Juanma Mallo
Jueves, 26 de noviembre 2015, 17:05
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Que pase el siguiente. Con sufrimiento, con dos dianas de Aduriz en los últimos minutos (82 y 85), el Athletic ha sellado la clasificación para dieciseisavos de final de la Europa League. Como líder, una jornada antes de que termine la fase de grupos. A ... lo grande. Tras una remontada excepcional ante el Augsburgo (2-3) que no mereció perder en un duelo en el que los vizcaínos habían estado flojos, demasiado, encajando dos dianas de los locales en sendas jugadas plagadas de errores, después de haberse adelantado en el marcador.
El cuadro de Ernesto Valverde, que ha hecho seis cambios en el once inicial en dosis pequeñas, podrá disfrutar en quince días con su afición de este pasaporte en el duelo contra el AZ, gracias a una voltereta, en la que además del donostiarra, han tenido un papel fundamental Iturraspe suplente y Williams. Pasaporte hacia el sueño, hacia las eliminatorias de la segunda competición continental, esa que marcaban como objetivo los jugadores en los primeros pasos del curso.
Con esas seis variaciones, Herrerín, Bóveda, Gurpegui, Eraso, Sabin y Rico, el Athletic ha comenzado con una pizca más de chispa que el Augsburgo, un grupo que no ha surgido en el campo con la misma velocidad y esa capacidad de desborde mostrada en Bilbao. Nada más empezar, de hecho, el lateral derecho vizcaíno ha metido un buen balón al que Aduriz, siempre en punta insustituible, sin relax, no ha llegado por muy poco. Era mejor el cuadro de Ernesto Valverde, pero tampoco es que hubiera demasiadas ocasiones. Hasta el saque de banda de Balenziaga, que pillo, ha encontrado a Susaeta. Este, muy listo, no se lo ha pensado dos veces y se ha sacado un misil, raso, que ha superado al portero germano. 0-1. Jugada inteligente. El liderato, por tanto, estaba más cerca. Ahí. Sellado.
No obstante la diana ha dado alas a la escuadra local. Precisaba de un empate, al menos, para no perder el ritmo en la Europa League, para mantenerse con vida. Y casi la consigue de inmediato, en un córner. Janker ha aprovechado un fallo de Iago para fusilar la meta vizcaína. Pero ha aparecido Gurpegui en la línea de gol para evitar el empate del Augsburgo, que había dejado a Bobadilla, su máximo artillero, en el banquillo. Ha entrado entonces el partido en una fase de tranquilidad, de calma. La pelota era alemana. Pero sin problemas para los vizcaínos. Sí había ritmo, pero en el centro del campo, sin aproximaciones a ninguna de las dos áreas. Parecía que el frío que acompañaba la noche en esta ciudad a 80 kilómetros de Múnich había helado las ideas de ambos conjuntos. Hasta que se produjo una de esas jugadas, típicas en el Athletic, en la que se han encadenado todo tipo de circunstancias adversas. Un mal despeje de Bóveda, un Susaeta que entra sin garra y no quita el cuero a un oponente, Eraso que tampoco anda muy fino, y un disparo desde fuera del área de Trochowski que toca en Laporte vaya racha si se suma lo de Granada, aunque en la segunda parte se ha desquitado, y despista a Herrerín. Gol. 1-1. Igualada.
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Y casi al descanso. Después del paso por vestuarios, nada más comenzar, Laporte ha tirado una falta que ha detenido con facilidad Hitz. Y, casi sin tiempo para adecuarse a un césped nevado, el Augsburgo se ha adelantado. Otra jugada en la que ha brotado la caraja rojiblanca. San José ha hecho un mal pase, pésimo, y le ha dado la pelota a un rival. El Augsburgo ha armado una contra. Ji ha desbordado a Iago, y solo estaba, solo le quedaba embocar, pero ha surgido el central galo, desde atrás, potente, para robarle el balón. Poco después, ya con Bobadilla en el campo, y también con Williams y Raúl García por parte del Athletic, en un clara demostración de que ambos técnicos deseaban el triunfo, ha llegado el segundo de los locales. Gurpegui ha dejado el balón en el centro, los germanos han conducido la pelota, han disparado y un pésimo despeje de Iago ha permitido al delantero referencia del Augsburgo adelantarse.
Tenía que remontar el Athletic. No le quedaba otra. No había ideas, sin conexión. Hasta que salió Iturraspe, también se ha conectado Williams, y por supuesto Aduriz. Primero, con un excepcional remate de cabeza del killer guipuzcoano, solo, en el centro del área. El centro de Iturraspe ha sido magistral. Mágico. Preciso, y también ha ayudado el movimiento de Laporte que ha desvestido a la zaga alemana. Después de lo visto hasta ese momento, se podía dar por bueno el empate. Les faltaba a los vizcaínos imaginación, capacidad para romper la zaga rival, en un encuentro con alternativas para ambos cuadros. Sin embargo, otra jugada con protagonismo de Williams, Iturraspe y Aduriz, ha permitido a los bilbaínos marcar. Cerrar la clasificación y el maillot amarillo en un duelo extraño, complicado, en el que los rojiblancos han vuelto a tirar de efectividad, como esos equipos superiores. Ahora, solo queda un choque, frente al AZ, el 10 de diciembre, otra oportunidad para dar descanso a los mejores. Y el lunes 14, a conocer el rival en la siguiente fase, en dieciseisavos. Será como cabeza de serie. Que pase el siguiente.
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