Valverde conversa amistosamente con Berenguer durante un entrenamiento en Lezama. Manu Cecilio
Análisis

Pasión, convicción y un puntito de locura

El Athletic es un buen equipo que puede convertirse en un gran equipo que dispute los partidos y la clasificación a los mejores si se atreve

Lunes, 8 de julio 2024, 00:33

El Athletic empieza a entrenar hoy después de una temporada magnífica y con un desafío mayor, en cuatro competiciones. Caben dos actitudes tanto para el equipo como para la afición en general: la conformidad o el afán de superación. Ya sé que nos daríamos por ... satisfechos con una actuación similar, pero sería una pena que no aspirásemos a más.

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El Athletic tiene un buen equipo y un buen entrenador. Cuando escribo desconozco cómo quedará la plantilla, pero no dudo de su competitividad. El Athletic tiene un gran portero, Unai Simón, que fue el cuarto hasta que le dieron la oportunidad. El portero consiguió el trofeo Zamora y Vivian y Paredes contribuyeron decisivamente al premio, una agradable novedad cuando tanto temíamos por la ausencia de Íñigo Martínez, todo un ejemplo o, mejor, un contraejemplo sobre los riesgos de la ambición de los cien pájaros volando, aviso para navegantes, y el desembarco en clubes como ese Barcelona que tras gastar cantidades disparatadas (recuerden a Coutinho), se ha convertido en el club carroñero que sobrevuela las plantillas en busca de jugadores que terminen contrato para llevárselos a coste cero o pagando poco y a plazos, como si es recurriendo a Cofidis. Jugadores que a veces deja caer al cuarto partido insatisfactorio o a la segunda lesión, a los que malvende después como desechos de tienta.

Ruiz de Galarreta será de nuevo el centro de gravedad del equipo -qué lástima no haberlo recuperado unos años antes -. Es la clave de bóveda, el jugador que piensa y se mueve mucho antes de recibir el balón, que lo devuelve en corto o en largo, siempre mejorado, que mete la pierna como el que más, que diseña la velocidad y el despliegue del equipo con el pensamiento. Prados, el recuperador, hizo méritos para acompañarle en el doble pivote, si bien Vesga seguirá teniendo sus opciones. En la media punta, Sancet, el esquiador impredecible, puede convertirse al fin en el gran jugador que vimos en buena parte de la temporada. En la delantera los Williams merecen comentario aparte. Nico se ha convertido ya en un crack mundial e Iñaki hizo la mejor temporada de su vida. No parece aventurado suponer que la brillantez de cada uno fue un estímulo para el otro, pocas cosas tan bonitas caben en el deporte como triunfar juntos y compartir el cariño de la afición. Hay otras opciones, naturalmente, pero seguro que se arrepentirían años después en el caso de que decidieran romper esa felicidad compartida.

Ruiz de Galarreta será de nuevo el centro de gravedad del equipo, qué lástima no haberlo recuperado unos años antes

Y luego vienen los demás, argamasa imprescindible entre las piedras angulares. El Athletic es un buen equipo que puede convertirse en un gran equipo que dispute los partidos y la clasificación a los mejores si se atreve. Para ello es muy importante la confianza. Pensaba estos días en el modo milagroso en que los Beatles fueron componiendo, en poco tiempo, sin parar, canciones inolvidables, una tras otra; en Bach, que escribía una cantata o tocata para la misa del domingo; en Van Gogh pintando cientos de cuadros en unos pocos años de pasión, convicción y un puntito de locura.

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