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Que el Athletic está manteniendo un equilibrio más que meritorio en sus resultados pese a tener que alternar la competición doméstica y la continental es ... algo obvio. De lo contrario, de ser un grupo oscilante y descompensado, el equipo de Valverde no estaría cuarto en la Liga y clasificado ya para los cuartos de final de la Europa League, donde le espera una eliminatoria preciosa contra el Rangers FC. Ahora bien, puestos a analizar el rendimiento de los rojiblancos, hay un aspecto que conviene resaltar. Nos referimos a la manera, puede que involuntaria pero real, en que están poniendo el acento y volcando su ilusión en la aventura europea. Se diría que la Champions es un objetivo extraordinario, pero la Europa League, con su final en San Mamés el próximo 21 de mayo, es algo más, un sueño al que no están dispuestos a renunciar de ninguna manera.
Hay que entender esta diferencia. Al fin y al cabo, el Athletic ha jugado cinco veces la máxima competición continental (1956-57, 1983-84, 1984-85, 1998-99 y 2014-15, precisamente con Valverde como entrenador), pero no ha ganado nunca un título europeo. Las dos oportunidades que tuvo en 1977 y 2012 las desaprovechó y eso sigue siendo una espina clavada en el club. De manera que conquistar esta Europa League sería un hito con el que esta plantilla, que ya hizo historia la pasada temporada ganando la Copa cuarenta años después, quedaría ya en los anales del club dentro de las legendarias.
La diferencia de la que hablábamos se está notando en los resultados, de manera que tampoco admite discusión. El Athletic ha disputado diez partidos en Europa con un saldo magnífico de siete victorias, un empate y dos derrotas. Si estos resultados los convirtiéramos en puntos nos encontraríamos con que la tropa de Valverde ha sumado 22 sobre 30 posibles. Es decir, un 73,3%. Para ilustrar el valor de este porcentaje señalemos que el Barça es líder en la Liga con un 73% de puntos ganados. Y que el Real Madrid, segundo, sólo llega al 70%.
Las prestaciones de los rojiblancos en la competición continental, en fin, son algo sólo al alcance de un equipo que es un serio aspirante al título. Esto no significa, en absoluto, que las que está teniendo en la Liga no sean buenas. Es más, tienen un mérito muy grande. Recordemos que el Athletic lleva 49 puntos en estas 27 jornadas, sólo uno menos que la campaña anterior, cuando como es bien sabido no tenía encima la pesada mochila del torneo continental. Ahora bien, esos 49 puntos representan un 60%, lejos, por tanto, del 73,3% europeo. A estos nos referimos con poner el acento más en una competición que en otra, aunque sea de forma inconsciente.
En este sentido, es curioso observar la cuestión del desgaste de los dos partidos por semana, del que hablábamos casi con aprensión el pasado verano. De nuevo, los resultados son muy claros y no admiten discusión. Ya es conocido -volvimos a referirnos a él tras el empate con el Mallorca cuatro días después de la derrota en Roma- que Europa está cobrándose su peaje. De los nueve partidos de Liga posteriores a uno continental, el equipo de Valverde sólo ha ganado al Rayo. Ha empatado siete y ha perdido otro, ante el Atlético. Hablamos de un 37% de los puntos en juego.
Estos datos, que veremos si se mantienen o no mañana en el Sánchez Pizjuán, contrastan sobremanera con los que los rojiblancos han obtenido en los encuentros inmediatamente anteriores a un compromiso europeo. Ni más ni menos que 5 victorias, 2 empates y una derrota, es decir, un porcentaje del 66% de los puntos. La diferencia es muy llamativa. Es evidente que el Athletic está dando lo mejor de sí mismo en dos partidos, el anterior al europeo y el europeo propiamente dicho, pero en el siguiente acaba bajando su rendimiento de manera indefectible. Esta es la realidad y tampoco hay que extrañarse. Es algo que les ocurre a todos los equipos, empezando por los más grandes, que no dejan de ser los que tienen siempre más puesto el foco en Europa, como si en el fondo el verdadero prestigio viniera de los duelos internacionales y no de los que juegas en tu propio país.
En fin, que podemos concluir que el Athletic se ha convertido en un equipo europeo, lo cual no deja de tener su mérito teniendo en cuenta que llevaba seis años sin cruzar la frontera del Bidasoa. Esta circunstancia ha provocado un mérito añadido de los rojiblancos que se debe valorar: han llegado a los cuartos de final tras haber sido colíderes en la liguilla con alineaciones en las que siempre ha habido al menos siete futbolistas que nunca habían jugado en competición europea. Dicho de otro modo, con al menos siete jugadores que no tenían ni idea de lo que era jugar un jueves en el estadio Olímpico de Roma y el domingo contra el Mallorca en San Mamés. Ya veremos a dónde llega el Athletic, pero lo que está claro es que la forma en que ha afrontado esta Europa League, de la que ayer no dejaba de hablarse en Bilbao como de un sueño más cercano, ha sido inmejorable.
La clave
73,3% sería el porcentaje en puntos de los resultados de los rojiblancos en la Europa League
Las alineaciones El Athletic está jugando sus partidos con 'onces' en los que hay 7 jugadores sin experiencia internacional
2 finales europeas ha disputado el Athletic, en 1977 y en 2012, ambas con derrota
El desgaste De sus 9 partidos de Liga tras uno de Europa los de Valverde han empatado 7 y han ganado y perdido uno
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