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El Athletic comunicó el lunes de forma oficial que los entrenamientos presenciales en Lezama quedaban suspendidos. ¿Hasta cuándo? No se sabe. El avance del coronavirus ... altera agendas en cuestión de horas y modifica protocolos a gran velocidad, casi tanta como la facilidad con la que se contagia. En el club no se ha registrado ningún caso de enfermedad y los jugadores cumplen con las recomendaciones sanitarias y los deberes hechos 'a la carta'. Hasta se les llevaron máquinas que habitualmente usan en Lezama. Resulta complicado trabajar en este contexto y mantener el ritmo competitivo de cara a unos partidos que quién sabe cuándo volverán a disputarse. Nadie cree que la Liga vaya a reanudarse en breve y la incertidumbre es total, en los clubes y las plantillas. La pregunta es: ¿Cómo actuar ahora y qué hacer para que los profesionales conserven la forma en este indefinido paréntesis por el COVID-19? Los preparadores físicos Javi Reyes, ex del Athletic, e Iván Díaz, ex del Atlético y ahora en el 'staff' técnico del Ludogorets búlgaro, trazan para EL CORREO las líneas de un plan integral que habría que seguir para que el futbolista se mantenga en condiciones.
Javi Reyes formó parte del cuerpo técnico de Joaquín Caparrós y durante cuatro años se preocupó de tener a los jugadores del Athletic en perfecto estado de revista. Atiende la llamada de este periódico desde La Coruña, donde está con su mujer y familia. Le apasiona su profesión y habla con entusiasmo sobre qué haría él si estuviera en Lezama. Elogia a Juan Iribarren, actual preparador físico, y afirma que está convencido de que «ya tenía adelantando un plan específico». Este diario quería conocer de primera mano los protocolos de Iribarren, pero el club ha creído conveniente dejarlo para más adelante.
«El escenario actual es fácil de atender», comenta Reyes sobre el plazo inicial de dos semanas sin Liga. «Lo que yo haría sería testar el momento específico de cada uno de los futbolistas y articular un trabajo personalizado», argumenta el experto.
Lo que está claro es que el deportista no puede quedarse inactivo y convendría analizar todos sus parámetros. «Disponemos de información diaria gracias a la tecnología, el GPS», comenta Reyes sobre el aparato que portan los jugadores y que recoge los datos de su rendimiento. «Nos retratará el estado fisiológico del profesional. Tenemos los indicadores de fatiga como cortisol, testosterona, urea, ferritina, que nos dirán objetivamente en qué momento se encuentra el futbolista. A partir de ahí articularíamos los entrenamientos».
Pero Reyes cree que el parón será más largo que los 14 días decretados inicialmente. ¿Y entonces, qué? «Habría que hacer un período de transición, como en las vacaciones. Proporcionar a todos un plan de trabajo que pueda ejecutarse en casa -ya lo tienen los rojiblancos y hasta material de Lezama, que usan en sus sesiones diarias- y en espacios abiertos».
El expreparador físico del Athletic, que acaba de desvincularse de la selección de Rumanía, insiste en la importancia de «restablecer los niveles psicofísicos y preparar el organismo para el siguiente período competitivo, sea cuando sea». Ahora bien, y más allá del aspecto puramente físico, Reyes subraya la necesidad de trabajar el perfil emocional de los jugadores. «Debemos vigilar el estado psicológico de los futbolistas. Es igual de transmisible que el coronavirus. El pensamiento positivo se convierte en negativo de una forma increíble, muy fácil. La psicología es un área de trabajo muy poderosa», avisa.
Es justo lo que mantiene su compañero Iván Díaz, atrapado en Bulgaria por el COVID-19. «Hay que trabajar mucho el tema emocional del futbolista», comenta desde Razgrad, ciudad a la que llegó procedente del Atlético. En el club 'colchonero' integraba el equipo del 'Profe Ortega'. «Debemos dar tiempo suficiente a la gente para que esté con su familia». Él está solo en la ciudad porque su mujer y su hija se han quedado en España. «Es duro estar separados. No puedes ayudarles». Por eso incide en la vertiente psicológica del profesional. Entiende que la actividad física debe ir acompañada de la emocional. «Yo propondría entrenar cuatro días a la semana con la fórmula sesión simple, doble, simple, doble. Serían seis en total y el viernes, sábado y domingo el jugador podría estar libre, con los suyos», aconseja.
Díaz reconoce que es difícil mantener el nivel físico óptimo porque la «competición es lo que te da la forma. Pero al menos te garantizas entrenar cuatro días a la semana. Hay que decidir la carga de trabajo y la dinámica», acota. Avanza que el Ludogorets volverá al trabajo el lunes, aunque en grupos «reducidos de seis personas». Ejercitarse dentro del colectivo es más fácil, pero con las sesiones de Lezama suspendidas el trabajo muta en individual. «No pasa nada», precisa Reyes. Yo siempre le pregunto al jugador antes de irse: «¿Dónde vas a estar? ¿Qué posibilidades tienes? En función de su respuesta le diseño un plan individual. Con el balón es más limitado porque no hay oposición, pero los objetivos fundamentales se irán cumpliendo», concluye el hombre que recuerda con «mucho cariño» su paso por el Athletic.
El confinamiento impuesto por el estado de alarma decretado el pasado fin de semana ha vaciado las instalaciones de los equipos de Primera, incluyendo las de Barcelona y Real Madrid. Las plantillas de estos dos gigantes entrenan estos días en solitario, con los jugadores recluidos en sus domicilios y siguiendo rutinas de trabajo pautadas por sus respectivos preparadores físicos.
El Barcelona no se entrena en la ciudad deportiva desde el 12 de marzo. En el césped del campo Tito Vilanova, para evitar contagios bajo techo, recibieron una charla por parte del doctor Antoni Trilla, jefe de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, y del doctor Jaume Padrós, presidente del Colegio de Médicos de Barcelona. Les pidieron responsabilidad, dar ejemplo a la sociedad en la lucha contra la propagación del virus y no salir de viaje. De allí salieron con un plan personalizado.
Un factor a tener en cuenta es la situación personal en la que cada jugador comenzó el confinamiento. Frenkie de Jong, por ejemplo, está solo en Barcelona y a Martin Braithwaite le pilló alojado en un gran hotel 'fantasma', con apenas diez habitaciones ocupadas. Y allí cumple con su tabla de ejercicios en solitario.
El Real Madrid abandonó Valdebebas el 12 de marzo. El positivo por coronavirus del ala-pívot Trey Thompkins motivó que el club pusiese en cuarentena a las plantillas de fútbol y baloncesto. Grégory Dupont, preparador físico, habló con los jugadores. Les dijo que entrenasen entre hora y media y dos horas por las mañanas, y otro rato por las tardes.
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