Puede ser una casualidad, pero también una decisión deliberada de los responsables de la página web del Athletic. Nos referimos al hecho de que la ventana que da acceso a la información sobre el primer equipo la ilustre una fotografía de Nico Williams y Oihan ... Sancet. Están juntos, frente a frente. El pequeño de los Williams tiene el dedo índice de su mano derecha en el pómulo. Todo indica que le está haciendo o le acaba de hacer a su compañero el gesto de que esté atento y le busque más en el campo. Sancet le observa con mucha atención. Sería una sorpresa que a esa imagen no le siguieran otras en las que los dos jugadores hacen gestos de complicidad y terminan con el ya clásico 'high five, brother'.
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Si la foto está escogida a propósito, lo cierto es que tiene todo el sentido porque, realmente, lo más novedoso que se puede decir del Athletic esta temporada es que está asistiendo al despegue de Sancet y Nico Williams. Ambos han pasado de ser grandes promesas todavía en período de maduración a convertirse ya, con independencia de que por su edad tengan la obligación de continuar progresando, en dos piezas imprescindibles. Valverde, desde luego, así los considera. A los hechos hay que remitirse. Sancet ha sido titular en 20 de los 22 partidos de Liga y Nico en todos menos en el primero, ante el Mallorca, en el que entró en el minuto 70.
Estas cifras -y otras de distinta índole que ofreceremos a continuación- no sólo demuestran el protagonismo que ha adquirido esta pareja sino la fuerza con la que estos canteranos han subido en el escalafón de la plantilla. El cambio respecto a la pasada temporada es espectacular. Hay estadísticas de lo más rotundas. Nico Williams, que es el jugador de campo con más minutos acumulados (1.737), hace tiempo que ha superado su minutaje total de la pasada Liga (1.326). Y no sólo eso. En toda la Liga anterior, por ejemplo, el internacional y mundialista rojiblanco no marcó ningún gol y en esta ya lleva cuatro. Y sólo fue titular en diez partidos y ahora, cuando se acaba de cruzar el ecuador del campeonato, ya lleva el doble (21).
Respecto a Sancet, que es dos años mayor y lleva dos temporadas más en el primer equipo, se puede hablar de una eclosión largamente esperada. No se puede decir que Marcelino no confiase en él, pero al asturiano le hacían sufrir demasiado dos defectos que el pamplonés todavía debe pulir para ser no ya un buen futbolista de club sino una gran figura: su falta de continuidad en el alto rendimiento -todavía alterna destellos y apagones- y la escasa resistencia física en los partidos, donde pierde mucho fuelle en el último cuarto de hora. No es una casualidad que también Valverde sólo le haya mantenido en el campo más allá del minuto 75 en seis encuentros.
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Favorecido por un estilo de juego más ofensivo, Sancet acumula ya más minutos (lleva 1.514) que en toda la Liga anterior (1.427). A estas alturas del guion, el año pasado ya llevaba 8 suplencias y en ésta, en cambio, Valverde sólo le ha dejado dos veces en el banquillo (en el Camp Nou y en Balaídos). Esta confianza ha tenido un rédito muy llamativo. La cifra de goles del jugador se ha duplicado: de cuatro a ocho en la jornada 21. A modo de curiosidad: Sancet ha marcado esta Liga casi los mismos goles de los que sumó en sus 68 partidos de las tres anteriores temporadas (9).
A día de hoy, la ausencia de cualquiera de los dos en el once supone un serio problema para un equipo que ha apostado por un fútbol veloz, arriesgado y valiente; un equipo, además, que no tiene un delantero centro puro que garantice goles y, por tanto, necesita como el aire que respira los que le puedan aportar futbolistas de banda como Nico o volantes ofensivos o medias punta como Oihan. Todo parecen ventajas en el despegue de esta pareja de canteranos que en 2023 cumplirán 23 y 21 años, respectivamente. Ahora bien, a nadie se le escapa que a Jon Uriarte se le plantea con ellos un auténtico reto: acaban contrato en 2024 y necesita renovarles.
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El Athletic no puede exponerse a que, dentro de diez meses y medio, alguno de ellos quede libre, como ha sucedido con Íñigo Martínez, cuyo caso se está convirtiendo en un ejemplo memorable de la turbia confusión que puede producir un silencio bien orquestado. Ocurre que Sancet y Nico Williams no sólo son dos de las piezas angulares del equipo sino que son el futuro. Desde luego, lo representan. No es lo mismo perder a un gran central de 32 años, forjado en la Real, y que fue fichado por la marcha de Laporte, que perder a las dos últimas joyas de la cantera de Lezama -dos jugadores de ataque, además- cuando ya empiezan a deslumbrar. Sería un auténtico torpedo en la línea de flotación del club. En fin, que habrá que confiar en que esta temporada no sólo sea la del triunfo personal de Sancet y Nico sino también la de la confirmación de una larga vinculación de ambos con el Athletic.
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