El regreso agridulce de Simón: «Podía haberlo hecho mejor»

Simón fue más duro consigo mismo después del partido, en el que se le vio seguro con el balón en los pies y atento al poco trabajo que le llegó. Eso sí, el internacional asumió con naturalidad que debió intervenir de otra manera en la acción del empate. «Fue un disparo en el que perdí de vista el balón. Pasó entre las piernas de Aitor (Paredes) y me lo quité de encima, me dio en el muslo. No es la mejor jugada que he tenido, podía haberlo hecho mejor», explicó el guardameta alavés. Fue su segundo encuentro de la campaña, primero en el campeonato de la regularidad, todavía en busca de su nivel óptimo bajo palos. «Llevo poco más de un mes con el equipo. Estoy en pretemporada. Debo adaptarme al ritmo del grupo. Están como aviones. Nunca había visto al Athletic con este ritmo. El balón va rapidísimo», indicó el portero, quien puso el acento en la adaptación al perfil actual de los rojiblancos. «Cuando te marcan –prosiguió con el gol encajado–, la sensación no es buena. Pero es un derbi, en Mendizorroza, un punto, que valoraremos con el paso del tiempo».

Después de su reaparición ante el Elfsborg, un choque en el que vivió tranquilo y acabó con la portería a cero, Simón regresó al banquillo. Desde allí vio los partidos contra Rayo Vallecano, Real Madrid, Villarreal y Fenerbahçe. Una situación inusual para él, acostumbrado a la titularidad tanto en el Athletic como en la selección. De ahí que sorprenda verle sentado a la espera de una oportunidad. Lo acepta con deportividad, consciente de que Agirrezabala atraviesa por un buen momento. «Es la realidad que me toca vivir», dijo cuando se le preguntó por cómo lleva la suplencia. «Me encantaría jugar todos los partidos y estar en el césped. Julen está a un nivel competitivo enorme y hay que igualarlo. Ojalá pueda entrar en la dinámica de los partidos», acotó el de Murgia.

Preguntado por cómo se gestionará a partir de ahora la temporada en cuanto a la portería, Simón no supo responder porque, según recalcó, Valverde no les ha desvelado sus planes. «No nos ha dicho nada y no tiene que hacerlo. Ni Julen, ni Padi (Álex Padilla), ni yo podemos discutir al míster, que se ha ganado nuestro respeto con creces. Él toma las decisiones y la que tome... bienvenida sea», manifestó en el interior de Mendizorroza, un escenario en el que le encantó competir. ¿Sintió molestias en la muñeca operada? Aquí quiso ser contundente y dejar las cosas claras. «Sí, pero también tenía más (dolor) el año pasado y el otro y no me impidió rendir», se alejó de cualquier tipo de excusa y de coartada y desvinculó su error del tema físico.

Valverde le puso buena nota a la conclusión del derbi, consciente de que Simón necesita ahora minutos y confianza. «Ha estado sobrio. Se ha relacionado bien con la defensa. El remate ha sido duro y franco, complicado. Estamos contentos con él. Tiene que coger el punto del equipo», manifestó el técnico del Athletic sobre el aspecto que precisamente había destacado el portero: el ritmo de un bloque que juega a velocidad de vértigo. «Veníamos en una dinámica positiva», recordó el meta alavés, quien reconoció que acabó el derbi con un sabor «agridulce»; contento por sumar minutos en la Liga y al mismo tiempo fastidiado por cómo llegó el gol del empate de los vitorianos. «Era un partido cerrado y en el juego estábamos mejor que ellos, pero no generamos muchas ocasiones».

Simón se fue de Mendizorroza con dos paradas, un despeje y 44 toques de balón. Respondió bien por arriba y con el balón en los pies, sin complicarse la vida. El único remate entre los tres palos antes del tanto de Jordán fue de Carlos Martín y lo atrapó sin dificultades. «Mañana valoraremos este punto», insistió en su mensaje el alavés, quien tiene muchas papeletas de repetir en el once el sábado en El Sadar. Será allí, en Pamplona, donde el Athletic despedirá un año inolvidable antes de meterse en la Copa y Supercopa. ¿Quién estará bajo palos? Solo Valverde lo sabe.