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La Real Sociedad ganó exageradamente al Athletic. Mereció la victoria por su mayor eficacia ante el gol, pero la diferencia en el juego no fue ... para tanto. Ni en el juego ni en las ocasiones. El primer gol llegó como consecuencia de tres rebotes desafortunados, el segundo tras una contra en la que un mal control del delantero centro propicia que le llegue el balón a Take Kubo, quien remata solo contra el portero. Un instante antes Iñaki Williams había tenido una gran ocasión en jugada, que no acertó a convertir en gol, y otra aún más clara en la primera parte a un centro perfecto de su hermano que solo había que tocar y en cambio le dio al aire. El tercero llegó tras un saque desafortunado de Unai Simón, una falta de control en el centro del campo y un pase relativamente sencillo de Zubimendi, con mucho espacio, que convierte en gol Oyarzabal tras driblar al portero, que no se había decidido a salir. Pero es que el Athletic tuvo las dos clarísimas de Iñaki Williams ya citadas, otra igual de clara que no aprovechó Muniain, un remate de cabeza de Guruzeta, que está solo y la envía fuera, otros malos remates de cabeza, de Dani García, de Berenguer, a los que hay sumar el remate de Prados con el pie, que sacó Remiro. El Athletic no tuvo tantas ocasiones como la Real, tuvo más, pero no estuvo inspirado.

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elcorreo Un marcador exagerado