Robert Basic
Domingo, 17 de junio 2018
Si hacemos una interpretación rigorista del calendario, faltarían nueve meses para la celebración de las elecciones a la presidencia del Athletic. Claro que pueden ser menos -ocho, siete y hasta seis- porque todo depende de la voluntad del actual inquilino de la planta noble ... de Ibaigane, Josu Urrutia, quien ha manifestado por activa y por pasiva que no piensa adelantar la cita con las urnas y que ubicará su celebración en el primer trimestre de 2019. Hasta aquí se ha pronunciado el hombre que gobierna el club desde 2011 y que, a día de hoy, no contempla ir a la reelección, aunque sí confeccionar una plancha continuista que defienda los principios básicos de su filosofía. Más allá de los muros que aíslan el palacio, en el horizonte aparece clara la figura de José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor y candidato declarado a la sucesión, y también se perfila una alternativa con Mario Fernández -hijo del expresidente de Kutxabank- como uno de los hombres fuertes de esta plataforma y Javier Clemente en papel de asesor en el área de Lezama. Hay más actores que se mueven y tantean el terreno que pisan, que poco a poco empieza a consolidarse y dar forma al panorama electoral.
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Los movimientos fluyen y la mayoría se conoce entre ellos. Son grupos más o menos definidos, algunos más favorables que otros a posibles fusiones y pactos, y también los hay que creen firmemente en su proyecto y no piensan diluirse en busca de alianzas electorales. En cualquier caso, a todos les une un denominador común y es la expectativa por conocer la hoja de ruta institucional, es decir, el rumbo que piensa tomar el actual equipo de gobierno respecto a su posición en Ibaigane. Con Urrutia prácticamente descartado para volver a meterse en la arena electoral, pese a que algunas voces de su entorno más próximo le animan a intentarlo, las corrientes alternativas quieren saber quién sería el hombre elegido para sustituirle y definir así sus estrategias, aún pendientes de desarrollo y no exentas de dificultades. Podría decirse que hay hasta tres grupos perfilados que trabajan en la confección de sus respectivas candidaturas, alguna más avanzada que otra, sin olvidar a la gente que se mueve en la retaguardia y explora sus posibilidades.
El verano ralentizará un poco las estrategias y las labores de acondicionamiento de las pistas de aterrizaje. Un pequeño paréntesis que dará paso al acelerón a la vuelta de las vacaciones. Urrutia está decidido a echarse a un lado porque, además del lógico desgaste que provocan ocho años en el cargo, sabe que esta vez no contará con los apoyos que le sostuvieron en 2011 y que el PNV tampoco le pondrá la alfombra roja hasta las escalinatas de Ibaigane. En este contexto cobra especial importancia el posible relevo que pudiera gestarse dentro de la junta directiva en forma de hombre llamado a mantener vivo el ideario del deustoarra, quien podría anunciar la fecha de los comicios en la asamblea de octubre. En principio, solo habría dos perfiles que encajarían en el molde presidencial: el de Alberto Uribe-Echevarria y el de Javier Aldazabal, aunque el contador es el que partiría con ventaja en el escenario sucesorio. El deseo del deustoarra sería armar una plancha continuista que garantice mantener su visión genuina del Athletic.
Fuera de las paredes del palacio, donde se sigue trabajando en los fichajes y por supuesto en clave electoral, se están rematando plataformas que aspiran a gobernar el Athletic, o al menos a intentarlo. A mediados de febrero, Jainaga dio el paso y adelantó su intención de pelear por la presidencia. Tiene avanzado su proyecto institucional y también deportivo, liderado por gente con pasado rojiblanco que lleva tiempo estudiando la realidad del Athletic y cómo mejorar el funcionamiento de Lezama. Rafa Alkorta es el hombre en el que piensa el empresario para atender esta parcela, en la que estaría rodeado de apellidos conocidos. El camino está pensado y las incorporaciones se irán haciendo en los próximos meses hasta completar el organigrama. Todo el mundo sabe que los acontecimientos se precipitarán después del verano y que la carrera por colocarse bien en la parrilla de salida arrancará a partir de septiembre.
Más allá de una candidatura continuista y de Jainaga, quien mide sus tiempos y calibra los plazos de actuación, hay un grupo que lleva tres años y medio trabajando en la más absoluta discreción y en un proyecto con el que pretende transformar el funcionamiento interno y externo del club. Es gente joven, de entre 40 y 50 años, y sin ningún pasado en las anteriores batallas electorales. Su perfil es netamente gestor y la parcela deportiva la dejarían en manos de profesionales, exfutbolistas y de peso. Uno de los hombres fuertes de esta plataforma es el abogado Mario Fernández, hijo del exdirector de Kutxabank, pero en ningún caso es el único y tampoco significa que encabezaría la plancha electoral. Han celebrado más de 50 reuniones, a día de hoy su núcleo duro estaría integrado por una decena de personas -este cuerpo ha ido mutando y cambiando de integrantes y consejeros con el tiempo- y saben que el PNV les ve con buenos ojos. Aun así, todavía no quieren dar un paso al frente y presentarse en sociedad, aunque Clemente, su asesor en el tema de Lezama, habló en Telebilbao e iluminó los contornos de una alternativa de la que dijo que tenía «muy destripado» al club y que quiere potenciar la «marca Athletic».
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El panorama electoral va tomando forma y comenzará a constituirse con nombres, apellidos y programas a partir de los meses de septiembre y octubre. De momento existen tres bloques y bastantes dudas y condicionantes, que van desde los avales -habría que garantizar personalmente el 15% del presupuesto (aproximadamente 16 millones de euros)- hasta el tema económico y su equilibrio y la marcha del equipo, también a tener en cuenta cuando alguien pretende competir con la línea oficialista. Y luego hay grupúsculos, actores sueltos, que están atentos a los acontecimientos y que podrían animarse con una plancha o llegado el caso ser absorbidos por otras candidaturas. Uno de ellos es el famoso cocinero Aitor Elizegi, quien jamás ha escondido su deseo de convertirse algún día en el presidente del Athletic. Rojiblanco hasta la médula, el empresario medita construir su propia propuesta o participar en otras porque no le gustaría que hubiese cinco alternativas con la consiguiente dispersión de voto.
Por ahora todo el mundo se vigila y controla los movimientos ajenos, pero será a la vuelta de las vacaciones cuando se precipite todo y se identifiquen los frentes de una batalla que se intuye apasionante.
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