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De Marcos posa en la salida del túnel de vestuarios de uno de los campos de Lezama.
Athletic

«Quería sentirme otra vez con la responsabilidad de jugar al fútbol»

El alavés vuelve a disfrutar tras más de dos meses de lesión: «No sé si te diría que han sido duros. No nos podemos quejar. Quizá en el caso de Yeray...»

Juanma Mallo

Viernes, 10 de febrero 2017, 01:03

Lleva grapada una sonrisa en su rostro. Y no le abandona durante la conversación, ni cuando recuerda los dos meses y medio que ha estado apartado del fútbol, de su pasión. Reconoce Óscar de Marcos (Laguardia, 27 años) que lo ha pasado mal, pero relativiza ... ese sufrimiento y lo enmarca en los «gajes del oficio», nada que ver con la enfermedad de Yeray. Padeció cada vez que daba un paso atrás, aunque cuando supo que había solución se tranquilizó. Hace poco más de un mes que reapareció y es feliz. «Quería sentirme otra vez con la responsabilidad de jugar al fútbol», confiesa en Lezama.

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¿Ya está recuperado?

Tuve bastantes molestias, y contra el Leganés fue ya el último día que sentí como una molestia. No sabía si iba a ir para adelante o para atrás, pero esa semana me empecé a encontrar bien. Está olvidado del todo, y estoy intentando coger la forma y el máximo nivel para poder ayudar en este tramo de la temporada que nos viene. Va a ser muy duro.

Volvió al once contra el Atlético, con un gol. ¿Fue el regreso soñado, aunque no se logró la victoria?

Tenía ganas, sobre todo, de sentirme otra vez con esa responsabilidad de mi trabajo, de jugar al fútbol, de mi hobbie. Quería sentir esa responsabilidad de jugar, de poder hacerlo bien, de ayudar al equipo. El gol fue una alegría extra para mi confianza, y para dar un poco de alegría a mi entorno que me había preguntado muchas veces por cómo estaba...

Eso es, ¿cómo estaba? ¿Cómo han sido estos más de dos meses?

Han sido raros. No sé si te diría duros, porque realmente siempre pienso que, en nuestro caso, no nos podemos quejar. Quizá en el caso de Yeray, ha sido diferente, y eso es...

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Lo suyo ha sido un gaje del oficio.

Eso es. Tarde o temprano te tiene que tocar y yo intento siempre ser positivo, sí que es cierto que pensaba que iba a volver...

Y para atrás.

Fue lo único de la lesión que me dio un poco de altibajo. Me ponía unos objetivos cortos me decía la semana que viene estoy, la semana que viene estoy, pero intentaba avanzar y me iba para atrás. Pero son cosas del oficio, estuve dos meses y ya se han pasado.

¿Le costaba venir a Lezama?

¡Al contrario! Es donde mejor estaba, porque es la gente que más me entiende, que ha sufrido lo mismo que yo. Hablas con los compañeros, te dicen que estés tranquilo, que ellos han tenido algo parecido... Son las cosas que pasan en todos los trabajos: los que más te entienden cuando las cosas están mal son ellos.

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¿Eran su principal apoyo?

Y mi familia, mi pareja... Todo el mundo ha estado muy encima. Pero ellos quizá eran los que más lo entendían y con los que más fácil me salía hablar y explicar mis dolores.

«Estar con la sonrisa»

Usted es alegre, risueño. ¿Le cambiaron el carácter estos dos meses?

Algún día sí que he tenido malo. Cuando creía que iba bien, y pensaba que al día siguiente iba a poder correr, y no podía... Es verdad que entraba en el vestuario fastidiado por la impotencia, por no poder entrar con el grupo. Han sido días contados. El resto siempre he intentado estar con la sonrisa, ser positivo. Lo importante en estos casos es el grupo, y un jugador tiene que sumar esté o no.

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¿Qué siente el verse en la lista ante el Leganés?

¡Yo estaba emocionado!

Como su debut.

No era mi debut, pero sí que tenía esa emoción cuando me vi en la lista, encima la gente me daba la enhorabuena... ¡Tenía la alegría de volver a entrar! Creía que no iba a jugar ni un minuto, porque había entrenado esa semana tres días.

Valverde reconoció que había arriesgado con usted.

Me vino bien para probar. La lesión no era una rotura, era una molestia que se me tenía que pasar. No sabíamos si lo iba a conseguir o no.

¿Sintió miedo a una nueva recaída? Ha dicho que notó molestias.

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Sí que tenía algo de miedo. Llegó un momento en el que sabíamos exactamente lo que era, y me ayudó mucho a tranquilizarme. Fuimos a la consulta de Mikel Sánchez a Vitoria, él vio una solución, hizo unas pruebas... Mejoré bastante. Y me dijo que no me preocupase, que si había dolor íbamos a encontrar la fórmula para que se me pasara. Eso me dio tranquilidad.

