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luis calabor núñez
Miércoles, 7 de agosto 2019, 01:08
Si se repasa la historia reciente de la Roma surge un auténtico clásico del fútbol italiano que ha correspondido a esta etiqueta en las últimas temporadas. Las semifinales de la Champions League 2017/18 y los tres subcampeonatos de Liga obtenidos estos años son un buen ejemplo de cómo, hasta hace poco, los giallorossi eran el segundo equipo de Italia por detrás de una Juventus incontestable.
Sin embargo, los buenos días dieron paso el curso pasado a un proceso de transición. Eusebio di Francesco, idolatrado por llegar tan lejos en Champions, acabó destituido nueve meses después. Un día más tarde cayó Monchi, el armador del proyecto deportivo. La dolorosa eliminación en la Liga de Campeones ante el Oporto y un quinto puesto momentáneo en la Serie A que no cumplía con las expectativas llevaron a los rectores del club a cambiar el paso. A esto se sumaron las humillaciones ante la Lazio -derrota por 3-0 en el derbi capitalino- o Fiorentina -un 7-1 que les dejó fuera de la Copa de Italia-.
Claudio Ranieri llegó como apagafuegos, pero no logró remontar la situación y el cuadro capitalino acabó en la sexta posición, acabando con seis años seguidos entre los tres mejores del país. El elegido para iniciar una transición en la Roma ha sido el luso Paulo Fonseca, que llega del Shakhtar Donetsk ucraniano, con el que realizó grandes actuaciones en Europa.
Su apuesta de juego es bastante opuesta a la de sus predecesores. Por ejemplo, Di Francesco buscaba que su equipo bombardease el área contraria con un juego directo y mostrase solidez en la defensa, con la vista puesta siempre en la cabeza del delantero Edin Dzeko. Así es cómo consiguió la gran gesta de eliminar al Barcelona hace dos campañas. Ranieri, por su parte, proponía también ser una roca atrás, como lo que logró con el Leicester campeón de Premier.
Fonseca quiere cambiar esta idea de juego. Basa su propuesta en la posesión de la pelota. De hecho, en la previa de un Shakhtar Donetsk-Manchester City, muchos medios ingleses le llamaban «el nuevo Guardiola», a lo que el portugués respondió con una sonrisa irónica, añadiendo que no quiere ser «una copia» del técnico de Santpedor. Pero lo cierto es que el símil en cuanto al estilo y las ideas se antoja evidente.
mercado
El antiguo portero del Betis, Pau López, representa como pocos lo que quiere el técnico del rival del Athletic. Llegado este mercado de verano por 23,5 millones, el guardameta ejemplifica la salida de balón que practica su equipo. Su habilidad con los pies que ya demostró en el Betis le hace ser básico para la circulación de balón. Con él, destacan otros tres fichajes. El lateral Spinazzola llegó desde la Juventus, en una operación de intercambio que dejó a Luca Pellegrini en Turín. Los mediocentros Bryan Cristante y Amadou Diawará dejaron la Atalanta y el Nápoles, respectivamente, por cerca de 20 millones cada uno.
Junto a estas cuatro contrataciones, el delantero Jordan Veretout y el central Gianluca Mancini llegan como cedidos. Su gran baja es la del central griego Kostas Manolas, recordado por muchos por marcar el gol que eliminó al Barcelona hace un año y fichado por el Nápoles a cambio de 32 millones. Otros habituales como El Shaarawy o el español Iván Marcano también abandonaron la escuadra capitalina.
el once tipo
Pese a los pocos amistosos que el cuadro romano ha disputado -iba a jugar la previa de la Europa League, pero la sanción del Milán le ahorró el trámite-, ya se visualiza un once muy claro con el 4-2-3-1 como esquema habitual. Comandado en el arco por Pau López, otro conocido por la afición española como Federico Fazio parece fijo en la zaga. Falta por ver su acompañante, ya que la Roma está buscando un central en el mercado. El carril derecho está dominado por Florenzi por detrás y el joven turco Cengiz Under por delante, una de las joyas de la delantera 'gialorrossi'. En el lateral zurdo se debaten el puesto el serbio Kolarov y el recién llegado Spinazzola. Lo mismo en el extremo zurdo, con Justin Kluivert -el hijo de Patrick- y Diego Perotti alternándose.
El eje del equipo lo personifican los dos fichajes Diawara y Cristante, en el cambio de estilo que pretende Fonseca. Arriba, la promesa Nicolo Zaniolo, de 20 años, ha destacado mucho en los últimos años y es inamovible de mediapunta. No tiene pinta de que Dzeko le acompañe, pues está negociando su traspaso al Inter. Si está operación se diese, Radamel Falcao podría llegar. Pero en lo que respecta al partido de hoy, el checo Patrick Schick sería su sustituto más natural. Un rival duro y que buscará poner en aprietos al Athletic con balón.
6º clasificado de la pasada liga italiana, por lo que jugará la Europa League este curso. En Copa cayó 7-1 ante la Fiorentina en cuartos. Su verdugo en Champions fue el Oporto.
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