«Lo que me pasó en un mes y medio... me pasó de todo, pero bueno». Iker Muniain habló sin tapujos sobre su complicado aterrizaje en el fútbol argentino. El que fuera capitán del Athletic llegó a un San Lorenzo de Almagro sumergido en una profunda crisis deportiva que ha detonado con la marcha de Leandro Romagnoli del banquillo del Pedro Bidegain.
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Precisamente, las palabras del atacante de la Txantrea llegaron tras la victoria ante el Barracas Central con un gol de Álexis Cuello. Un encuentro liguero en el que estrenó por sorpresa capitanía con la llegada del nuevo técnico, Miguel Ángel Russo, que anunció su decisión en la charla previa del mismo partido. Un triunfo que sirve como cortafuegos temporal ante la mala marcha del equipo de Buenos Aires, ahora en el puesto 21 de la Primera argentina.
«No... fue increíble. Lo que me pasó en un mes y medio... me pasó de todo, pero bueno. Ojalá haya más días como estos para festejar que es lo importante. Estamos aquí para eso, para ganar. Y bueno, lo que pasa externamente son consecuencias de la racha que lleva el equipo, que no es muy buena, y nosotros a prepararnos de la mejor manera para conseguir resultados», confesaba Muniain tras el triunfo.
Sobre la cita de capitán, reconocía que «es una responsabilidad muy importante e intentaré hacerlo de la mejor manera, cómo siempre lo hice donde estuve. Es un orgullo». El fuego por la oportunidad desaprovechada ante Godoy Cruz. Todo estalló precisamente cuando Francisco Fydriszewski le 'quitó' el lanzamiento de penalti ante Godoy Cruz al exrojiblanco, encargado de ejecutarlo a directriz del técnico Leandro Romagnoli, que poco después dimitió.
El cabreo de la afición fue tal que los ultras de San Lorenzo, los barras bravas, paralizaron la semana pasada un entrenamiento y amenazaron a la plantilla. Según TyCSports, los jugadores «quedaron rodeados» y los hinchas les lanzaron esta petición: «Se tienen que dar cuenta la camiseta que tienen puesta. Esto es un desastre. Si de verdad está todo bien y ustedes están unidos, demuéstrenlo el domingo. Corran, ganen o los matamos a todos».
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: «Feliz por la gente que se va contenta hoy. La verdad es que, ganar... ganar es lo máximo. La gente se merece también ese tipo de alegrías. Que se vayan felices de la cancha para los jugadores es muy importante. Jugamos porque amamos el fútbol, pero jugamos también por la gente para que estén felices y se sientan orgullosos. Esa unión entre la hinchada y los jugadores siempre debe existir y agradecerles el cariño increíble que me dan».
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