Peru Nolaskoain estampó este lunes su firma en un nuevo contrato que le une al Athletic hasta el 30 de junio de 2024, con una cláusula de 60 millones de euros que blinda su futuro más inmediato como rojiblanco. El joven guipuzcoano, de ... 19 años, ha visto cómo ha cambiado su vida en apenas unos meses y ha pasado de cambiarse en el vestuario del filial a debutar en la élite y marcar a Leo Messi en el Camp Nou. «Ha pasado todo muy rápido y todo ha ido bien. Estoy feliz de estar aquí», ha comentado este martes en Lezama, donde ha evitado los lugares comunes y discursos vacíos para admitir con toda la naturalidad del mundo que la Real Sociedad había puesto una oferta encima de la mesa. El de Zumaia, sin embargo, decidió que su sitio estaba en Bilbao. «Tuve la oportunidad de irme a la Real, pero quise seguir aquí», ha reconocido el guipuzcoano, quien ha subrayado que sabía perfectamente dónde continuar con su carrera. «Hay que estar agradecido en esta vida. El Athletic me lo ha dado todo», ha repetido en más de una ocasión, encantado de haber cumplido su «sueño» de competir en los estadios de Primera División.
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Hace tiempo que las conversaciones estaban encauzadas y, tal y como adelantó este periódico, la Real llamó a su puerta y le hizo una oferta para hacer las maletas y cruzar la A-8. Nolaskoain escuchó lo que tenían que decirle y luego reforzó su compromiso con la entidad bilbaína, que le blindó con una cantidad importante y le suscribió un importante aumento salarial. «Estoy muy feliz de pertenecer a este club, a esta familia. Que sea la primera renovación de muchas», ha declarado el central, un joven al que la llegada de Eduardo Berizzo cambió la vida y le catapultó a un mundo nuevo. «Estoy muy agradecido al 'Toto' por subirme -al primer equipo- y darme la oportunidad de debutar. He cumplido un sueño». Ha admitido que no se esperaba volar tan alto y que viaja a velocidad de vértigo, que espera mantener bajo control. «Venía con la ilusión de un chaval de ver si sonaba la campana y, si no, pues volver al Bilbao Athletic». No solo se quedó, sino que abrió la Liga como titular y ya ha participado en tres de los seis partidos disputados hasta la fecha.
Sabe que esto va en serio y que se le mira con otros ojos; en realidad, como a uno más, que debe justificar en el campo lo que ha firmado en los despachos. «Ahora tengo una mayor responsabilidad porque el club ha apostado fuerte por mí y quiero devolvérselo». En el campo, se entiende, porque el viernes viene la Real Sociedad, el equipo que le invitó a cambiar de colores, y el de Zumaia aguarda con impaciencia el derbi. Si no se recupera Iñigo de su golpe en el cuádriceps, sabe que tiene todas las papeletas para volver a formar en el centro de la defensa junto con Yeray. «Los dos necesitamos los tres puntos y trabajaremos para conseguirlos», ha prometido, muy tranquilo y sereno ante las cámaras, sin alterarse lo más mínimo por el compromiso adquirido y la próximidad de un duelo especial.
Nolaskoain es consciente de la importante del derbi y de lo que significa. Una victoria dispararía al Athletic y le daría la tranquilidad necesaria para marcharse al parón sin dolores de cabeza y con el convencimiento de que el modelo empieza a solidificarse y dar resultados. En este sentido, el central ha abogado por hacerse con el control del partido y minimizar los errores ante un rival herido. «Cualquier fallo te vacuna en esta competición. Cuando tengamos la oportunidad de hacer daño, hay que acertar. Debemos llevar el peso y convertir las ocasiones en goles». Preguntado por dónde viene el principal peligro de los donostiarras, el defensa ha resaltado el alto nivel de su rival pero ha dado dos nombres. «A Oyarzabal le conocí en la selección de Euskadi y es muy decisivo. Hace daño. Y Willian José es muy ofensivo y nos costará defenderle, pero contamos con equipo suficiente para hacerle frente. Los derbis -ha subrayado- son siempre de altas pulsaciones».
El guipuzcoano ha reconocido que al Athletic le cuesta mantener la frescura y la intensidad en las segundas partes porque, en su opinión, el desgaste físico que soportan es brutal y «al final no llegamos como queremos. Hay que aguantar los 90 minutos para mantener nuestro ritmo». En este punto ha defendido a Iñaki Williams, muy desacertado de cara a la portería rival, y ha asegurado que los goles llegarán. «Hace un gran trabajo. Marcar o no depende del acierto y la suerte. Es cuestión de tiempo».
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