Marcelo Bielsa ya está entrenando en Lille. Su llegada dio de qué hablar, como es costumbre. Resulta que el rosarino aterrizó dos días más tarde de lo previsto por problemas familiares derivados de la muerte de su madre y, aunque el club estuvo informado ... en todo momento y esos dos días los jugadores los dedicaron a las pruebas médicas, fueron muchos los que se lanzaron a hablar del peligro de «una nueva espantada» de Bielsa. 'L' Equipe' se unió al coro con una portada irónica. 'Ça commence bien! (¡Empieza bien!), decía. Podrían haber hablado también de que el Lille es el primer equipo de las grandes ligas europeas que se pone a trabajar, pero eso ya no parecía importante. De Bielsa, por lo visto, sólo interesan las locuras, reales o imaginarias.

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Y, sin embargo, en el Domaine de Luchin, el centro de entrenamiento del Lille, ha sucedido algo muy interesante. No me refiero a esa sugestión única que provoca Bielsa cuando llega a un equipo. No. No hablo de esa gigantesca promesa de aventuras que algunos añoraremos siempre. Hablo de algo más prosaico y tangible. De infraestructuras. De obras. En Luchin han estado casi dos meses dale que te pego atendiendo las directrices de Bielsa. En la primera fase de las obras, han construido bungalows para los jugadores 11 dobles y 19 singles, un comedor para los futbolistas, sala de relajación y recuperación, etc.

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