¿A quién regalan los jugadores del Athletic los trozos de la red de la portería de La Cartuja?

Son imposible de olvidar los días de gloria. Eso no quita a que más de uno se haya llevado un 'souvenir' de La Cartuja como recuerdo de esa Copa del Rey que llega tras cuarenta años de sequía. Sería el equivalente para los campeones al imán de nevera en un viaje exótico, salvando las distancias. En este caso, la red de la portería en la que se ejecutó la decisiva tanda de penaltis.

El encargado de cortar la red fue Unai Simón. Tijera en mano, casi no dejó un retal en los postes. La realidad es que es una cantidad ingente de red. Más que de sobra para que cada uno de los jugadores se queden con un trocito. ¿Y qué hacen con todo lo que sobra? Que poca cantidad precisamente no es. Lo cuenta el propio portero. «La última vez (en referencia a la Supercopa) la partimos en cachos, se la dimos a cada miembro que está con nosotros de Lezama», desveló Simón.

Y todavía queda más. «Lo sobrante es para repartir entre nuestra gente, al museo, familiares... Un poco todo. Gente que ha estado siempre animándonos. Un pequeño recuerdo de este día», acaba Simón. Con la faena con la tijera ya hecha, la carga con la ayuda de Yuri. Toca viajar con ello a Bilbao.

Este pequeño detalle puede verse en un vídeo que ha publicado la Real Federación Española de Fútbol en sus redes sociales sobre la celebración rojiblanca. Arranca con el emotivo abrazo de los Williams, otra imagen para la historia. «Vivi, ¡enorme!», se escucha. Villalibre y Lekue lloran. Todos levantan la Copa sobre el césped. Nico después la agarra eufórico durante el paseíllo. «¡Ay! Qué linda se ve!», bromea. «Ha sido un partido difícil, pero esta afición se merece. Cuarenta años después hemos conseguido lo que tantos han intentado y esto es para ellos», zanja el pequeño de los Williams.

También en el vídeo se ve a Muniain alzando la copa el fondo del Athletic a hombros de Dani García. «Esto es gloria bendita. Después de 40 años... no habíamos vivido algo así. Sin palabras. Estoy contento, orgulloso... Quiero llegar a Bilbao. A disfrutar con todos los athleticzales de lo que ha pasado en una noche para la historia», confiesa un Iñaki Williams eufórico.

También aparece Julen Agirrezabala, uno de los grandes protagonistas de la noche con su parada en el segundo lanzamiento de penalti. «¡Somos campeones! Ahora toca celebrarlo», festeja. Sancet, el autor del empate, suelta un «carajo». Y Villalibre toca la trompeta para desatar la fiesta. La gloria suena así.

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