«Queremos contribuir a que el mundo vaya un poquito mejor»
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Iñaki y Nico hacen un alegato en defensa de las personas que emigran para buscar un futuro mejor durante la proyección en Bilbao del documental 'Los Williams'Poco antes del final del documental 'Los Williams', un niño ghanés le dice a otro mientras pescan que no tiene miedo a atravesar montañas, ríos y desiertos para llegar a Europa y convertirse en futbolista con el objetivo de labrarse un futuro mejor. El amigo ... le pide que no lo haga, que está convencido de que va a tomar el camino equivocado y que sólo va a encontrar penurias a este y al otro lado de la frontera. Los padres de Iñaki y Nico lo dejaron todo atrás y se jugaron la vida hace casi tres décadas para llegar al Viejo Continente desde África en busca de oportunidades. En su viaje tuvieron que sobreponerse a numerosas penalidades. También durante los primeros años en Pamplona. Como subrayaron ayer sus hijos al término de la proyección de la película en la Sala BBK, si María Arthuer y Félix Williams no hubieran asumido el riesgo, ahora mismo podrían encontrarse en la misma situación que los dos niños que sobrecogen el alma en el filme, estrenado el pasado viernes en el Festival de San Sebastián.
Representantes institucionales, la directiva del Athletic con su presidente, Jon Uriarte, a la cabeza, la plantilla al completo y el cuerpo técnico arroparon en la capital vizcaína a ambos jugadores internacionales en la exhibición del documental que habla de fútbol, sí, pero que trasciende el deporte para adentrarse sin complejos en problemas de primera magnitud como la emigración, la exclusión social y el racismo. La historia de Iñaki y Nico termina bien, con el sueño cumplido para ellos y sus familias, pero las imágenes desplegadas por el director Raúl de la Fuente son un derechazo directo al hígado contra quienes desprecian al emigrante o miran hacia otro lado cuando este necesita ayuda. Tanto el cineasta como los protagonistas de la cinta expresaron su deseo de que el mensaje y los valores contenidos en cerca de hora y media de metraje traspasen fronteras y «cambien muchas mentalidades». «Queremos contribuir a que el mundo vaya un poquito mejor», proclamó el mayor de los hermanos.
No hay un segundo de respiro en 'Los Williams'. El espectador pasa de la conmoción a la sonrisa casi sin darse cuenta, pero el filme deja poso a través de las miradas y los testimonios de sus protagonistas con una combinación muy estudiada de dureza y esperanza. Llegan especialmente al corazón las palabras de la madre, que vio morir a una persona muy cercana en su terrible travesía hacia el supuesto paraíso y que no tiene reparos en recomendar que nadie haga lo que hizo ella porque los finales felices son casi una quimera. Nico admitió que cuando vieron por primera vez juntos el documental no pudieron parar de llorar imaginándose por lo que tuvieron que pasar sus padres para que su descendencia tuviera una oportunidad. Se sienten «orgullosos» de ellos y piensan que María ejemplifica el sacrificio que deben hacer a diario «miles de madres» para sacar adelante a sus hijos en condiciones a veces muy complicadas.
Iñaki Williams
Iñaki le saca casi nueve años a su hermano Nico. «Soy el patrón», afirma con sorna. En el colegio de Pamplona era el único alumno negro. Asegura que en ningún momento sintió el rechazo de sus compañeros por el color de su piel. Tampoco en el barrio en el que se crió. Sin embargo, sí ha sufrido el racismo en el fútbol. Tuvo que escuchar cómo le llamaban «mono» y le insultaban desde una de las gradas del estadio del Espanyol en un caso que terminó judicializado y que sentó un precedente en la lucha contra este tipo de episodios. El internacional ghanés cree que se han producido avances desde entonces gracias a las condenas contra quienes manifiestan actitudes racistas. «El fútbol representa unos valores que muchas veces se pierden», advirtió.
La película también explora el vínculo de ambos hermanos con sus raíces y deja sugerentes pinceladas sobre la familia, la fe en el esfuerzo y el retorno a los orígenes. Hay momentos divertidos en los que la complicidad de los futbolistas surge de forma espontánea, como si hubieran olvidado que una cámara les sigue y no deja de grabarles. Su conversación mientras pasean por Doha es impagable. Iñaki defendió los colores de Ghana en el Mundial de Qatar. Nico, los de España. «¿Si nos enfrentamos en cuartos de final y marcas un gol lo celebrarías?», le pregunta el mayor al pequeño. «No, no, por respeto no lo haría», le responde sin dudarlo. Después de unos segundos de vacilación, Iñaki vuelve a la carga: «Pues yo sí, además lo haría a lo grande, y en tu cara», suelta antes de que los dos exploten en carcajadas.
Nico Williams
Los Williams admitieron que en el País Vasco muchos conocen su historia, pero se mostraron persuadidos de que la temática de la cinta es universal y puede calar en otros ámbitos. Y en su afán para que «el mundo vaya un poquito mejor» quisieron aportar dos reflexiones. «Se ve en el documental que la gente que viene de fuera no viene a hacer ningún mal, viene a trabajar y a buscar un futuro mejor», resaltó Nico. Iñaki, por su parte, puso en valor las acciones solidarias de quienes «ayudan a los demás sin esperar nada a cambio, como algunas personas hicieron con nosotros». Se sienten afortunados porque han cumplido un sueño que todavía disfrutan «como niños».
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