Un sueño en Dinamarca

En ese ambiente, las pantallas anuncian el aterrizaje del vuelo procedente de Amsterdam. «En hora». 22.26. En él un grupo que persigue un sueño, que busca hacer buena la ventaja obtenida el pasado miércoles en San Mamés (2-1). Continuar vivo en la Champions. Hacia octavos. El Athletic femenino ya está en Dinamarca, en Aalborg, al norte, en una ciudad a 30 minutos de donde se disputa el partido de vuelta este miércoles (19 horas), en Hjorring. Ellas, sin embargo, dormirán en el hotel Skaga, situado en Hirtshals, a 20 kilómetros de ese campo que esperan asaltar en unas horas: es un enclave costero, que mira a Noruega.

Por fin, el viaje termina. Comenzó cerca de las cinco de la tarde, en Loiu, con un avión de la compañía KLM que les dejó en Amsterdam. Con una sonrisa, la misma que visten en el aterrizaje. Desde Holanda, a Aalborg. Donde han aterrizado poco antes de las 22.30 horas, en el penúltimo vuelo de la jornada en este lugar: solo resta uno desde Copenhague. Aparecen por la sala de llegadas dos. Fuera, les aguardan dos miembros de la organización, uno de ellos una intérprete danesa que vive en Barcelona. Ella las guiará estos días en busca del pase.

Tardan unos minutos en salir al exterior. Cosas de la recogida de equipajes. Surgen Joseba Agirre, el míster, Eztizen, Irune, Nekane, Lucía... Todo el grupo, sin ningún directivo que las acompañe. Se abrigan. Anorak negro, sobre el chándal gris. «¿Hace frío fuera?», cuestiona la capitana Iraia con una sonrisa. Tienen ganas de que llegue el duelo de vuelta.

Los vizcaínas, con la baja de Garazi Murua, confían en mantener la ventaja lograda en la ida de la Women's Champions League, el torneo por equipos que más brilla en el Viejo Continente. Asumen que será complicado, que llevan un alto desgaste físico, con viajes y partidos salvados en el último instante. Pero saben que el Fortuna, quinto en el ranking de la UEFA, con más fondo en sus pulmones que calidad, debe arriesgar para, al menos, anotar una diana. Y quieren aprovechar esa circunstancias para, como decía Yulema Corres la semana pasada en EL CORREO, «sorprenderlas a la contra». Por ilusión no va a quedar. Para nada. Han demostrado las futbolistas de Joseba Agirre su alta capacidad para sufrir, para pelear hasta que solo queda una gota de gasolina. Y el miércoles lo harán. Hoy descansan a 20 kilómetros de ese lugar.