De Marcos vuelve a ser indiscutible

Sea como fuere, lo consiga o no, estamos viviendo algo totalmente inesperado. Hace apenas año y medio, nadie contaba con que De Marcos pudiera aspirar a estos números de leyenda. Ni siquiera él mismo confiaba en ello y así lo dejaba entrever en sus entrevistas y declaraciones en ruedas de prensa. Siempre hablaba con mucha prudencia, sin hacerse demasiadas ilusiones sobre su durabilidad. Él sólo quería renovar si se sentía con fuerzas y mentalidad como para ser un futbolista importante para el equipo. Y las lesiones, que habían comenzado a perseguirle desde el 24 de agosto de 2017, cuando salió del campo del Getafe con muletas tras sufrir un esquince en su tobillo izquierdo, le hacían desconfiar.

El tobillo izquierdo

Aquella lesión tardó en curar. En cierto modo, no se terminó de ir. Dos años después, también jugando contra el Getafe, en este caso en San Mamés en el estreno liguero, el expreso de Laguardia volvió a lesionarse en la misma zona. Tras un primer intento de recuperación con una terapia conservadora, se tuvo que acabar operando en la clínica Ruber de Madrid. La operación salió bien, pero ese tobillo izquierdo ya se convirtió para De Marcos en lo que para Aquiles fue su famoso talón derecho. Siempre estaba ahí, amenazador. Esta misma temporada, en el duelo contra Osasuna en El Sadar, se tuvo que retirar en el minuto 34 por una entorsis en ese tobillo; una lesión leve sí, pero que le hizo perderse los dos únicos encuentros que se ha perdido esta temporada, ante el Betis y el Mallorca.

Entre las temporadas 2019-20 y 2021-22, ese punto débil que le llevaba al dique seco y le impedía coger un alto ritmo de juego, rebajó considerablemente su papel en el equipo. En la campaña 2019-20, sólo fue titular en 6 partidos de Liga. En la 2020-21, en 17. Y en la 2021-22, en 19. En total, 42 titularidades en Liga en tres años, una cifra realmente pobre para un futbolista, extraordinario atleta, que, cuando la salud le responde es una máquina de jugar. En la primera temporada con Bielsa, por ejemplo, sumó 56 partidos en tres competiciones y en la temporada 2015-16, con Valverde, 54.

Segunda juventud

Pues bien, aquel De Marcos poderoso ha vuelto. Hay un dato muy interesante que ilustra este regreso: entre la pasada temporada y el tercio que se lleva de esta, el segundo capitán del Athletic -y ahora mismo el que acostumbra a salir con el brazalete en los partidos porque Muniain no sale de inicio- ha sido titular en 43 partidos de Liga, uno más que la suma de los tres ejercicios antes citados. Se diría que el alavés está viviendo una segunda juventud cuando hace bien poco muchos le daban por amortizado. De hecho, él mismo, cuando firmó su renovación por un año en febrero de 2021, reconoció que en 2020 llegó a pensar muy seriamente que estaba viviendo su última temporada como rojiblanco.

Conservar de esta manera a De Marcos, un veterano de 34 años con 15 cursos en el club, es una gran noticia para el Athletic. Lo es por tres razones fundamentales. La primera tiene que ver con una cuestión de estricta necesidad. En la plantilla, sencillamente, no hay otro lateral derecho que le haga sombra, y tampoco se observa en el horizonte un sustituto de verdaderas garantías. La segunda razón es que De Marcos, que suma un gol y tres asistencias, es un tipo de lateral de largo recorrido que encaja como un guante en el tipo de fútbol descamisado que propone Valverde. Y la tercera es la actitud. Hablamos de un jugador incansable, como lo es Iñaki Williams; de ahí que esa banda derecha, con esos dos tipos tan 'pesaos', tan insistentes, los dos que más minutos de juego acumulan de la plantilla, esté siendo esta temporada un infierno para muchos de los rivales del Athletic.

Así las cosas, el hecho de que el futbolista de Laguardia termine contrato el próximo 30 de junio ni siquiera genera un pellizco de incertidumbre en el club o en los aficionados. Si le respetan las lesiones, si el tobillo no vuelve a atormentarle, la renovación de De Marcos será un simple trámite. Eso sí, obligado.