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Antes de jugar contra el Mallorca, Valverde y sus jugadores ya tenían marcado en el calendario –no sabemos si con una cruz o con una orla brillante–, el partido de mañana frente al Betis. Era la suya una reacción natural. Los verdiblancos no sólo son ... un rival directo, el que marca la última plaza europea –si el séptimo puesto da acceso a la Conference no se sabrá hasta el sábado–, sino el más cercano en la clasificación y el más débil de todos los que aventajan al Athletic. El equipo de Pellegrini lleva un mes cayéndose –ha sumado cuatro derrotas, un empate y una sola victoria (ante el Espanyol) en las seis últimas jornadas– y su estado físico y mental no es precisamente envidiable. El desgaste de la Europa League y las lesiones, empezando por la de Fekir, han hecho una mella enorme en los sevillanos, que para mañana en San Mamés, sin ir más lejos, sólo disponen de un central del primer equipo –Pezzella– tras las bajas de Luiz Felipe y Víctor Ruiz por lesión y la de Edgar, sancionado.
Poner el foco en el Betis, por tanto, era lógico. El problema es que el Athletic tenía que haber preparado ese partido marcando previamente en el calendario, dibujando a su alrededor una calavera de bandera pirata, por ejemplo, el que disputó el lunes en Son Moix. Y no lo hizo. De ahí que firmase una actuación tan pobre, acabara celebrando un afortunado empate de penalti en el minuto 95, no pudiera ser sexto y se condenara a jugar mañana sin ninguna red de protección.
Esto último es la consecuencia más negativa del partido en Mallorca, esa bella isla en la que los rojiblancos tienen una extraña tendencia al naufragio. Ahora una derrota mañana les provocaría un destrozo importante en sus aspiraciones. Quedarían a cinco puntos del Betis y con el gol average perdido, algo que no hubiera ocurrido de haber ganado en Son Moix. En ese caso, la diferencia tras una hipotética derrota sería de tres puntos y el average, que no es lo mismo en una recta final de Liga tan apretado. Pero no sólo eso. Cambiemos la perspectiva. Es que, de haber sumado el lunes los tres puntos, ganando a los de Pellegrini el Athletic hubiera dado un paso de gigante para terminar sexto.
Buenas sensaciones
Dicho todo esto, la realidad es que el hincha rojiblanco tiene razones para ser optimista. El equipo supo rehacerse del estacazo de la Copa y está compitiendo bien desde entonces, más allá del inmerecido tropiezo ante el Sevilla y del mal partido del lunes. Las sensaciones son las más prometedoras de los últimos años. Y no tanto por el estado del equipo, que en líneas generales es muy similar al de la pasada temporada, como por el de sus rivales. La situación del Betis ya está descrita. Su racha está siendo demoledora, tan dura que quizá el mayor peligro de los verdiblancos en San Mamés, aparte de su calidad indiscutible, pueda ser su instinto de supervivencia, la necesidad de agarrarse al clavo ardiendo de un partido contra un rival directo para no caer al abismo.
El resto de enemigos compone un grupo muy dispar. Mirando hacia arriba se encuentra el Villarreal, a seis puntos de distancia. El Athletic se le enfrentará en la jornada 34. No hace falta decir lo emocionante que podría ser ese encuentro en El Madrigal si los rojiblancos ganan el Betis y los de Quique Setién pierden hoy en Mestalla en un derbi apasionante y dramático. Por abajo no se advierten grandes peligros, aunque todo es un poco confuso. El Girona es una incógnita. Está a solo tres puntos y tiene el gol average a favor con el Athletic, pero es difícil saber si peleará de verdad por Europa o se dejará ir. En el caso de Osasuna, todos focos y hasta el alumbrado público de Pamplona están puestos en la final de Copa del sábado. Luego ya se verá, incluso su actitud cuando reciba al Athletic en la jornada 36. Respecto al Rayo, décimo con 43 puntos, todo indica que su borrón en Elche le ha dejado fuera de concurso, algo parecido a lo que le sucedió al Sevilla con su derrota en casa ante el Girona.
Dejando a un lado a sus rivales y los respectivos calendarios, que vienen a ser muy parecidos en cuestión de dificultad, el Athletic debe concentrarse en lo suyo, en sus obligaciones pendientes. sobre todo en una inmediata: recuperar su solidez defensiva. Tampoco estaría mal que mejorase su eficacia en ataque, que ha vuelto a sembrar dudas (si alguna vez ha dejado de hacerlo), pero ante todo necesita endurecer su retaguardia y hacerlo con Paredes de central por la lesión de Yeray. No han estado nada finos el de Barakaldo y Vivian en los dos últimos encuentros. Han cometido errores groseros y han demostrado que cualquiera de ellos es mucho mejor con Iñigo Martínez al lado. Por otro lado, Unai Simón tampoco se lució en el gol del Sevilla y su suplencia en Mallorca, sin descartar otras interpretaciones, puede que sólo fuera un nuevo toque de atención por parte de Txingurri, una forma de decirle espabila un poco, chaval.
En cualquier caso, el Athletic debe andarse con cuidado, ya que su margen de error es estrecho. Betis y Villarreal dejan jugar, es verdad. A ninguno de los dos se les ocurre hacer un repliegue masivo como el del Mallorca de Javier Aguirre, de esos que a los rojiblancos les cuesta tanto interpretar de forma adecuada. Pero tampoco son dos equipos contra los cuales se puede mostrar fragilidad defensiva. Ymenos en dos citas que casi tienen el rango de finales.
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