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Igor Barcia
Miércoles, 30 de octubre 2024, 07:11
38 años han pasado desde que el Athletic viviera la crisis más importante y dramática de la historia del club y Manu Sarabia (Gallarta, 1957) ... ha roto su silencio para «poner freno de una vez a la escalada de mentiras e insultos en la que Javier Clemente lleva instalado desde hace más de tres décadas» y afirmar que «durante cuatro temporadas fui víctima de acoso laboral» por parte del exentrenador rojiblanco.
La publicación de sus memorias 'Chaval, ¿quieres venir al Athletic?', escritas junto a su mujer Begoña Amesto y que se presenta el 6 de noviembre en San Mamés, es el vehículo que utiliza Sarabia para «romper ese silencio» y dar «mi versión» de lo que sucedió entre 1981 y 1986, en el conocido como 'affaire Clemente-Sarabia' que se saldó con el cese del técnico de Barakaldo y provocó una profunda división entre la afición del Athletic. Durante un capítulo y una veintena de páginas, Sarabia habla por vez primera de lo sucedido sobre un «conflicto» que «me colocó en el ojo del huracán, que unió mi nombre a la mayor crisis de la historia del club e hizo que la palabra 'polémica' se vinculara a mi carrera futbolística», detalla.
«Cuando se cesó a Clemente y el presidente Aurtenetxe pidió seguir adelante y tratar de cerrar el tema, yo decidí hacerle caso y encerré bajo siete llaves mis recuerdos. Durante más de 38 años, he seguido a rajatabla la decisión que tomé entonces de no hablar de aquella situación y sobre todo, de no responder a las continuas provocaciones que he recibido por parte de Clemente a lo largo de todos estos años» porque según matiza el exdelantero del Athletic «no vivo de la bronca y la polémica, no es mi estilo. Y además no he querido retroalimentar al personaje, aunque soy consciente de que el silencio me ha hecho daño».
Llegados a este punto, Sarabia explica que ha decidido dar su versión de los hechos por dos cuestiones fundamentales. « Por una parte, porque creo que conviene ordenar las ideas y aportar todos los datos. Y por otra parte, he decidido poner freno de una vez a la escalada de mentiras e insultos en la que Clemente lleva instalado desde hace más de tres décadas. Reconozco que algunas cosas que he leído y oído en los últimos tiempos han tenido mucho que ver en esta decisión que he tomado. Declaraciones en las que me califica de medio golfo, mala persona y mal compañero, y me acusa de acabar con el fenomenal ambiente deportivo que existía en el equipo».
«Y para finalizar», continúa Sarabia, «porque me parece absolutamente injusto que en el recuerdo de la gente pueda quedar que yo fui corresponsable de la mayor convulsión en la historia del Athletic. Corresponsable de un conflicto que marcó la trayectoria de ambos y de la entidad, y que hizo que una afición, que siempre se había mantenido unida y fiel a su equipo, se dividiera. Con el paso de los años creo que el tema se está desdibujando y banalizando, por lo que creo conveniente poner negro sobre blanco lo que ocurrió».
Y para el exjugador del Athletic, lo que sucedió en aquellos años en los que estuvo a las órdenes de Clemente tiene un nombre: «mobbing». «A finales de los noventa y en los 2000 se comenzó a hablar abiertamente sobre este problema en el trabajo. Se dieron pautas para reconocerlo y afrontarlo y acabé identificando que durante aquellos cuatro largos años, fui víctima de acoso laboral por parte de Javier Clemente». sentencia.
En su relato de lo que vivió en esas temporadas, Sarabia llega a asegurar que los ataques de su entonces entrenador pudieron «hundirme» psicológicamente. «Viví una situación abusiva, de acoso, por parte de Javier Clemente. Un sinsentido que con el paso de los años me produjo un gran desgaste psicológico que pudo haberme hundido, pero que no lo hizo gracias a mi fortaleza y gracias al apoyo de mi entorno más cercano», declara el 11 del Athletic ganador de las dos últimas ligas en la década de los ochenta.
A partir de aquí, Sarabia se centra en sus memorias en explicar lo que sucedió desde la llegada de Clemente al banquillo rojiblanco allá por 1981 y su abrupta salida a principios de 1986. Un periodo donde asegura que su entrenador intentó de todas las maneras posibles que se fuera del equipo. «Lo intentó todo. Que me traspasaran, retirarme de las alineaciones, provocarme para que pusiera mi salida en bandeja, pedir que me multaran, tratar de enemistarme con mis compañeros, tratar de socavar el apoyo que recibía de la afición y de los medios con sus acusaciones e insinuaciones... En su estrategia contaba con que yo respondería a alguna de sus numerosas provocaciones, lo que facilitaría enormemente su tarea. Pero yo le hice frente, no me dejé machacar, no tragué con sus arbitrariedades y su abuso de poder, pero nunca le di el más mínimo motivo, sabía que ese sería mi fin. Y fue muy duro lo que tuve que vivir», afirma.
Seis días críticos
En el suplemento de EL CORREO sobre el 125 aniversario del Athletic, Juan Carlos Latxaga tituló 'Seis días de enero' el reportaje donde explicó los acontecimientos que desembocaron en lo que califica de «los seis días más largos y dramáticos de la historia del club». En realidad, fue cuando estalló un conflicto que había ido creciendo temporada a temporada, con la firme decisión de Clemente de prescindir de un futbolista que contaba con el favor de la grada y de los medios de comunicación.
