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Javier Ortiz de Lazcano
Domingo, 7 de octubre 2018, 19:44
Las declaraciones del vestuario anunciaban un equipo intenso y con Europa como objetivo, pero la realidad es que el Athletic se ha quedado varado en el fondo de la tabla y su objetivo inmediato debe ser abandonar el sótano. Se respiraba optimismo tras ... los empates ante el Madrid y el Barcelona. El futuro se auguraba brillante, pero la cercanía de los puestos de descenso tras la victoria del Leganés comienza a ser una inquietud.
El proyecto de Eduardo Berizzo se basa en la posesión, una presión muy adelantada y juego a máxima intensidad, pero no ha sacado rendimiento a su planteamiento. El propio sistema de esfuerzo estajanovista y ambición ofensiva genera debilidad atrás, bajón de rendimiento en las segundas partes y una acumulación de amarillas. Los rojiblancos cumplen ya seis partidos seguidos sin ganar y aparecen las dudas.
Los partidos ante el Madrid y el Barcelona hicieron soñar a los hinchas, pero lo cierto es que el Athletic no crea ocasiones. Se lanza, por ahora, algo menos que la pasada campaña, cuando ya se remató poco. De los 9,29 remates de media de la Liga de Ziganda a los 9,29 de está. «El principal problema es que para todo el balón que tenemos generamos pocas ocasiones», admite Dani García.
Hay momentos en todos los partidos en lo que el Athletic es el dueño absoluto. Sucedió con la Real Sociedad y con el Villarreal, sin ir más lejos, en el arranque. Sin embargo, los rivales tuvieron un buen pasar. Les basta con capear el temporal, esperar que el rival se desfogue y esperar sus fallos.
Pese al terrible esfuerzo, el Athletic sólo firmó una ocasión de envergadura en el derbi antes del 0-1. Y no fue de jugada, sino de falta, lanzada por Beñat. Berizzo dejó sobre la mesa de la sala de Prensa la idea de un cambio. «Igual hay que encontrar otros caminos más directos, aunque sigo creyendo que podemos jugar a poseer el balón».
Desde el inicio de la pretemporada Berizzo ha dejado claro que tendrá muy en cuenta las circunstancias de Aduriz (cumple 38 años en febrero). El entrenador es consciente de que al atacante le espera una larga temporada y que no puede correr riesgos con él. Sólo ha sido titular ante el Leganés. «No estaba para jugar los 90 minutos», justificó el técnico tras el derbi. Sin Aduriz, el Athletic pierde buena parte de su gol. Dice mucho que los dos únicos remates entre los tres palos en la segunda parte fueran suyos.
Berizzo tiene claro el plan, que Williams sea el nueve. Pero no funciona. La mayor parte de sus partidos en ese puesto son un ejercicio de impotencia. Hay un dato revelador. No marca en Bilbao desde diciembre de 2016. Desde entonces ha superado las 48 horas seguidas repartidas en 36 partidos sobre el césped rojiblancos sin anotar.
Y detrás suyo sólo Muniain (con tres goles) ofrece potencia de fuego. Berizzo necesita más de Raúl García y los jugadores de segunda línea en este apartado.
Los mejores partidos del Athletic han sido ante equipos que quieren jugar el balón desde atrás como Barcelona, Betis y Real Madrid. Pero los rojiblancos han sufrido cada vez que se han encontrado con un rival que se ha encerrado con orden.
El grupo de Berizzo se mete en esos encuentros en un callejón sin salida. Salta al campo con ímpetu, maneja a su antojo la pelota y arrincona al rival contra su portería. Sin embargo, le cuesta tener ocasiones. Los centrocampistas no saben leer el partido para encontrar balones que ofrecer a los atacantes y los centros laterales son escasos o deficientes. Berizzo dijo tras caer en el derbi que a su construcción le «falta imaginación, el hombre para destrabar esa defensa».
Con un equipo muy volcado en el ataque, la eficacia atrás es esencial. Los defensas están obligados además a sacar la pelota jugada. Los errores estremecen y afectan a muchos jugadores. Iñigo Martínez, Unai Nuñez, Berchiche y Yeray han cometido fallos que han costado goles a los rojiblancos. «Nos equivocamos en dos pases de salida de consecuencias fatales», lamentó Berizzo.
Dani García intentó quitar importancia a la cifra de goles encajados en casa, diez. «Si marcamos más, no pasa nada. Además, tenemos una de las mejores defensas de la Liga. Los goles de los rivales son o golazos o fallos puntuales nuestros que se pueden corregir». Susaeta fue más rotundo. «Con una ocasión que hizo, la Real nos marcó tres goles». Los errores defensivos son otra pesada carga más que unir a los problemas para crear ocasiones.
Los datos hablan de un Athletic que llega al final de los partidos al límite de sus fuerzas. Es una evidencia que el equipo de Berizzo flaquea tras los descansos.
En la primera parte los rojiblancos habrían sumado 15 puntos (uno ante Leganés, Villarreal y Real Sociedad y tres frente al Huesca, Real Madrid y Barcelona).
El rendimiento en las segundas partes es preocupante. En periodo sólo han sido superiores en el marcador al Leganés. Con los otros seis equipos el marcador parcial ha sido de derrotas.
La causa hay que buscarla en el deseo de jugar a toda máquina, algo que explica también ser el equipo más tarjeteado de la Liga. Berizzo tiene una plantilla en la que hay muchos jugadores con muchos kilómetros a sus espaldas y otros que no encajan en el perfil de futbolistas capaces de jugar desatados todo un duelo.
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