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Carlos Ruiz recuerda con orgullo los duelos contra el Real Madrid. Hubo victorias y derrotas, goles y lesiones, pero aquellos días previos al choque y el momento de enfrentarse a los blancos cargaban San Mamés de una energía especial. «Eran partidos en los que no hacía falta motivar a los jugadores, al revés, había que rebajar la euforia. Solíamos decir: 'No sé cómo comeremos, pero de postre el merengue nos lo llevamos por delante'», rememora divertido el último 'Pichichi' rojiblanco. Por eso lamenta que mañana reine silencio en La Catedral. «La ausencia de la afición beneficia al Madrid. El Athletic empieza la Liga con ocho o nueve puntos más por su público», constata. Bucea en la historia y encuentra el enfrentamiento del 29 de diciembre de 1974. «Ellos venían de ganar 12 partidos seguidos y les vencimos por 1-0 con un gol mío». Lo describe como si fuera ayer. «Me llegó un centro desde la izquierda, controlé con el pecho, apareció Goyo Benito y le pasé el balón por encima. Sin dejarlo caer rematé y marqué». Hablando del defensa madridista: en el año del debut de Carlos le lesionó con una dura entrada. «Me quitaron los meniscos. Estuve dos meses fuera, pero regresé para la nueva temporada».
A Andoni Goikoetxea le encanta recordar los viejos tiempos, traer la gloria pasada al presente. Suelta una risa sincera cuando se le pregunta por los delanteros del Real Madrid que más problemas le daban a la hora de defender su territorio. Nombra a tres: «Santillana, Hugo Sánchez y Butragueño». Del primero recalca que fue un magnífico «rematador de cabeza», que el mexicano destacaba por su «velocidad y por dar siempre la cara» y que el 'Buitre' «sabía dónde colocarse, intuición pura». El mítico central rojiblanco subraya que el duelo frente a los madridistas «era el partido de la temporada en San Mamés, mucho más que contra el Barcelona o la Real Sociedad». Se resigna al pensar que mañana las gradas estarán vacías. «Estamos con la soledad de La Catedral», añade. Pero enseguida recupera el ánimo y pone cifras encima de la mesa. «El Athletic ha jugado tres partidos en casa y ha sacado siete puntos, dos victorias y un empate. Parece que no se le da nada mal». Y entonces retrocede de nuevo en el tiempo y habla de su gol en la temporada 1983-1984, la del doblete. «Nos jugábamos el título. Stielike hizo el 0-1, pero yo empaté y Dani marcó el 2-1. Lo recordaré toda la vida, y ellos también».
«Máxima exigencia». Son las dos palabras con las que Ismael Urzaiz describe los enfrentamientos con el Real Madrid. «Es un 'clásico', el partido más esperado por la gente», remarca el exdelantero del Athletic, quien disfrutó, sufrió, discutió y peleó por cada centímetro de la hierba con la defensa blanca. Dio grandes tardes a su afición, que mañana no podrá arropar a los suyos. «El equipo lo echará de menos. San Mamés no será una caldera». Es lo que hay y tocará volar en silencio, tratar de imponerse a un rival que más que un equipo es un batallón de castigo. «Los puntos valen lo mismo, pero es un día especial. Si logras ganar al Madrid, además de los puntos regalas felicidad a tu gente. Les das una dosis de alegría mayor», constata el hombre que ha visto dudas en las miradas de los 'merengues' cuando pisaban La Catedral. «El Madrid siempre sabe que puede perder en San Mamés. La clave estará en la eficacia, en meter la segunda ocasión clara que tengas. Si no -advierte-, costará más». Suspira al hablar de sus duelos con Fernando Hierro. «Él era espectacular. Eso sí, mi físico le ponía en apuros y utilizaba de todo. Me hubiese gustado jugar entonces con la poca permisividad que dan ahora a los defensas en sus peleas con los delanteros».
Julen Guerrero asegura que los compromisos con el Real Madrid en San Mamés siempre están «marcados en el calendario». Uno de los grandes mitos del Athletic destaca que se trata de un «partido que todo el mundo quiere jugar y ver, un 'clásico' de la Liga». La ausencia de público rebajará la temperatura ambiente y permitirá respirar a los 'merengues'. «Todos los clubes necesitan de la grada, pero en el caso del Athletic esa necesidad es aún mayor. Hablamos de una de las aficiones que más puntos da a su equipo al final de la temporada. Se le echará de menos porque es el alma rojiblanca», indica el portugalujo, quien lamenta que un encuentro de esta categoría se dispute en ausencia de ruido. Explica que los choques frente a los blancos son de «mucho desgaste» y que exigen un «alto nivel de concentración. Ellos son capaces de ganar sin tener que hacer un buen partido. Es por su pegada, en eso son diferentes». Un guion miles de veces escrito con cientos de finales felices para los madridistas. Guerrero resalta que, al igual que otros clubes, el Madrid siempre ha «respetado mucho al Athletic y su afición. Es por el ambiente tan especial que se vive en el campo. Los 90 minutos son muy largos en San Mamés». Y más en un 'clásico'.
