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Iñaki Gómez Mardones, presidente de la Federación Vizcaína de Fútbol, llevaba 19 años sentándose en la mesa presidencial entre los directivos del Athletic, una prerrogativa que tiene desde hace décadas el máximo dirigente del fútbol territorial. Sin embargo, este martes no ha hecho para «evitar ... incidentes», según ha relatado a EL CORREO.
Mardones ha explicado que desde el Athletic se le ha relatado que en las reuniones previas con compromisarios previas a la cita de hoy varios de ellos «vinculados a Iñigo Cabacas Herri Harmaila» habían advertido que iba a protestar por su presencia por considerarlo afín al expresidente de la Federación Española, Luis Rubiales.
Mardones era directivo del exdirigente, pero no acudió a apoyarle en la asamblea extraordinaria en la que se negó a dimitir. En todo caso, el presidente de la Vizcaína fue el único de los cinco dirigentes vascos de la junta del granadino que no presentó su dimisión. Explicó en aquellos días a este periódico que se mostraba muy crítico con la postura de Rubiales, pero que se mantenía en el cargo porque entendía que no tiene sentido dimitir cuando se da por hecho que Rubiales sería inhabilitado.
El secretario de la junta, Jon Salinas, le telefoneó el pasado viernes. Le explicó que habían recibido el aviso de que podría haber protestas contra su presencia. «Fue muy elegante. Me dijo que si debía expulsar a alguien de la asamblea, lo haría. Pero decidí no ir para evitar al club y a mí mismo un momento desagradable», explicó Mardones, quien recordó que en su reelección hace cuatro años obtuvo 97 votos a favor y apenas tres en contra. El domingo acudió al palco en San Mamés «para desearles suerte en la asamblea».
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