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Javier Ortiz de Lazcano
Domingo, 3 de abril 2016, 00:41
Borja Viguera (Logroño, 29 años) soñó con ser el delantero que relevara a Aritz Aduriz cuando fichó por el Athletic en el verano de 2014 después de que los rojiblancos pagaran al Alavés el millón de euros en el que estaba tasada su cláusula. Pero ... sus dos campañas en el club se van a cerrar con un decepcionante resultado: 3 goles, todos la pasada campaña. Lo que es más grave, en este curso apenas cuenta. Solo ha jugado cinco partidos y no ha marcado. Apenas acumula 312 minutos, lo que le convierte en el jugador menos utilizado por Ernesto Valverde. Su posición no va a variar. El jugador tiene claro que lo mejor que puede hacer es irse. Le queda un año de contrato y planteará al club que no tiene sentido quedarse en Bilbao para estar relegado.
En el mercado de invierno el delantero ya intentó irse. Fue objetivo de dos equipos de Segunda, Zaragoza y Alavés, y de un Primera, el Sporting. Esta salida, la que más seducía al atacante, se frustró porque los asturianos están maniatados por las normas de control económico. Solo le permitían hacerse con cedidos, que además lleguen a coste cero, sean sub'23 y no hayan debutado en Primera. La salida de Kike Sola con destino al Middlesbrough echó abajo las opciones de la categoría de plata porque Valverde cambió de criterio. De decir «es probable que salga» pasó a quedárselo porque «solo podía irse uno de los dos delanteros».
Pese a que fue él quien se quedó, su situación no ha cambiado y su declive continúa. El atacante sabe que no debe extender esta situación mucho más y buscará una negociación con el club para resolver el último año de contrato y encontrar un equipo que le ofrezca un contrato de tres temporadas, preferentemente en Primera.
Por otro lado, el Athletic ha hecho saber a Álex Berenguer, extremo de Osasuna, que es un jugador al que sigue. Tiene 20 años y esta campaña ha disputado 1.360 minutos en 30 partidos de Liga, en los que ha anotado tres goles. Es uno de los canteranos rojillos sobre los que Ibaigane ha puesto el foco, aunque otro Mikel Merino ya se ha escapado tras firmar con el Dortmund por 3,7 millones en fijo, 1,3 en variables y dejarlo cedido en Pamplona hasta final de curso. La maniobra del club rojiblanco de hacer saber al extremo que le mantiene en su lista de futuribles parece destinada a evitar que negocie con otros equipos sin avisarle. Su cláusula es de ocho millones de euros.
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