Se acerca el momento decisivo en Dinamarca

El cuadro bilbaíno asume que esta noche no podrá especular con el resultado logrado en una Catedral con poco más de 9.000 espectadores. Saben que tendrán que atacar, no renunciar a buscar la portería del quinto conjunto más potente de Europa, según los números de la UEFA. Ya lo explicó ayer Agirre a EL CORREO en una de las salas del Bredband Nor Arena, el estadio que acoge el choque. «Si tenemos que morir que sea con las botas puestas. No podemos salir cohibidas, sino hacer nuestro juego, intentar no perder nuestro ADN, nuestra idiosincrasia».

Las futbolistas aguardan el pitido inicial en el Skanga Hotel de Hirtshals, una localidad que mira al Mar del Norte, desde donde parten ferrys hacia Noruega. Poco hay alrededor de su alojamiento, nada más que un acuarium. Eso sí, ayer muchas de las futbolistas desafiaron al frío y acudieron al centro de este pequeño municipio, poco más de tres calles, con una decena de restaurantes, alguna tienda, y enormes barcos en los muelles. Tic-tac. Se acerca la hora.