Iñaki Williams celebra el tanto ante el Betis.
Athletic

Lo que le faltaba a Williams... ya golea

Por fin ha encontrado el camino del gol, esa cualidad que aún no había plasmado con el primer equipo a pesar de su lucha continua

Juanma Mallo

Martes, 3 de noviembre 2015, 01:20

Tiene velocidad. Es un rayo, mejor dicho. Corre la banda, la derecha de forma habitual, sin freno. Y sin descanso. Por esfuerzo, por insistencia, que no quede. Una bala. De hecho, su continuo derroche de fuerza supone una tortura inmisericorde para el lateral izquierdo, el ... encargarlo de perseguirle por el campo. Sin embargo, a Iñaki Williams (Bilbao, 21 años) le faltaba pólvora. Marcar. Acertar con el balón entre los tres palos de la portería contraria. Por lucha no es. No obstante, estaba peleado con el gol, con una suerte que en el Bilbao Athletic demostró dominar: antes de subir al primer equipo, en diciembre de 2014 el día 6 se cumplirá un año de su estreno a las órdenes de Ernesto Valverde, había anotado 13 dianas en 18 partidos. Pero con los mayores se le resistía. Oportunidades tenía. Algunas claras. Pero... hasta que en los últimos dos duelos a domicilio se ha destapado, ha anotado tres dianas (una en Riazor y otras dos en Sevilla) que premian ese brío que siempre demuestra sobre el terreno de juego: da igual el minuto de juego que señale el reloj, él lo ofrece todo.

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Heredero del dorsal número '15' de Andoni Iraola, titular en todos los duelos tras el parón casualidades de la vida, cuando ha pegado el estirón el conjunto rojiblanco: tres victorias y un empate el atacante bilbaíno, criado en Pamplona, ya se ha desprendido de esa losa, de ese peso, que tenía encima. «Me sabe a gloria», resumió el domingo tras su doblete en el Benito Villamarín, el segundo de un bello gesto, con la espuela. «El tacón ha sido el único recurso que podía utilizar y ha salido, no me preguntes cómo pero ha salido», contó con esa espontaniedad que le caracteriza cuando habla, con la naturalidad de un chaval de 21 años que aún asimila su presencia en la elite, titular indiscutible en un Athletic con una enorme artillería del centro del campo hacia adelante. Con Aduriz, que busca esa diana 100 en el Athletic; con Raúl García, que habla por sí solo en el terreno de juego, un hombre fundamental para la escuadra vizcaína pensar que algunos dudaban de su contratación...; con Susaeta, tocado, pero recuperando su mejor tono; con Sabin y con la próxima vuelta de Muniain al césped.

Un respiro a Aduriz

Es cierto que aún le faltan detalles, como afinar en el remate de cabeza, quizá su principal hándicap, o mejorar en los controles de la pelota. A veces, también, no encara, y producto de su velocidad se marcha hacia la banda o la línea de fondo. Quizá debe ser una pizca más reflexivo, aunque también es verdad que el Athletic perdería su capacidad para revolucionar la vanguardia vizcaína, para enloquecer a los oponentes: un ingrediente esencial en el fútbol actual. Pero, es cierto, no se le puede reprochar que siempre lo intenta, su atrevimiento, sin ningún miedo. Y también su polivalencia, que puede atormentar a su oponente tanto por la banda derecha como por la zurda, también en la media punta, y puede convertirse en una opción para conceder un respiro a Aritz Aduriz en punta, ahora que Kike Sola está lesionado. De hecho, se estrenó en Primera División en ese lugar, con el delantero donostiarra con problemas físicos. Su crecimiento fue veloz, como él es en el campo y fue titular incluso en la final de Copa, en la que anotó el gol de honor del Athletic.

Sí, dirá el lector, que de vez en cuando celebraba una diana, pero ha sido ahora cuando parece haber explotado con el primer equipo. Lo que le faltaba. Marcar. Eso es muy importante; que cuando no esté Aduriz otros se disfracen del futbolista guipuzcoano, de artillero. Y el domingo lo hizo Iñaki Williams, que desea, es cierto, celebrar una diana con su gente en San Mamés, donde aún no ha anotado. «Tengo ganas de marcar en San Mamés para dedicárselo a mi afición, tengo ya muchas ganas». Esa que le quiere. Que le adora. Que lo ha convertido en un nuevo ídolo. Ya se ha oído: «¡Iñaki, Iñaki!».

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Porque es un futbolista diferente, que aporta cosas a la escuadra. Su capacidad para estirar el campo, para alargar el equipo, para tirarle un 'gorrazo' y que pelee por la pelota. No hay, en este sentido, un profesional a las órdenes de Ernesto Valverde que goce de esa cualidad. Y si, además, tiene gol... Pues mejor qué mejor. Williams da y dará mucho a este Athletic, que vive encendido.

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