No hay que caer en el pesimismo, toca confiar en el Athletic

Sin embargo, lo importante no es lo que pasó, sino lo que viene. ¿Hay que preocuparse por esta derrota? Definitivamente no. Este equipo, bajo el mando de Ernesto Valverde, ya ha demostrado tener las herramientas necesarias para afrontar con garantías los retos que el futuro le depara.

Los errores de Estambul servirán como lección, como punto de partida para ajustar lo que no funcionó. Lo que viene por delante es exigente, sí, pero este Athletic ya ha demostrado en más de una ocasión que puede competir contra cualquiera, en cualquier escenario. Así que, lejos de caer en el pesimismo, toca confiar. Porque si algo caracteriza al Athletic es su capacidad para levantarse más fuerte tras una caída. Y porque sabemos que una mala tarde la tiene cualquiera.

El Athletic es un equipo que vive de la intensidad y el esfuerzo colectivo. Su fortaleza está en la presión alta, en el dinamismo de sus bandas y en la solidez defensiva, asfixiando al rival y concediendo muy poco. Cuando cualquiera de estos pilares se tambalea, el equipo sufre. Y en enero hemos visto a un Athletic que está cometiendo más errores de los que nos tiene acostumbrados y por lo tanto concediendo más de la cuenta.

Ahí tiene Valverde tarea para recuperar esa solidez defensiva.