El barro no asusta al Athletic

Pronto se vio que el césped no aguantaría y que ajustarse a las condiciones meteorológicas sería un factor clave en la reinterpretación del partido. El Athletic supo hacerlo y logró adaptarse a un escenario desfavorable y repleto de peligros. «En un charco, el balón te puede jugar malas pasadas. El campo estaba embarrado y, como cuando éramos pequeños, había que dar punterazos y lo que hiciera falta», comentaba Iago Herrerín a la conclusión del encuentro. «El equipo ha sabido jugar con el estado del campo y eso es algo positivo», señaló el portero. De la misma manera se pronunció Gorka Iraizoz, quien como suele ser habitual fue suplente en Europa. «Hay que jugar con todo tipo de adversidades. Nosotros conseguimos adaptarnos mejor por lo que dice el resultado».

Poner lo que había que poner

No paraba de llover y la hierba cedía ante el avance del agua y el barro. «El césped tampoco acompañaba y cambiamos nuestra forma de jugar», expuso Ander Iturraspe, quien regresó al once inicial por la baja de última hora de Mikel San José. El navarro abandonó la concentración por su inminente paternidad y el de Abadiño se emparejó con Beñat en el centro del campo. «Los pases se quedaban en los charcos y era peligroso jugar desde atrás. El equipo puso lo que había que poner, ganas, ir duro a las disputas y mentalidad ganadora», subrayó el mediocentro de Abadiño. Los rojiblancos perdieron menos balones y recuperaron más que el Valencia, superado por su rival y los acontecimientos. Solo la falta de puntería de los bilbaínos les salvó de volver a casa goleados.

Los futbolistas del Athletic coincidían en dos premisas básicas: que el resultado se quedó corto por los méritos acreditados y que consiguieron adaptarse mejor a las exigencias del guion. «El equipo ha sabido leer cómo estaba el campo. Había zonas en las que se podía jugar un poco más, pero era un partido para ser listo», manifestó Raúl García, el autor del único tanto de la noche. Él lo hizo a las mil maravillas, intenso y batallador como siempre, pero también acompañó gente como Beñat -sorprendió con su trabajo y soltura en el barro-, Susaeta y De Marcos, entre otros. El Athletic tuvo más posesión, sacó más córners, fabricó más ocasiones y remató más que el Valencia en la piscina de San Mamés. Y ganó. ¿Lo malo? Solo 1-0.