Queda mucha semifinal

Los rojiblancos saltaron al campo mentalizados de que debían controlar la impaciencia. El análisis en el que había insistido Marcelino ante sus jugadores es que la semifinal se resolverá en la vuelta, que lo importante es mantenerse siempre vivo en ella y cometer los menores errores posibles. La excelente puesta en escena del Valencia, que no vino a atrincherarse tras la Línea Maginot, dejó claro que esta eliminatoria es mucha eliminatoria.

Y así, con mucha paciencia, fueron trabajando la roca de Bordalás hasta marcar el gol que les daba ventaja. Llegó gracias a un remate de cabeza de Raúl García, un jugador que nunca se esconde en escenarios de alto voltaje.

Pero el Valencia, que empezó el partido bien, pasó a jugar muy bien tras el 1-0. Bryan Gil lleva dos semanas en el equipo y ya es el mejor. Un remate suyo, despejado in extremis por Agirrezabala, dio a Hugo Duro el 1-1. Lekue y Berenguer tendrán pesadillas durante unos días recordando lo mal que se lo hizo pasar.

La afición estaba eufórica y se fue con cierta decepción. El Athletic se vació porque estos jugadores se sienten en la obligación de jugar y ganar la final de Copa, pero su esfuerzo enorme no se vio acompañado ni por un resultado favorable. Fue un chasco, pero pasajero. La eliminatoria es muy larga y la ganará el más templado.