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Minuto 64 del partido de Copa ante el Sestao. Gaizka Garitano ordena un cambio. La tablilla del cuarto árbitro ilumina el número 10. Es la ... hora del regreso de Iker Muniain tras dos meses de ausencia por una lesión muscular. Un problema en el bíceps femoral izquierdo le hizo perderse siete encuentros, pero el capitán demostró en Las Llanas que está listo para volver a ser una pieza fundamental en el engranaje rojiblanco. El mediapunta estaba en condiciones de jugar ante el Celta y así ha sido. Con su titularidad a alcanzado la mágica cifra de 400 partidos con el Athletic, lo que le coloca a la altura de Aduriz (400), Urrutia (401), Dani y Carmelo (402) y le ubica entre los 17 primeros de una selectísima lista que encabeza el mito Iribar con sus 614 batallas.
🔝 @IkerMuniain10 alcanza los 400 partidos oficiales con el primer equipo del #AthleticClub 🔴⚪🦁
Athletic Club (@AthleticClub) January 19, 2020
Zorionak, capitán 💯
👏 LEYENDA ROJIBLANCA 👏 pic.twitter.com/vo1P3AW5A4
A sus 27 años, Muniain alcanza los 400 partidos en su undécima temporada, después de haber debutado el 30 de julio de 2009 frente al Young Boys suizo en una previa de la Europa League. Desde aquel estreno de la mano de Joaquín Caparrós, el navarro se ha convertido en uno de los futbolistas favoritos de San Mamés y ahora, 399 choques y 58 goles después, ha pasado de ser aquel Bart Simpson travieso a capitán. Para valorar este recorrido, EL CORREO ha hablado con cinco entrenadores que ha tenido el de La Txantrea desde que recaló en Lezama con 12 años. Unai Melgosa, Bingen Arostegi, Kike Liñero, Joaquín Caparrós y José Ángel 'Cuco' Ziganda trazan el perfil de un futbolista distinto, un «chaval adelantado a su tiempo» que quemaba etapas a velocidad de vértigo y disfrutaba con el balón en los pies. Es un amor duradero, el de Muniain con la pelota. Son uno, como la opinión de estos técnicos cuando se les pide que le definan: «Diferente».
Unai Melgosa le tuvo en Cadete B y en el Juvenil B. Le entró por el ojo nada más verle y ahí sigue, imborrable a pesar de la distancia y los años. «Cuando pienso en Iker me pregunto: '¿Me ha dejado más huella como jugador o como persona?'. Pues como persona. Era cercano, cariñoso, un poco infantil en algunas cosas, pero al mismo tiempo atrevido. Tenía mucha cercanía con el cuerpo técnico. Hablaba, bromeaba, pero sobre todo quería mejorar. Marcaba la diferencia», comenta el segundo entrenador del Ferencváros húngaro.
Ser un jugador extremadamente talentoso y distinto es lo que ha permitido a Muniain subir tán rápido la escalera de Lezama. «Era diferente a los demás. Abría lo que estaba cerrado y eso es oro», remarca Melgosa, quien confía en que al tener solo 27 años logre «el récord de partidos. Es un chico que nunca se ha conformado». Al ser preguntado por cómo vivía el fútbol, su gran pasión, el técnico recuerda que «pertenece a la generación del 92. Yo no la olvido y seguro que él tampoco. Los chavales demandaban mucho al entrenador. Estaban Bustinza, Guarrotxena, Eguaras, Muniain... Iker era un espíritu libre que aparecía con una acción tremenda. Se lo pasaba fenomenal jugando. Esa parte de niño rebelde que tenía aparecía constantemente. Su lado distinto, creativo y libre no se le puede arrebatar».
El siguiente escalón en el aprendizaje de Muniain llegó con Bingen Arostegi en el Juvenil A. «¿400 partidos? Nada me sorprende de Iker. Los cumple además con dos lesiones del cruzado de por medio. De no haber sido por eso estaríamos hablando de unas cifras para asustar. Fue precoz en todo», subraya el vizcaíno, quien también fue el ayudante de Ziganda en la élite. «Con 14 años -rebobina- hizo la pretemporada con el primer equipo, con 15 realizó media campaña con el Juvenil A y otra media con el Bilbao Athletic y con 16 debutó. Siempre ha vivido por delante de su edad».
Al ser cuestionado por los 400 partidos que alcanzaría mañana y sobre lo que le queda de recorrido, Arostegi está convencido de que Muniain romperá barreras. «Es conciente de su situación. Ve a la gente que ha hecho historia en el Athletic y con la edad que tiene está casi donde están ellos. Las lesiones le han ayudado a madurar, a aprender, a observar el fútbol desde el otro lado, que no es todo bonito. Tiene familia, otras responsabilidades y eso le ha venido bien para que podamos ver a Iker que estamos viendo».