La escalada de tensión se produjo en la temporada 1984-85. Para entonces Sarabia aparecía y desaparecía en las alineaciones, pero las justificaciones del entrenador eran «que yo no aguantaba fisicamente los 90 minutos» y que «yo hacía declaraciones sobre cuestiones y aspectos del juego y del equipo y yo no tenía que hablar. él único que podía hablar era el capitán». De ahí se pasó a la petición de Clemente de que abrieran al jugador «expedientes disciplimarios y como consecuencia, que me multaran, pero la junta paró sus dos peticiones porque no vieron motivos de indisciplina», recuerda Sarabia.
Una vez que se vio que esos argumentos no le servían ante la opinión pública, el gallartino apunta el cambio de estrategia de Clemente. «Apostó por ser más directo y contundente. 'Yo soy el entrenador y pongo a los que quiero'. Pero tampoco le valió y al ver que la directiva no le seguía en su estrategia, pensó que tenía que apretar las tuercas». Y el 28 de octubre de 1985, lanzó el órdago. «O Sarabia o yo», una frase fundamental en el affaire entre ambos.
Pedro Aurtenetxe trató de frenar con un 'pacto de caballeros' un tsunami imparable que amenazaba a todos los estamentos rojiblancos. De hecho, la 'tregua' tras cuatro horas de reunión apenas duró tres meses, hasta la rueda de prensa de Clemente del 19 de enero de 1986. El Athletic había ganado al Hércules por 1-0. Sarabia tampoco había estado en la convocatoria, como no lo estuvo unos días antes en un partido de Copa ante el Castellón y en la jornada previa de Liga ante el Sevilla, y el público de San Mamés había pedido su presencia en el campo. La respuesta de Clemente fue contundente. «No volveré a contar con Sarabia», dijo el técnico de Barakaldo, que se confesó enfadado por los pañuelos que acababa de ver en la grada. «Hay razones superimportantes que no las sabe la Directiva ni tampoco Manolo. Solo las sé yo y el resto de los jugadores».
Las razones 'superimportantes', o al menos la última de ellas, había que buscarlas en el partido que había jugado el Athletic dos semanas antes en Las Palmas. Sarabia había sustituido a Noriega tras el descanso con la instrucción de tapar las subidas de Javier, orden que, a juicio del entrenador, el delantero no cumplió, exigiendo que hubiera consecuencias disciplinarias. Tampoco las hubo en esa ocasión, recuerda Sarabia, que cuestiona en las páginas del libro: «¿Porqué no había hablado en la reunión de octubre con el presidente sobre mis indisciplinas? Sencillamente porque no había nada que achacarme, fue una invención suya».
Con Bizkaia dividida entre sarabistas y clementistas, durante dos días se sucedieron las reuniones en la sede del Athletic. Pasaron los dos protagonistas y los jugadores, que primero no quisieron tomar partido, pero acabaron amenazando con un plante y no viajar al inmediato partido en Barcelona si Clemente era cesado. La junta presentó al técnico para su firma un documento en el que se debía retractar de su decisión de prescindir de Sarabia y tratar al jugador como uno más de la plantilla. Clemente convocó a la plantilla en su domicilio para analizar el texto redactado por la Junta y después los jugadores pidieron a la directiva la retirada de dicha nota, amenazando con no acudir al partido que debían disputar en el Nou Camp al día siguiente.
El cese de Clemente
Esa misma mañana, los dirigentes del club hicieron pública su decisión de cesar a Clemente por «desobedecer la instrucciones de la Junta, incumplir el compromiso firmado en octubre y asumir responsabilidades que corresponden a la Junta al sancionar a Sarabia apartándole del grupo por razones extradeportivas». «Creo que sentir que Clemente echaba encima a los jugadores fue el motivo por el que la directiva dijo 'hasta aquí hemos llegado'», es la reflexión del gallartino sobre la decisión del cese, a la vez que recuerda que «a mis compañeros nunca les responsabilicé de nada, es más, nunca volvimos a hablar de lo sucedido aquellos meses. Siempre he pensado que Clemente les consideró una parte relevante de su estrategia y los utilizó para sus fines».
Para finalizar el capítulo y su respuesta sobre los acontecimientos después de 38 años de silencio, Manu Sarabia hace la reflexión respecto a las causas del 'affaire'. «¿De dónde venía su obsesión conmigo?», se pregunta Sarabia. «Mi tesis es que solo se puede entender lo que hizo por una animadversión insuperable hacia mí. En este análisis hay que valorar su afán de protagonismo, que le hacía sentirse mucho más cómodo en un equipo homogéneo, regular, sin jugadores destacados, y sumiso. Un equipo donde él fuera el que mandara y el que destacara, lo que le llevaba a defenestrar a todo aquel que considerara que le hacía sombra o que le plantara cara».
A modo de sentencia, el gallartino afirma que el 'affaire' «fue una invención, una gran mentira que urdió Clemente con el único objetivo de echarme del Athletic y que supondría la mayor crisis en la historia de la institución. Y consiguió generar dudas gracias a un montón de mentiras y graves insinuaciones», finaliza.
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