Durante tres temporadas consecutivas, la Real Sociedad ha logrado la clasificación para Europa, y lo ha hecho siguiendo una receta muy clara. Un equipo formado predominantemente con jugadores de Zubieta, reforzando con futbolistas de fuera aquellas posiciones que podían quedar más débiles y con una ... inteligente política de cesiones. Todo ello bajo las órdenes de Imanol Alguacil, un entrenador de la casa cuya experiencia en la élite, cuando llegó al banquillo realista en 2018, se limitaba a lo nueve partidos que tuvo que dirigir en la campaña anterior tras la destitución de Eusebio. El técnico de Orio ha demostrado estar preparado para el puesto y ha implantado un modelo de juego tan bonito como exitoso. Para la presente temporada el club txuri-urdin perdió a su goleador, Alexander Isak, y poco después a Umar Sadiq, el jugador que había llegado para sustituir al delantero sueco, por una lesión. Además, Mikel Oyarzabal seguía en plena recuperación de la grave lesión que sufrió la temporada pasada. A pesar de estos inconvenientes, el conjunto donostiarra no solo ha mantenido su nivel, sino que lo ha mejorado, y ahora mismo ocupa la tercera posición, que otorga la clasificación para la Champions.
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En temporadas anteriores Alguacil apostó por un 4-3-3, con dos claros extremos. No obstante, la mencionada baja de Oyarzabal, así como las salidas de Portu y Januzaj, llevaron al técnico a optar por un sistema diferente. Esta campaña la Real ha dispuesto un 4-4-2 en rombo, juntando cuatro futbolistas de mucha calidad en el medio campo como son Zubimendi, Merino, Silva y Brais.
Aspiran a dominar los partidos a través de la posesión, instalarse en campo rival y mover el balón con paciencia hasta encontrar los espacios. En este sentido, el rombo es un sistema que garantiza la superioridad en el medio campo, un factor fundamental para entender el éxito de la propuesta. Por supuesto, no existe formación infalible, y este tipo de esquemas desocupan en exceso los costados, lo que puede penalizar tanto en ataque como en defensa. Para paliar esta falta en la fase ofensiva ha sido fundamental la figura de Kubo. Imanol ha dado al japonés libertad para moverse por todo el frente de ataque, y es habitual verle abierto en banda, como un extremo al uso. En defensa, la presión tras pérdida se ha hecho más importante si cabe con el rombo. No es casualidad que la Real sea el equipo que más faltas hace de la Liga, el que más balones disputa y el segundo que más gana esos duelos.
En la portería Álex Remiro (1) continúa siendo titular. Le Normand (24) es el único insustituible en la defensa, un jugador cuyo rendimiento crece cada temporada. A su lado pueden jugar tanto Zubeldia (5), como Elustondo (6), al que también hemos visto como lateral derecho, o el canterano Pacheco (20). En la derecha las alternativas son Gorosabel (18) y Sola (2), mientras que en el costado zurdo Diego Rico (15) se ha hecho con el puesto en las últimas jornadas, que antes ocupaba Aihen Muñoz (12).
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Junto a Martin Zubimendi (3), el faro de esta Real y uno de los mejores jugadores jóvenes en su puesto, se juntan tres zurdos de inmensa calidad para formar el rombo: Mikel Merino (8), interior izquierdo, Brais Méndez (23), interior derecho y máximo goleador del equipo, y David Silva (21), al que están respetando las lesiones y está teniendo mayor continuidad que en las dos campañas anteriores. Como alternativas, Turrientes (22) y Robert Navarro (17), así como Ander Guevara (16) y Asier Illarramendi (4), ya recuperado de los problemas físicos que ha arrastrado las últimas temporadas.
En ataque la Real ha tenido que hacer frente a una auténtica plaga de lesiones. Oyarzabal (10) no pudo jugar hasta el primer partido tras el Mundial, Sadiq (25) se lesionó de gravedad al poco tiempo de llegar y Carlos Férnandez (9) y Barrenetxea (7) también han sufrido problemas físicos. Ha sido clave la mejoría de Sorloth (19), que ya lleva más goles, seis, que en toda la temporada pasada.
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A su lado ha jugado habitualmente Take Kubo (14) y su rendimiento por fin está siendo el que se esperaba, tras varias cesiones infructuosas. El francés Ali Cho (11) ha dejado buenas sensaciones cuando ha participado, al contrario que Karrikaburu (33), del que se esperaba más tras su fenomenal campaña en Segunda. Por último, Imanol ha dado oportunidades al jovencísimo Pablo Marín (42), una de las perlas de Zubieta.
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