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Iñigo Crespo
Jueves, 19 de febrero 2015, 20:35
La apuesta de Valverde de cara al encuentro ante el Torino había generado cierta incertidumbre en el entorno del Athletic. Dejar fuera de la lista a Aduriz, Susaeta y Balenziaga, tres de las figuras más importantes de su esquema, creó extrañeza y estupor en la ... hinchada rojiblanca. Sobre todo por el mensaje que cabía interpretar con esa decisión: el equipo iba justo de fuerzas y había que priorizar la Liga. Pero Txingurri creyó en su movimiento y le salió de cara. Alineó un ataque inédito, compuesto por Williams y Viguera en las alas y Muniain en el centro del ataque. El primer tanto, fabricado por el riojano y culminado por el joven delantero, fue el paradigma de un órdago arriesgado que resultó ganador.
El Torino, no obstante, dejó claro que vendería cara su piel. Mandó varios avisos durante la primera mitad y reaccionó de la mano de Maxi López, que volvió loca a la zaga rojiblanca. Valverde, al mismo tiempo, sorprendió con un un cambio de sistema y dos retoques inéditos: Viguera se retiró por Gurpegui y Aurtenetxe, por Iraola. Los rojiblancos contrarrestaron desde entonces al conjunto grana, que se metió en su campo a la espera de lanzar contragolpes que nunca llegaron. Gurpegui anotó el gol del empate, que deja la eliminatoria encarrilada a la espera de la sentencia de San Mamés , y reafirmó la atrevida apuesta de Txingurri.
De hecho, el técnico rival, Giampiero Ventura, reconoció haberse visto sorprendido por la modificación táctica de los rojiblancos, que acabaron formando con tres centrales y dos carrileros, ya que había preparado el encuentro en base al planteamiento habitual del Athletic.
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