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El Athletic sufrió ayer un nuevo fiasco en Liga. Gaizka Garitano vive su peor momento en el torneo de la regularidad al frente del Athletic. Diez jornadas sin ganar. Y está cerca de igualar la pésima racha que vivió en su debut como entrenador en ... Primera División. Aquel curso 2014-15 el Eibar que entonces dirigía firmó once partidos sin ganar. Aquel equipo que maravilló en una primera vuelta para enmarcar a pesar de ser uno de los clubes que había ascendido de Segunda, acabó en puesto de descenso y se salvó en los despachos por los problemas económicos del Elche.
1 de diciembre de 2019. Ése fue el último día en el que el Athletic ganó en Liga. Fue un 2-0 ante el Granada. El equipo de Garitano estaba entonces en plena batalla por Europa. Desde entonces, cinco empates y cinco derrotas, las últimas cuatro de ellas seguidas incluida la de ayer.
Ahora su equipo se ha convertido en el peor de estos últimos diez partidos, en los que sólo ha sumado cinco puntos. Europa ya no es un objetivo por medio de la Liga. La distancia que separa al equipo de Garitano de la competición continental es la misma que la que le distancia del descenso, nueve puntos. Los rojiblancos se ven obligados a mirar de reojo hacia la zona baja de la tabla, algo que no habían hecho en todo el curso.
El entrenador no sólo está cerca de igualar una mala marca personal. Se acerca peligrosamente al peor registro del Athletic en Liga. Con los diez partidos sin ganar iguala a José Ángel Iribar en la campaña 1985-86. Peor periodo de infortunio sólo lo tiene en el club Eduardo Berizzo con los trece duelos sin ganar que le costaron el puesto la pasada campaña.
Caer en Vitoria coloca, además, a Garitano ante una disyuntiva delicada. Con una racha más favorable en Liga, se daba por seguro que reservaría efectivos ante el Villarreal el próximo domingo en San Mamés antes de viajar a Granada el jueves siguiente. Ahora, con el equipo varado en la zona media de la tabla, coge fuerza la impresión de que no podrá dar descanso a sus principales jugadores ante los castellonenses. «Ahora estamos reventados moralmente», resumió Dani García nada más ponerse ante los micrófonos al concluir el partido. El de Zumarraga regresaba ayer al once tras cumplir sanción frente a Osasuna.
El mediocentro presentó a su grupo en medio de una sucesión de adversidades. «Hacemos mucho, pero nos mata que nos metan en una contra tras una falta lateral nuestra y a balón parado. Todo lo que nos puede salir mal, nos sale mal. Las sensaciones del juego son buenas, pero no matamos los partidos. Es una pena porque creo que estamos mereciendo más de lo que tenemos».
Dani García admite que esta prolongada sucesión de malos resultados no es la mejor forma de encarar el partido de Granada en el que, tal y como están las cosas, los rojiblancos se juegan toda la temporada. «La dinámica es mala, pero a nivel de juego y de moral el equipo está bien. Hay que apostar todo por la Copa y terminar la Liga con buenas sensaciones. Todo Bilbao tiene una ilusión de la leche con ese torneo y les tenemos que recompensar». El centrocampista quitó importancia al bajón físico del equipo. «Mi padre estaba peor en la fábrica».
Muniain fue el mejor. «Es un palo muy fuerte», lanzó el capitán. «Habíamos hablado del peligro del Alavés en jugadas de estrategia al segundo palo y no hemos estado acertados para defender la del 2-1. A pesar de eso, he visto al equipo bien y generando juego», resumió. Y se despidió con un «hay que tratar de superar esta mala racha cuanto antes».
muniain
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