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El Athletic debe fijarse esta noche en el escudo que tendrá enfrente y en los hombres que lo llevan cosido en el pecho. Nada de ruido, cuyo sitio está en la grada, sino pura concentración en el rival y en sus propiedades futbolísticas, que son ... muchas pese a los terremotos que no paran de sacudir los cimientos del Can Barça. Nada importa que el Barcelona sea una bomba de relojería, que lo es, o una casa en llamas, que también; es un problema suyo, no rojiblanco. Está en juego un puesto en las semifinales de la Copa. El duelo es a partido único, en San Mamés, con un rival temible. Parece estar perdido, con mangueras insuficientes para apagar los incendios que se originan a diario en distintos departamentos del club. Haría mal el Athletic en detenerse y observar las llamas en el salón culé, donde todo es lo que parece. No va con él y tampoco es relevante para lo que quiere hacer: eliminar a uno de los grandes del planeta.
La de hoy es una de esas noches para guardarlas en el recuerdo. Hasta el aire huele diferente. «Este año sacamos la gabarra», ha dicho esta semana Yeray, quien sabe un rato de batallas y victorias. «Prefiero eliminar al Barça en cuartos que tenerlo en la final. En San Mamés se puede ganar a cualquier equipo del mundo», remató en una entrevista con este periódico. Existe una sensación instalada en el vestuario de que es el momento de abrazar la Copa. Han pasado 36 años desde la última, demasiadas generaciones huérfanas de títulos y espectáculos en la ría. Una vez más, el Barcelona se cruza en su camino. Lo ha hecho seis veces en lo que va de siglo -tres finales, unos cuartos y dos octavos de final- y siempre ha resultado ser un obstáculo insalvable. Pero ahora el formato y el contexto son diferentes: el cruce es a partido único, se juega en La Catedral, el Barça está patas arriba y el Athletic se siente indestructible en un torneo en el que estuvo muerto dos veces y regresó al mundo de los vivos.
Los rojiblancos sufren para ganar. De hecho, llevan más de dos meses sin hacerlo en la Liga y en la Copa solo han derrotado a un par de Terceras, Intercity y Sestao. Contra Elche y Tenerife hubo que ir a la tanda de penaltis. A la ruleta rusa, que acabó alojando las balas en cráneos ajenos. Y así han llegado a cuartos, con la moral por las nubes y ganas de morder al Barça hasta quedarse sin dientes. Saben que, pese al caos interno, los blaugrana son capaces de hacer un partido de frac y guantes y bailar al son de su mejor fútbol. Por eso están obligados a ir al límite, ser más intensos que nunca, hacer que los 90 minutos sean un infierno en la tierra para los culés y un campo de minas para Messi. De él dependerá en gran medida la respuesta del conjunto catalán.
Si el argentino se propone ganar un partido, lo gana. Como cuando se enfadó con Balenziaga en el Camp Nou (2015) y dibujó una jugada de ensueño que allanó el camino hacia el título. También marcó en Mestalla (2009) y en el Calderón (2012), y en el último cruce disputado entre embos equipos en enero de 2017. De su estado de ánimo dependerá de lo que ocurra en La Catedral. Un campo que estará a reventar -podrían rozarse los 50.000 espectadores- y en el que los bilbaínos tendrán la baja de De Marcos y la duda de Capa, mientras que los azulgrana estarán sin Luis Suárez y Dembélé. Setién dio una convocatoria de 20 jugadores en la que hay cinco jugadores de categorías inferiores: Peña, Riqui Puig, Collado, Araujo y Ansu Fati.
El Athletic lleva 60 años sin eliminar al Barça en la Copa. Hay conjura colectiva de hacerlo hoy, probablemente con un sistema de tres centrales y dos carrileros, y ante un público que hará de un campo de fútbol un volcán. 90 minutos separan al equipo de las semifinales y de quitar por fin la cabellera a su bestia negra. Hora de ganar, hora de volar, hora de vengarse.
Gaizka Garitano ha confeccionado una convocatoria de 19 jugadores en la que la principal novedad es la presencia de Mikel San José. El navarro regresa así a una lista después de casi dos meses de ausencia. La última vez que entró en una fue contra el Eibar, derbi en el que además jugó de titular. Desde entonces se ha perdido nueve partidos y habrá que ver si hoy dispone de minutos. Su activación ha supuesto la desmovilización de Beñat, quien verá el partido contra el Barcelona en la grada.
También lo harán por motivos técnicos Mikel Balenziaga, Iñigo Córdoba y Kenan Kodro, mientras que Iago Herrerín está sancionado. Capa y Yuri se han recuperado de sus respectivas molestias y Aduriz repite en la lista, siempre una buena noticia para el equipo.
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