El precedente ante el Austria de Viena en la Europa League

Las adversas condiciones meteorológicas obligaron a suspender el choque para «garantizar la integridad física de los jugadores», según explicaron entonces los dos clubes tras elevar consultas con la UEFA y la Federación española.

Fue el colofón a una jornada maratoniana para los rojiblancos. La nieve llevaba casi 20 horas seguidas cayendo sobre la capital austríaca y el terreno de juego estaba completamente helado. «Era como ponerse a jugar sobre una madera», explicaban jugadores y miembros del cuerpo técnico del Athletic.

Tras arduas negociaciones la directiva bilbaína consiguió convencer a los representantes de la UEFA totalmente opuestos a la suspensión de un partido. El aplazamiento del encuentro provocó, además, una cascada de conversaciones. Los clubes pactaron que el partido se retrasaría una semana y que la vuelta se llevaría al domingo 27 de febrero, cuatro días después del choque de ida. Ese movimiento llevó, por otro lado, a cambiar el partido de Liga que debía medir a rojiblancos y el Getafe. Los madrileños accedieron a moverlo a marzo, en una semana con compromisos de la selección, que dirigía Luis Aragonés, que a su vez se comprometió a no convocar a jugadores del Athletic.

Todo un galimatías que no tuvo un final feliz para los leones. El primer partido en Viena acabó con un empate a cero, un buen resultado para los vizcaínos. A priori. Porque en un encuentro horrible de los rojiblancos los austríacos se impusieron por 1-2 cuatro días después. La eliminación cortó la racha de un equipo que estaba protagonizando una temporada de buen juego de la mano de futbolistas como Del Horno, Yeste y Orbaiz, entre otros.