Pero, ¿qué tenía exactamente?

Era un nervio que se pinzaba en la planta del pie (se señala el tobillo izquierdo). Los nervios son muy dolorosos y me mandaban pinchazos. La planta estamos todo el día pisando se me inflamaba y no podía jugar. Pero sabía que tenía solución y me tranquilicé.

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Antes de esta última dolencia en la pierna izquierda, esta temporada había tenido dos lesiones en la pierna derecha. ¿Se pudo producir por una sobrecarga, por esa prisa que tenía por reaparecer?

Puede ser un motivo. No lo sabemos. Desde que llevo jugando, siempre que he podido jugar, lo he intentado. Pero igual si no hubiera hecho eso, quizá me hubiera perdido 20 partidos en otros tiempos.

Dijo que no era un superhombre, pero sí tiene una capacidad de aguante superior a la media.

¡No lo sé! Siempre digo que los jugadores tenemos que jugar con dolor, porque si no nos perderíamos un montón de partidos. Tuve un profesor, que era Andoni Iraola. Me acuerdo cuando empecé a jugar de lateral derecho con Caparrós, él tuvo un esguince el lunes y yo me decía que iba a jugar el fin de semana. No entrenó. Pero jueves y viernes sí lo hizo... ¡Y el domingo jugó! Al final los puestos hay que peleárselos y hay que tener ambición de jugar. Aquí nadie quiere regalar el puesto y si puedes estar jugando... A todo el mundo le gusta jugar.

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«A Iraizoz se le ha enterrado muchas veces y ha sacado la cabeza»

  • - ¿Cómo ha visto a Iraizoz tras el fallo del Camp Nou?

  • - Le he visto bien. Nos asombra ha habido muchas veces que se le había enterrado, y él solo ha sacado la cabeza y ha dado un nivel altísimo. De los años que llevo, es uno de los que más nivel ha dado. Él, Iraola, Susaeta... Se le está poniendo en el punto de mira, y es un jugador superimportante dentro y fuera del campo. ¡Tiene nuestra confianza de sobra!

En su caso tiene a Lekue, a Bóveda...

La competencia es muy buena, muy sana, pero todo el mundo tiene que querer jugar, es lo mejor para el equipo.

Eso demuestra ambición.

Tienes que estar siempre asomado, siempre peleando... Te va a venir bien, porque aunque yo no jugara, el otro va a decir: tengo que apretar porque el otro quiere jugar. Es mi manera de pensar, igual estoy equivocado.

Una de las imágenes que han quedado fue su reacción cuando se ganó al Barça en la Copa en San Mamés. ¿Es muy nervioso?

(Risas). Intento controlarme.

Pero ese día era especial, porque se conoció que Yeray no tenía que recibir tratamiento.

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Sí, la cámara seguía a Yeray. Y yo ni lo pensé: era muy importante para nosotros. El equipo estuvo muy bien, contagió mucho a la grada, y la grada estaba encima del equipo. Hubo un momento en el que me sentí tan de la grada que quizá tuve una reacción, creo que propia de cualquier persona, pero que igual es un poco inusual, porque nos tenemos que comportar o parece que nos tenemos que comportar. Pero me salió de dentro, porque el equipo no se merecía no ganar ese partido.

Más intensos con los grandes

Es nervioso.

Soy mucho más nervioso en la grada que en el campo. Fuera tienes tanto aprecio a tus compañeros, que lo sufres más.

Mañana vuelven a San Mamés, ya no se puede fallar en casa.

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Para conseguir el objetivo en casa tenemos que seguir igual. Estamos cerca de los puestos europeos gracias a lo que hemos hecho en casa. Sabemos que va a ser complicado, el Deportivo viene con sus necesidades también. Tenemos que pensar solo en nosotros, tirar para adelante y sacar los tres puntos.

Desde fuera se detecta que el equipo compite de maravilla contra el Atlético, el Barça... Pero sufre contra el Leganés, el Sporting... ¿Se cambia la mentalidad?

No sabemos. Este año el equipo ha estado mucho más intenso con los de mitad de tabla para arriba. Está demostrado. Tenemos que salir muy fuertes, creer que tenemos que ganar el partido, y no espera que nos den un golpe para reaccionar. Es lo que nos pasó contra el Sporting. Hay que salir fuertes, a mandar.

¿Y fuera que les pasa?

Buff

¿Se comenta mucho en el vestuario?

Se comenta porque al final queremos entrar en Europa otro año más. Hay que mejorar fuera, porque con lo de casa solo no nos da para lograr el objetivo.

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