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iván orio
Miércoles, 20 de abril 2016, 17:49
El Athletic cayó en San Mamés ante un Atlético más práctico que nunca al que un fogonazo de calidad de Griezmann y Torres, que hizo un excelente gol de cabeza tras una asistencia fantástica, le bastó y sobró para sumar tres ... puntos vitales en su lucha por el título liguero. El conjunto de Ernesto Valverde, que apostó de salida por Viguera como referencia en ataque, cayó en la red tejida por los 'colchoneros', muy cómodos la mayor parte del partido, y prácticamente dice adiós a la posibilidad de luchar por la cuarta plaza con el Villarreal que concede el pasaporte para la Champions. La Catedral también estuvo adormecida, sin duda por la capacidad hipnótica de los visitantes, y sólo apretó en el último arreón de los leones, volcados con desorden en busca del empate. La mejor noticia, de nuevo el gran rendimiento de Beñat, el diapasón del equipo.
En los veinte minutos iniciales no pasó nada en el césped. Táctica pura, con esfuerzos generosos de ambos equipos en la presión, pero negados en la creación. En realidad, no había espacios para la imaginación, con la mayoría de los futbolistas molestándose unos a otros en un poblado centro del campo. El guión perfecto para el Atlético de Simeone, experto en sacar petróleo en los partidos que parecen dormidos hasta que el despertador colchonero se activa cuando uno menos se lo espera. Sonó al filo de la media hora, con un par de llegadas visitantes, se apagó con dos acciones de gran calidad de los leones y atronó en el 38, cuando la conexión Griezmann-Torres volvió a funcionar. El francés metió un balón de lujo en el área para que el madrileño marcara con un certero remate de cabeza. Quinto encuentro consecutivo en el que moja el Niño. Es la primera vez que lo logra en su carrera deportiva.
En la recta final de la primera parte, la tropa del Cholo pudo sentenciar en una acción reprochable desde el punto de vista del 'fair-play', aunque es cierto que el árbitro no detuvo el partido. Y es que Gorka Iraizoz, que había salido para intentar blocar un balón, chocó contra Viguera y cayó de mala manera. El navarro se quedó tumbado retorciéndose de dolor, pero el Atlético siguió la jugada. La pelota le llegó a Thomas, que sin portero la estrelló en el palo. Los rojiblancos se encararon con el africano, que se disculpó con el argumento de que el colegiado no había parado el choque. Muniain y Raúl García, llamados a liderar a los suyos en una batalla de alto nivel, estuvieron desaparecidos hasta el descanso. El de La Txantrea sustituido en la segunda parte por Iñaki Williams sigue sin chispa, apesadumbrado, y el 'excolchonero', que se ya disfrazó de hombre invisible en el Calderón, también se desvaneció en San Mamés. Ni siquiera protestó, algo inaudito en el pamplonés.
En la segunda mitad cambió el escenario, más por la intensidad que por el juego. El Atlético metió una marcha más en el primer cuarto de hora, guardó la ropa en el siguiente y se metió de forma descarada en el último en busca de un contragolpe que finiquitara el partido. Dio la sensación de que la salida de Williams en el 59 concedía nuevos aires al Athletic, que intentó la igualada más con el corazón que con la cabeza. Sin embargo, las grandes oportunidades las tuvieron los visitantes con dos disparos de Carrasco. La primera en el 85. Iraizoz volvió a demostrar su extraordinario estado de forma, hizo un paradón. Y la segunda en el descuento, cuando el belga falló con todo a su favor. Se cumplió el guión del Atlético. Inicio, nudo y desenlace.
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