El reducido mercado para reforzar el Athletic

Si se lanza a buscar fuera, la alternativa que mejor encaja es el mediocentro osasunista Jon Moncayola, que vendría a reforzar una sala de máquinas en la que ningún jugador se ha consolidado como titular.

Si se apuesta por apuntalar las bandas, aparecen el también rojillo Kike Barja y el madridista Álvaro Odriozola. Los veteranos Javi Martínez (Bayern, cumple 33 en septiembre) y Fernando Llorente (Udinese, cumplió 36 en marzo) tienen pocas opciones. El riojano, de hecho, fue rechazado por el presidente, Aitor Elizegi.

Suceda lo que suceda en el mercado, la determinación del club es apostar por subir futbolistas del Bilbao Athletic, que jugará la fase de ascenso a Segunda. Marcelino debe señalar en breve a los elegidos.

El diagnóstico general es que la posición más débil del Athletic es la de mediocentro. «Es un jugador superinteligente, maduro para su edad, muy completo y que conduce muy bien», define Jagoba Arrasate, su descubridor, a Jon Moncayola. Internacional sub'21, su cláusula de rescisión es de 12 millones de euros. Concluye contrato en 2024.

Osasuna le ha llamado para mejorar su contrato. El club propone mantener la fecha de conclusión, pero a cambio de aumentar su blindaje, según ha podido saber este periódico. Hay clubes extranjeros atentos a este futbolista.

La junta directiva de la entidad navarra no tiene intención de negociar. Su situación económica es ahora buena, considera al jugador el buque insignia y Luis Sabalza, su presidente, no quiere debilitar la posición de su junta de cara a las elecciones que se celebrarán este año. Su planteamiento es 'los doce millones de la cláusula o nada'. Ibaigane está al tanto de la situación, pero no ha movido ficha hasta el momento.

Hay otro mediocentro que se puede poner a tiro del Athletic, el realista Jon Guridi (26 años, 19 partidos, un gol esta campaña). Acaba contrato en 2022, su club le ha ofrecido renovar hasta 2024, pero las conversaciones han quedado varadas porque no acaba de ver claro su futuro deportivo en un equipo con mucha competencia. El club rojiblanco podría irrumpir en el proceso y devolver a la Real el golpe que le propinó con el portero Remiro. En todo caso sería una operación para la campaña 2022-23.

El extremo apareció en la órbita rojiblanca hace años. Lezama intentó captarlo cuando era cadete, pero Osasuna reaccionó y le retuvo. Fue señalado como una de las grandes promesas de la entidad rojilla.

En 2018 volvió a ser vinculado al Athletic. Los rojiblancos, presididos entonces por Josu Urrutia, valoraron su fichaje, pero no se decidieron pese a que la Real Sociedad también le seguía. Marcelino, entonces al frente del Valencia, fue otro que se interesó. La Prensa navarra desveló que había enviado ojeadores para seguirle de cerca.

La opción Barja tiene el problema de que Aitor Elizegi ya pagó un traspaso por un jugador al que el asturiano coloca en esa banda, Berenguer. También que el Athletic cree estar bien cubierto en los extremos.

El Real Madrid quiere desprenderse de Álvaro Odriozola, al que fichó en 2018 tras pagar 30 millones a la Real más cinco en variables. Marcelino puede caer en la tentación de reforzar el lateral derecho, un puesto en el que el veterano De Marcos es titular y Capa ha desaparecido, al punto de que solo jugó el tiempo de descuento de la primera de las dos finales de Copa.

El Athletic está al tanto de las intenciones blancas de dar salida al donostiarra, pero una operación de este tipo tendría un problema casi irresoluble para los rojiblancos. Cobra 3,7 millones en el Madrid, una cifra muy por encima en estos momentos de las posibilidades rojiblancas.