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La final de la Europa League en San Mamés el próximo miércoles 21 de mayo supone todo un desafío de seguridad, y más después de ... los incidentes que se produjeron el pasado 13 de marzo, en el encuentro entre el Athletic y la Roma, saldados con 15 ertzainas heridos, 14 personas detenidas... Uno de los puntos clave de este dispositivo es el acceso de las dos aficiones a San Mamés, una entrada por la que deben pasar separadas para evitar que encontronazos -como ocurrió hace quince días entre bilbaínos e italianos- y los consiguientes altercados.
Por este motivo, el entorno de La Catedral avanza estos días en su blindaje. Contra la Roma se colocó una valla en la parte frontal del campo, en el acceso a la explanada de San Mamés. Ahora se está volviendo a instalar esta protección, que no impedirá el libre acceso de los hinchas del Athletic al encuentro frente a Osasuna. De hecho, este miércoles al mediodía solo estaba terminado un tramo, el de la izquierda según se accede por Licenciado Poza o, lo que es lo mismo, a la derecha de la estatua de Iribar. Mientras tanto, varios operarios continuaban con el tajo en la otra parte.
Los trabajos de cerramiento también se están produciendo en otros puntos del entorno de San Mamés. Estos días se ha levantado una barrera metálica en el muro que separa la explanada del campo del Athletic con la Escuela de Ingenieros. Esto es, en la parte más cercana a la tienda oficial situada en el campo. Allí se ha levantado una valla que recorre la separación entre ambas alturas para evitar que los hinchas se salten la zona de seguridad. También se han levantado estas protecciones en la parte posterior del nuevo edificio de Ingenieros, en la frontera con Olabeaga.
El día de la final -y puede que en el duelo contra el Rangers del jueves 17 de abril-, La Catedral estará perimetrada: la valla rodeará todo el estadio y servirá como un filtro de seguridad. Es posible, de todos modos, que se establezcan más controles incluso antes de llegar a la explanada de San Mamés.
En el anterior partido contra la Roma, sólo estaba colocada la valla frontal. A pesar de la existencia de este elemento, se produjeron graves altercados dentro del recinto perímetrado cuando entraron al campo los tifosi. Entonces, el alcalde explicó que hubo «un retraso» en el traslado de los hinchas italianos a San Mamés, lo que obligó a modificar el operativo. «Era un ensayo de cara a la final, sobre todo el tema de la valla que se estableció para encauzar la entrada de la afición de la Roma con un horario, con un dispositivo de cómo iban a ser dirigidos... Eso se retrasó -admitió- e hizo que la entrada se produjera de manera distinta a la que estaba prevista», precisó el día después.
Entonces, ya adelantó que de cara a la final las circunstancias serán diferentes. «Esto no se va a producir porque todo el perímetro estará cerrado. Y va a haber otro perímetro. Hay que hacer esa evaluación con la UEFA, la Ertzaintza, la Policía Local...».
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