Sanidad desaconseja la presencia de público en la final de Copa entre el Athletic y la Real

La Federación desató este miércoles por la mañana la polémica al citar de urgencia a una reunión hoy a las 16.00 horas a los dos finalistas, al Consejo Superior de Deportes (CSD) y a la Junta. El objetivo era salir de allí con un golpe de efecto: que el derbi vasco de Sevilla fuera el primer partido con público trece meses después.

El acuerdo de cuatro de los interlocutores se daba por hecho -Federación, Gobierno autonómico y clubes-. Quedaba la duda de la respuesta del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Fuentes del CSD ya mostraron su malestar a primera hora de la tarde en conversación con este periódico. De hecho, dijeron estar sorprendidos de haberse enterado por la prensa del plan para permitir el acceso de público.

La ministra Carolina Darías ofreció su rostro más duro a las siete de la tarde. «Quiero ser clara y contundente», dijo nada más acabar el Consejo Interterritorial. Sin necesidad de que nadie le hubiera preguntado por la final de Copa y la presencia de público, aseguró: «No es adecuado, no es oportuno y no es conveniente».

Salía así al paso de los movimientos que la Federación había dado con la Junta de Andalucía y con el Servicio de Salud de esa comunidad. «Salud no se opone», reconocieron fuentes del Gobierno autonómico a este periódico. Con el permiso de la consejería andaluza, Rubiales convocó a los clubes a Madrid. En esos momentos de la mañana, la Real Sociedad y el Athletic creían que su derbi sevillano tendría espectadores aunque fueran poco más de 10.000 y todos ellos andaluces.

La ministra Darías es consciente de que la última palabra no es suya, de que en este caso las competencias son de la Junta. Sin embargo, parece complicado que la Federación abra un frente contra el Gobierno que podría tener consecuencias perjudiciales en el futuro para la organización de Rubiales. Además, en todas sus manifestaciones sobre la final de Copa los dirigentes federativos han indicado que no habría espectadores sin el visto bueno del Ministerio de Sanidad.

Darías señaló que su objetivo en la reunión de este jueves será persuadir a los implicados de que «no es el momento» para una final con público: «Estamos hablando de más de 10.000 personas. Entenderán que ante la situación que nos encontramos epidemiológicamente no es posible. Esta ministra va a trabajar intentando buscar el consenso intensamente para que esa asistencia de público no se produzca. No es el momento. Nos falta todavía superar esta situación epidemiológica, esperar que las vacunas hagan su efecto, y quiero reiterar que no es posible».

Una negativa que había encontrado horas antes el respaldo del Ejecutivo vasco. Fue, de hecho, la primera Administración que mostró en público su rechazo a la presencia de espectadores en La Cartuja. Bingen Zupiria, su portavoz, lanzó un mensaje contundente. «No parece el mejor momento para invitar al público a asistir a un encuentro de fútbol cuando estamos pidiendo a la gente que no se aglomere y no se reúna en su domicilio con unidades familiares con las que no convivan habitualmente, y estamos pidiendo a la población que extreme las medidas de protección», advirtió.

La buena evolución de los datos de la pandemia en las últimas semanas hicieron crecer las expectativas de una final con público. La Federación y la Junta han aguardado semanas hasta comprobar si había algún resquicio para permitir que hubiera espectadores. Sin embargo, la tendencia de los últimos días es inquietante y limita las posibilidades de llevar espectadores a Sevilla. A última hora de la tarde se supo, además, que el Ejecutivo andaluz no va a abrir el cierre perimetral entre provincias durante la Semana Santa lo que hará que si, al final, los organizadores de la Copa siguen adelante sólo podrán acudir aficionados sevillanos, ya sea de la capital o del resto del territorio.

Queda por ver qué sucederá en la segunda final de La Cartuja, la que enfrenta al Athletic y el Barcelona el 17 de abril. La Federación desligó las dos citas, aunque la rotunda negativa del Gobierno reduce seriamente cualquier posibilidad.