El único 'grande' con un filial en Segunda

Si hacemos un repaso desde el año 2000, cinco equipos 'B' se han visto en la misma situación: Atlético Malagueño, R. M. Castilla, Sevilla Atlético, Villarreal B y el ya mencionado filial azulgrana fueron los últimos. Un paso que no ha sido nada sencillo para ninguno y es que la Segunda División es una categoría muy exigente. Los expertos siempre advierten que el paso de Segunda a Primera es significativo, pero parece que el de la División de Bronce a una superior es mucho mayor. Hablamos de chavales que no superan los 22-23 años que tendrán que enfrentarse a jugadores veteranos con muchas horas de vuelo. Una competición muy exigente -42 partidos en total- en donde lo físico muchas veces prima a lo técnico.

Quizás sea esto un poco lo que les pasó a los cinco equipos mencionados previamente. Nadie duda de la calidad de un filial como el Barcelona. Un equipo que siempre saca jugadores muy técnicos, muy tácticos, pero que han acabado pagando la exigencia de una categoría como esta. Tras cinco grandísimas temporadas -desde el 2010- los blaugranas han ocupado el farolillo rojo de la Liga con tan solo nueve triunfos. Antes, en el 2003, el Málaga Atlético participó durante tres campañas. El R. M. Castilla vivió dos ascensos y dos descensos desde el año 2005 y el Sevilla Atlético jugó dos temporadas desde la 2007. Después, en la 2009, el Villarreal B disfrutó de tres años en Segunda hasta que se vio obligado a descender arrastrado por la pérdida de categoría de su 'hermano mayor'. No será sencillo. Nadie lo duda. Sin embargo, como dijo el técnico rojiblanco, Ziganda, tras el encuentro, "la ilusión que han transmitido, la energía, su identidad" hacen afrontar con optimismo el futuro de este equipo.