En esta carrera meteórica del navarro hacia el primer equipo, con el que debutó con 16 años, hizo una parada en el filial, la antesala de la élite. Allí estaba Kike Liñero, quien asegura que lo que más le llamó la atención fue el «desparpajo» del chico. «Es lo que vimos desde que estaba en La Txantrea. Es un jugador que desarrolló antes que sus compañeros. Hay algunos que desarrollan mucho y se quedan, pero Iker ha ido siempre en buena progresión. En el Bilbao Athletic decidí subirle sin pasar por el Basconia. Internamente no lo entendió todo el mundo, pero me hice fuerte», aclara.
Liñero, un gran conocedor de la fábrica rojiblanca y del fútbol base, recuerda el día que le hizo debutar con el filial. «Fue en Lezama. Por ética y respeto a sus compañeros empezó en el banquillo y le metí en la última media hora. A partir de ahí, y hasta que subió al primer equipo, -tardó tres meses o cuatro-, fue titular indiscutible. En el segundo partido, contra el Ciudad de Santiago en Compostela, la gente ya preguntaba 'quién es ese'. Sacó cuatro o cinco amarillas en la primera parte». Retrata a la perfección la personalidad del ahora capitán: «No se relaja nunca. Es ganador, competitivo y siempre lo da todo. Su forma de ser gusta a la gente. Tiene calidad, pelea y el público le quiere. No me cabe ninguna duda de que terminará su carrera en el Athletic».
En verano de 2009, el niño entró en el mundo adulto. Joaquín Caparrós, que ya había tenido a Muniain en sus jornadas de tecnificación en Lezama, decidió reclutarle para la eliminatoria de la Europa League contra el Young Boys. «Vi a un jugador distinto, con desparpajo y adelantado a su edad. Un talento. Poco a poco fue sacándolo y ahora hablamos de palabras mayores: 400 partidos en un equipo como el Athletic. Se impregnó rápidamente de lo que es el ADN del club», dice desde Sevilla.
«Cuando llegué al Athletic, el primero que me dijo que había un chaval diferente fue Blas Ziarreta. Le pregunté por la cantera y me dijo: 'Joaquín, hay un chico, pero la edad...' 'La edad me da igual', contesté. Hacía ese trabajo con jóvenes en el Sevilla como Ramos, Capel, Navas, Antonio Puerta. Y en Iker vi a un jugador con muchísimo talento al que había que ayudar. Su personalidad le ha llevado hasta aquí. Ha cogido el rol de líder y ha heredado las enseñanzas de los otros capitanes. Todos tienen un denominador común: saben lo que son los valores del Athletic». El utrerano guarda un cariño especial a 'su chaval'. «Vive para el fútbol. Disfruta en su club, que es donde quiere estar, y eso hace que pueda batir todas las marcas».
Caparrós, Bielsa, Valverde, Ziganda, Berizzo y Garitano son la media docena de entrenadores del primer equipo que han tenido a sus órdenes a Iker Muniain. 'Cuco' otorga «mucho mérito» al hecho de que alcance los 400 partidos con 27 años. «Empezó muy joven y se mantiene a pesar de dos lesiones gravísimas. Ha soportado mucha exigencia para su edad. Hablamos de un jugador que demuestra en el campo la pasión que siente por el fútbol, que se divierte jugando y entrenando». El técnico hace un análisis completo del diez. «Es un jugador distinto, diferente. No solo por su estilo y las condiciones, sino también porque es diferente de lo que la gente piensa. Puedes imaginar que es un futbolista extrovertido, valiente y que disfruta jugando, pero luego es muy sentido en la derrota. Le afectan las malas rachas. Le duele. Y luego es una persona atenta y abierta a aprender y a mejorar».
'Cuco' pone el broche a este recorrido por la trayectoria de Muniain con una sentencia. «Lo normal sería que siguiera con esta progresión y que vaya sumando partidos. Su compromiso con el club es muy grande. No tiene por qué cambiar». En solo cuatro años, cuando estaba en el Infantil A, consiguió debutar con el primer equipo. Un niño. Hoy es padre de familia y lleva el brazalete de capitán. Los 400 partidos le abren las puertas de otra dimensión, un mundo reservado a elegidos.
15 años lleva en el Athletic Muniain, desde 2005, cuando entró en Lezama con 12 años.
399 partidos se distribuyen entre Liga (303), Europa League (54), Copa (35) y Champions (7).
58 goles marcados entre Liga (44), Europa League (9), Copa (4) y Champions (1).
2 veces se ha lesionado de gravedad, con roturas de cruzado en ambas rodillas (2015 y 2017).
2024 es el año en el que acaba contrato el capitán. No tiene cláusula de rescisión.
Los protagonistas
Unai Melgosa, Técnico
Bingen Arostegi, Técnico
Kike Liñero, Técnico
J. Caparrós, Técnico
'Cuco' Ziganda, Técnico
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