![El renacimiento empezó hace un año](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201912/03/media/cortadas/combo-berigari3-kwXF-U90858327938pwF-624x385@El%20Correo.jpg)
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Hace justo hoy un año, el Athletic tocó fondo en el Ciutat de València. El Levante del comandante Morales acabó por desmontar a un equipo en avanzado estado de descomposición y sentenció a Eduardo Berizzo. El proyecto no funcionaba y los rojiblancos andaban por la ... vida como almas en pena, incapaces de asimilar el ideario del argentino y alimentar su escuálido casillero de puntos. Una sola victoria en 14 jornadas y la sensación de involución forzaron el despido del 'Toto', aguantado hasta el extremo por Josu Urrutia, quien finalmente no tuvo más remedio que actuar desde la comisión gestora y prescindir del hombre al que trajo para reconstruir el bloque dejado por José Ángel 'Cuco' Ziganda. Al día siguiente, una vez confirmado el cese del sudamericano, Gaizka Garitano recibió el encargo de sofocar el incendio que amenazaba con devastar la nave rojiblanca, anclada en el descenso. Dio su primera rueda de prensa en Lezama solo, sin nadie del club a su lado, y empezó a trabajar. A partir de ahí, nada volvió a ser igual. Salvo él, cauto, previsor y fiel a sus principios como el día que todo empezó.
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En solo un año, la situación del Athletic ha cambiado de una forma drástica, hasta podría decirse radical. El equipo pasó de estar deprimido, vulnerable y desnortado a encontrar su sitio en el mundo. Encajó como un guante en el molde de Garitano, práctico y efectivo, en el que los jugadores respiraron aliviados, recuperaron el orden perdido e interpretaron a la perfección las consignas de su entrenador. Lloraron con el despido de Berizzo porque sintieron su fracaso como el suyo y, de hecho, muchos de ellos confiesan en privado que el día de la despedida en Lezama fue el momento más duro de sus carreras. Congeniaron como personas y fueron separados por el fútbol, que les mantuvo a distancia. No supieron cerrarla, o al menos acortarla, y el divorcio se acordó el 3 de diciembre. Las llaves del vestuario fueron confiadas al técnico deriotarra, hasta entonces en el filial, quien empezó con los trabajos de desescombro y reconstrucción. Pues bien, hace tiempo que los andamios están quitados.
Porque el aterrizaje de Garitano en el banquillo de San Mamés hizo despegar al equipo. Todo empezó con aquella agónica victoria en el descuento y de penalti frente al Girona, y un año más tarde la historia sigue escribiéndose en clave de resultados positivos que mantienen al Athletic en Europa, empatado con los puestos Champions. Un idilio que se mantiene vigente y que próximamente será estudiado por la junta directiva de Aitor Elizegi porque su entrenador acaba contrato dentro de siete meses. «De eso hablaremos más adelante», dijo el sábado el de Derio, un hombre que sigue su camino, va al fin del mundo con su modelo y propone una idea de fútbol asumida por la plantilla. Cree en lo que hace y se ve recompensada por los resultados, la clasificación, que pasó de enseñarle la puerta de salida a entreabrirla e invitarle a regresar a Europa. Los rojiblancos casi lo consiguieron en la pasada Liga, la del miedo y la remontada, pero una derrota en la última jornada frente al Sevilla les privó del milagro. Ahora vuelven a la carga.
Garitano lleva 39 jornadas de Liga en el banquillo del Athletic y sus números son extraordinarios. Con la victoria del domingo ante el Granada, los bilbaínos suman 68 puntos, un registro que solo mejoran tres equipos: Barcelona (90), Real Madrid (76) y Atlético (76). Por detrás vienen Valencia (67), Getafe (63), Sevilla (59) y la Real Sociedad (57). Fue contra Osasuna cuando el preparador rojiblanco cumplió un campeonato entero y los resultados le avalan: con el botín de 65 puntos hubiese jugado 11 de las últimas 20 Champions, y siempre hubiese estado en Europa. Las cifras no admiten discusión y trazan el perfil de un técnico que sabe lo que quiere. cómo lo quiere y de qué manera quiere ganar. Gustará más o menos, menos o más, pero en solo un año ha sacado al Athletic del descenso, lo ha llevado a las puertas de las competiciones continentales, ha traído la paz y ahora busca evolucionar un modelo que toca entre poco o nada.
El cambio en el banquillo le sentó de maravilla al equipo, que lloró a Berizzo y sonríe con Garitano. En los 39 partidos de la Liga, los bilbaínos acreditan una hoja de servicios de 19 victorias (48,7%), 11 empates (28,2%) y apenas nueve derrotas (23%). Además, el Athletic solo ha perdido un encuentro en San Mamés desde que el deriotarra estrenó cargo en el choque copero frente al Huesca. Ha sido este año contra el Valencia (0-1); nadie más ha logrado salir con los tres puntos de La Catedral. Si a esto se le añade que los vizcaínos son ahora mismo el mejor conjunto liguero en casa y los menos goleados de la categoría se obtiene el retrato robot de una roca.
A Garitano no le gusta mirar hacia atrás ni tampoco asomar al futuro. Vive el presente y entiende las claves del Athletic, sus particularidades y mecanismos. No se fía de las rachas, buenas o malas, y va paso a paso. Así entiende el fútbol, que pese a su naturaleza mutante le ha dado muchas más alegrías que disgustos en este año de renacimiento.
68 puntos en 39 jornadas de Liga ha sumado el Athletic de Garitano.
19 victorias, 11 empates y 9 derrotas es su balance en la Liga.
31 goles encajados en 39 partidos, no llega a uno por encuentro.
19 puntos en esta Liga como local, el mejor registro del torneo.
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