Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Imaginemos por un momento a Ernesto Valverde y a sus colaboradores el pasado verano haciendo los planes de cara a una nueva temporada muy exigente. Están en Lezama valorando los escenarios posibles, desde el mejor al peor, y las necesidades sobrevenidas por el hecho de ... tener que alternar las competiciones domésticas con la Europa League. Por ejemplo, la necesidad fundamental de que funcionen bien las rotaciones, algo que nunca es fácil de conseguir. De hecho, sólo lo consiguen -y no siempre- los grandes equipos con plantillas muy extensas.
Pues bien, no hace falta ser el padre Brown para deducir que la situación actual del Athletic es la mejor, o una de las mejores, de las que había imaginado Valverde en julio, tanto por la solidez de su equipo como por los resultados. Ahí es nada estar cuarto en la Liga con 32 puntos en 17 jornadas -los mismos que la pasada temporada, que ya fue magnífica-, pero esta vez con el gran mérito añadido de ser también el líder en la Europa League con cinco victorias y un empate después de seis partidos. (Ayer hubo hinchas rojiblancos que no pudieron evitar la tentación de recortar la clasificación de la UEFA Europa League, reproducirla en un gran formato y luego enmarcarla y colgarla en un lugar estratégico para poder observarla cuando lleguen los días de melancolía).
Es cierto que el cumplimiento estricto de los planes imaginados no podrá certificarse hasta final de temporada y que, a estas alturas del curso, justo antes de las vacaciones navideñas, la prudencia es obligada. La vida en general da muchas vueltas y la del fútbol, todavía más. El técnico rojiblanco nunca deja de recordarlo y volvió a hacerlo el miércoles en la sala de prensa del Sukru Saracoglu, feliz y orgulloso tras una nueva victoria. «Hay que ir paso a paso y no mirar a la final porque si lo haces no ves lo que tienes por delante», aseguró cuando le preguntaron por la posibilidad de disputar el título de la Europa League en San Mamés el próximo 21 de mayo.
Nadie puede discutir que el Athletic va paso a paso en la buena dirección. (Conviene introducir este último matiz porque, como es bien sabido, también ser puede ir paso a paso hacia el cadalso o el abismo). Haber llegado casi al final de la primera vuelta en la cuarta plaza y que se hable con ilusión de la Champions ha sido una inyección añadida de autoestima que complementa a la que ya están recibiendo los rojiblancos en la competición europea, donde disfrutan de una racha histórica; una racha, por cierto, que va a hacer posible algo que Valverde celebrará a lo grande en cuanto se confirme matemáticamente: el pase directo a los octavos.
Librarse de una eliminatoria europea a doble partido es una bendición. Y más cuando el calendario de un equipo es tan apretado como el del Athletic esta temporada. La situación es fácil de valorar. Sin el pase directo a los octavos de la Europa League, que se disputarán el 6 y el 13 de marzo, el Athletic tendría que disputar unos dieciseisavos el 13 y el 20 de febrero. Es decir, en mitad de un mes en el que, si superan al Logroñés y pasan también los octavos (14,15 o 16 de enero), los rojiblancos podrían estar en plena faena en la Copa del Rey. Y es que los cuartos, todavía a un partido, se disputarán el 4, 5 o 6 de febrero y la ida de las semifinales, el 25 o 26 de ese mismo mes. ¿Cómo no celebrar a lo grande, por tanto, entrar directamente en los octavos?
Los grandes resultados del equipo, que sólo ha perdido uno de sus últimos 19 partidos y tuvo que hacerlo fallando tres penaltis, se explican desde luego porque los mejores planes que hizo Valverde el verano se han cumplido casi al 100% en un aspecto crucial: el rendimiento de sus jugadores. Que Padilla brillase en sus primeras apariciones por las bajas de Agirrezabala y Unai Simón ya fue un buen presagio, al que ha seguido otra noticia muy buena para el técnico de Viandar de la Vera. Nos referimos al hecho de que Gorosabel y Adama estén respondiendo como sustitutos de De Marcos y Berchiche, algo muy importante, y que Jauregizar también se haya consolidado. De hecho, ya está por delante de un Vesga que ha perdido mucho protagonismo en el último año.
Han sido tres incorporaciones claves para la buena gestión de unas rotaciones en las que también está teniendo un papel significativo Yeray. Lo cierto es que, bien mirado, la única decepción clara hasta la fecha está siendo Álvaro Djaló. Que el gran fichaje de la temporada no haya jugado ni un solo minutos en los tres últimos partidos es muy significativo. Da la impresión de que, tras lo visto ante el Rayo, su entrenador decidió darle un descanso para que recapacite y se serene. Sería un nuevo plan de Valverde para que también Djaló consiga subirse a este tren en marcha que es el Athletic.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.