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Regresa el Athletic a sus quehaceres en la Liga y el primer deseo que surge entre la hinchada es que repita los buenos resultados que acostumbra a tener después de este típico parón de todos los veranos. Lo cierto es que, de un tiempo a ... esta parte, a los rojiblancos se les da muy bien la vuelta al trabajo que se interrumpe por los compromisos de la selección. Los datos están ahí y, cuando son tan positivos, lo lógico es esperar que se repitan, como sucede, pero justo en sentido contrario, con otros que certifican tendencias negativas recurrentes de este equipo.
Veamos. En las diez últimas temporadas, el Athletic sólo ha perdido un partido tras el parón y tuvo que ser en el Camp Nou, escenario de desdichas en cualquier época del año. Ha empatado dos -en Mallorca y ante el Real Madrid en San Mamés- y ha ganado el resto. Las tres últimas campañas se han saldado con triunfos. En la 2020-21, la Liga se detuvo dos veces en septiembre y octubre, y el Athletic aprovechó bien ambos descansos. Venía de perder ante el Granada en el estreno liguero y, tras el parón, ganó en Eibar. Y venía de perder ante el Alavés en la quinta jornada y en la sexta, dos semanas después, ganó al Levante.
En la temporada 2021-22, la competición se detuvo en la tercera jornada, cuando el Athletic acababa de ganar en Balaídos; en principio, era un mal momento para parar. El equipo de Marcelino, sin embargo, no tuvo problemas para mantener su buena línea y vencer al Mallorca al reanudarse la competición. El año pasado sucedió algo parecido. Los pupilos de Valverde estaban muy enchufados y no les sentó bien tener que parar tras haber remontado al Rayo Vallecano en San Mamés en una primera parte vibrante. Al cabo de dos semanas, pese a todo, fulminaron al Almería.
Ahora la víctima debería ser el Cádiz, que ha empezado con firmeza el campeonato. De hecho, está empatado a siete puntos con el Athletic. Es cierto que la pasada temporada la tropa de Valverde goleó al equipo de Sergio González tanto en casa como fuera, pero pocos han olvidado las dos victorias consecutivas de los gaditanos en San Mamés en las dos campañas anteriores. Hicieron mucho daño por lo que significaron de demostración palmaria de la vulnerabilidad e irregularidad estructural -la segunda no deja de ser una consecuencia de la primera- de los rojiblancos.
Lo ocurrido la pasada temporada, cuando el Athletic llegó al parón por el Mundial siendo tercero en la clasificación después de catorce jornadas y acabó viniéndose abajo de forma misteriosa cuando se reanudó la competición, obliga a relativizarlo todo. Ahora bien, de lo que no cabe duda es de que para mejorar su rendimiento el equipo de Valverde necesita tranquilidad, un ambiente propicio de calma y confianza. Y para que esto sea posible, sencillamente, es obligado recuperar su fiabilidad como local. Es obligado ganar a rivales como el Cádiz en San Mamés.
La Catedral, donde el equipo de Valverde no ha ganado dos partidos seguidos en todo 2023, no puede volver a ser un desagüe de puntos que haga imposible cualquier aspiración. La pasada Liga se le escaparon ni más ni menos que 30 (en 8 derrotas y 3 empates), más de la mitad de lo que disputó, el segundo peor registro histórico después del terrible (9 derrotas y 4 empates) de la temporada 2006-07.
Campo: San Mamés. 14 horas (Movistar)
Árbitro: Cuadra Fernández
El parón de Liga de este año no llega acompañado de buenas noticias para el Athletic. La lesión de Nico Williams el martes en el partido de España supone un serio contratiempo. Y es que el pequeño de los Williams es uno de los grandes factores de desequilibrio que tiene el Athletic. Su influencia en el juego, en lo bueno cuando está acertado y en lo malo cuando desaparece, es enorme, lo que también sucede con Sancet.
La dudaba que quedaba por resolver era el regreso de Yeray, que no juega desde el pasado 15 de mayo en El Madrigal. Pues bien, el futbolista de Barakaldo regresa a la convocatoria y es probable que sea de la partida. «Está para jugar», dijo ayer Valverde.
«Espero que Nico esté mucho tiempo con nosotros». Así se expresó ayer Ernesto Valverde cuando se le preguntó por el interés del Barcelona y otros poderosos equipos de Europa en fichar al jugador, que se encuentra en pleno proceso negociador con el club y que finaliza contrato el 30 de junio de 2024. El técnico se mostró convencido de que «la bola» que se ha formado alrededor del extremo navarro se calmará con el paso del tiempo una vez alcance su punto álgido. Nico llegó tocado después de su última participación con la selección, lo que le ha dejado fuera de la convocatoria para medirse hoy al Cádiz. Es casi seguro que tampoco esté contra el Alavés el próximo viernes.
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