Carlos Alonso González, más conocido como Santillana, es una de las leyendas del Real Madrid. 645 partidos oficiales y 290 goles. Una barbaridad. Pues bien, resulta que la leyenda tenía un referente y no era un delantero. Vestía de negro y llevaba el 1 en la espalda. «Iribar era un ídolo para mí. En la temporada 1972-1973, todavía era un chaval -20 años-, marqué al Txopo y hasta me dio pena. Tenemos muy buena relación. Es buena gente, además de ser uno de los mejores porteros del mundo». El cántabro, un goleador y cabeceador fantástico, recuerda con cariño los enfrentamientos con el Athletic en La Catedral. «Era uno de los mejores estadios de la Liga. El césped estaba perfecto. ¡Que ambientazo había! Me gustaba San Mamés porque la gente entendía de fútbol y además era respetuosa con el rival». Le cuesta imaginar un 'clásico' en silencio. «Será raro. La afición del Athletic anima a su equipo y también sabe reconocer los méritos ajenos. Cuando ha tenido que aplaudir, nos ha aplaudido, y cuando ha tenido que silbar, nos ha silbado. Jugar en Bilbao era estupendo», detalla. «Siempre han contado con buenos jugadores y han sabido competir muy bien. Era un derbi sano, lleno de respeto mutuo», constata.
Lo que más le molesta a Rafael Martín Vázquez (341 partidos con el Madrid y 47 goles) es la hora del partido de mañana. «¿A las dos de la tarde? ¿Un Athletic-Real Madrid? Con el calor que puede hacer. Encima unos jugándose el título y otros Europa. Estoy seguro de que los futbolistas preferirían jugar a las nueve de la noche sin público que a las dos con gente. Al menos es lo que pienso yo». Uno de los integrantes de la 'Quinta del Buitre', el más técnico, habla con profundo respeto del conjunto bilbaíno. «La primera vez que pisé San Mamés fue en las semifinales de una Copa juvenil. Tenía 16 años. La segunda vez ya fui como profesional, el día que nos marcó Dani (1984). Perdimos aquella Liga por el gol average». El madrileño apunta que era «duro y bonito jugar en La Catedral. El campo te aplaudía si lo hacías bien. El fútbol se saborea en San Mamés. Tiene un ambiente diferente». Justo lo que faltará mañana, el alma de un partido. «No será lo mismo. Habrá que afrontarlo de la mejor forma posible en uno de los escenarios mágicos de la Liga». Todavía no ha visitado el nuevo estadio y tiene ganas. Pregunta por varios exjugadores del Athletic, antes adversarios y siempre compañeros. «Daba gusto jugar allí».
El hombre que trajo la 'séptima' a las vitrinas del Real Madrid confiesa su predilección por San Mamés. Es un campo en el que le encantaba jugar y tiene en altísima estima a la afición rojiblanca. «Los Athletic-Real Madrid son partidos de gran rivalidad. No será igual sin público. Todos sabemos que San Mamés es el jugador número 12», relata el montenegrino, quien opina que las gradas vacías darán una pequeña ventaja a su antiguo club. «Junto con el Villarreal, el Athletic es el único equipo que puede dar problemas al Madrid en su lucha por el título». Dice Mijatovic que contra los bilbaínos «jamás puedes estar tranquilo en su campo. Te obligan a estar concentrado al máximo y a no relajarte nunca. La afición es caliente y anima a los suyos, pero es respetuosa con el rival. A mí llegaron a aplaudirme cuando hice algo bueno. San Mamés sabe reconocer los buenos jugadores, las buenas jugadas», asegura. El de Podgorica admite que los blancos «tienen siempre marcado el partido de Bilbao. Son duelos duros, bonitos, de ida y vuelta. A mí solían salirme las cosas allí. Lo que imaginaba, pasaba». Y lanza un aviso a los 'merengues': «Incluso sin público, el Madrid tendrá que sudar la victoria».
«Los puntos valen igual, los futbolistas son los mismos, pero faltará el calor ambiental. Jugar en San Mamés sin público es descafeinado». Alfonso Pérez Muñoz habla de uno de los 'clásicos' de la Liga desde la República Dominicana, donde voló hace algo más de un mes por negocios. Le cuesta procesar un Athletic-Real Madrid con las gradas vacías. «Será diferente. Es un campo que aprieta y ayuda a su equipo. Siempre ha sido complicado para el Madrid jugar allí, pero ahora saldrá beneficiado porque no sentirá la presión de la gente», reflexiona el delantero, quien militó en el primer conjunto blanco durante cinco temporadas, además de otras dos en el filial. El getafense, que está desconectado profesionalmente del fútbol, recuerda los grandes ambientes en La Catedral cada vez que venía con los 'merengues'. También con el Betis y el Barça, pero como blanco eran más potentes. «Es una afición que aprieta y también peculiar porque sabe reconocer el buen trabajo del rival. Hablamos de un 'clásico' de la Liga, de un partido especial». No se olvida de sus duelos con «Patxi Salinas y Rafa Alkorta», cuando saltaban chispas, ni tampoco de Aitor Larrazabal. «También me daba bien», dice risueño.
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