente de frenar a Camello que de jugar la pelota y al final no hizo ni una cosa ni otra. El cedido por el Atlético se llevó la pelota y que entregó a Trejo el 0-1. En el segundo gol del Rayo también se vio superado. Esta vez lo hizo Falcao. El colombiano estaba detrás del ondarrutarra, se adelantó para rematar y colocó una parábola ante la que nada pudo hacer Unai Simón. El sudamericano es un suplicio para los rojiblancos. Les ha marcado siete goles en nueve partidos. Ese tanto metió el miedo en el cuerpo a los rojiblancos, que acabaron con Capa y Lekue como extremos.

Sancet le coge al gusto al puesto de centrocampista organizador. Anoche firmó su segundo gol de la campaña, el primero en jugada tras el anotado de penalti el Elche. El navarro hizo todo bien, pero además añadió algo que le pide Valverde: que llegue más al área a rematar. Marcó dos goles, uno anulado por fuera de juego, y otro en el que supo ver muy bien el espacio y rematar con un maravilloso giro de su tobillo.

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Robert Basic

Ocho años y cuatro meses después de que el Manchester United pagara los 36 millones de su cláusula, Ander Herrera volvió a jugar un partido con el club rojiblanco. Unas molestias en el aductor retrasaron su reaparición, pero anoche por fin llegó. Saltó al campo en el minuto 65. Lo hizo, y esto es muy importante, en el lugar de Sancet, lo que significa que Valverde le ve como centrocampista organizador. La hinchada le recibió con una gran ovación. Aquellas heridas abiertas por la marcha de jugadores a mediados de la década pasada han quedado cicatrizadas.

El duelo tenía el aroma del maestro contra el discípulo. Y ganó en el duelo de pizarras, aunque con apuros, el primero. El Athletic apostó por ceder unos metros, presionar entre líneas a los vallecanos y salir con balones largos a los Williams que hicieron mucho daño a la espalda de los visitantes. Sacó un gran provecho de su apuesta. Dos de los goles llegaron con envíos en profundidad de Dani García, que hizo un magnífico partido, y Yeray. Lo primero que hicieron los entrenadores al acabar el partido fue abrazarse.