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Unai Núñez está en Italia, pero con el mono de trabajo puesto. Mientras sus compañeros de equipo andan por el mundo en traje de baño y 'cuelgan' paraísos en sus cuentas de Instagram, el defensa del Athletic está inmerso en la disputa de la Eurocopa ... sub'21. La selección no empezó con buen pie su aventura continental al caer en su estreno contra la anfitriona (3-1), duelo que el portugalujo vio desde el banquillo, sitio que le escuece. Confía en remontar el vuelo y llegar lejos en el torneo. «Nuestro trabajo ahora es ganar los dos próximos partidos», comenta animado el rojiblanco. Hoy toca medirse a Bélgica, que perdió en su debut ante Polonia, por lo que el encuentro adquiere la categoría de final. Más allá de la actualidad internacional, Núñez atiende a EL CORREO desde el hotel de concentración en Bolonia y accede a una charla informal, diferente, en la que regresa al pasado para explicar su presente. El de un jugador que tiró la puerta abajo en 2017 y llamó la atención por su contundencia y firmeza en las tareas defensivas.
– Y eso que, de pequeño, no quería ser central.
– Es verdad. En el Danok Bat empecé como mediocentro. Cuando íbamos perdiendo nos ponían en la delantera a Aitor Arego y a mí. A los grandes del equipo. ¡Remontábamos todo! Lo que me gustaba de pequeño era meter goles.
– Y le llevaron a Lezama.
– A hacer unas pruebas. Me cogieron como mediocentro, pero vieron que no servía para ese puesto. Así que me colocaron de central. He tenido suerte de llegar al primer equipo siendo central. Lo que yo quería era meter goles, pero ahora prefiero defenderlos.
– Iba para veterinario.
– A ver, veterinario tampoco. Acabé el Bachillerato y como tenía tantos entrenamientos no podía ir a la Universidad. Así que me apunté a un curso de Auxiliar de Veterinaria. Siempre me han gustado los animales y quería meterme en esa rama y compaginarlo con el fútbol. Pero lo he dejado. No puedo hacer las dos cosas, no hay tiempo. Me he apuntado a clases de inglés.
– ¿Qué tal se le da?
– Lo he estudiado toda la vida y hasta el Bachillerato, pero al tener una conversación se me complica. Cuando me voy por ahí de vacaciones... entender, me hago entender, pero como un indio. Tengo margen de mejora.
– Tiene dos perros. Juntos dan un poco de miedo.
– Nooo. Son dos perritas más buenas que el pan. Son grandes. Me gustan así. Si tengo perros, que sean grandes.
– Lleva toda la vida en Lezama, desde alevines (2007). ¿Siempre tenía esa pinta de duro?
– Pues sí. No creo que diera miedo a los chavales. Es mi genética. Es un privilegio que he heredado de mi familia y siempre he sido de los más grandes y de los más fuertes. El tema es que había que mejorar en otras cosas.
– ¿Por ejemplo?
– Cuando llegué a Lezama era todo físico y me faltaba calidad. Con todos los años que llevo en el Athletic he visto una evolución en mi calidad técnica, aunque reconozco que todavía me falta mucho por mejorar.
– ¿Tenía algún ídolo de pequeño?
– Ver fútbol, no veía mucho. Pero a mi aita y a mi hermano les encanta y si la tele estaba encendida es porque había fútbol. Acababa viéndolo. Yo me fijaba más en los delanteros, en la gente que metía goles. Iba creciendo y me enteraba más de lo que realmente era el fútbol. Una vez en el Athletic me fijaba mucho en Amorebieta y luego en Gurpegui. Más adelante, cuando subí al primer equipo, ahí estaba Aymeric Laporte. He tenido la suerte de jugar con él.
– Hacían buena pareja.
– No éramos malos, no. Me gustaba jugar con él. Y ya fuera del Athletic había grandes jugadores como por ejemplo Puyol.
– ¿En qué le ha cambiado la vida desde que está en el primer equipo?
– Me ha cambiado de una forma abismal. Intento ser la misma persona de siempre, amigo de mis amigos, fiel a mi familia. Es verdad que todo ha cambiado mucho, me cuesta concretarle qué cosas. Vas por la calle y la gente te reconoce. Me animan. Y cuando las cosas van un poco mal como este año me meten las gomas. Hay un poco de todo.
– Es joven, famoso, con dinero. ¿Desconfía más de la gente?
– Llegas a desconfiar un poco. Pero como trato con gente con la que he estado desde pequeño no tengo por qué desconfiar. Hay que tener claro en esta vida que amigos, amigos de verdad, son pocos.
– ¿Qué es lo que menos le gusta de su profesión?
– (Se lo piensa un rato). No jugar. Quiero jugar todo lo posible. En el banquillo se pasa muy mal.
– Después de tirar la puerta abajo en su temporada de estreno, la 2017-2018, este año ha jugado poco. ¿Cómo lo ha llevado?
– Hace dos años tuve suerte de que el míster (José Ángel Ziganda) confiara en mí. Creo que di la talla. Aprendí mucho. Y este año, aunque no haya jugado, también he aprendido. He tenido la suerte de que en todas las categorías del Athletic y hasta el primer equipo he jugado todo. Nunca he estado en esta situación. Se me ha hecho un poco difícil, diferente. Pero son etapas y todos los futbolistas han pasado por ello.
– A pesar de ello, el Athletic quiere mejorarle el contrato. ¿Habrá novedades pronto?
– No sé nada. Estoy centrado en la selección sub'21 y en el Europeo. El verano es muy largo y tengo contrato. No es algo que me preocupe.
– Tampoco sabrá que gusta en la Premier.
– No, yo no sé nada. Le he dicho a mi agente que me deje un poco fuera de estos temas. Estoy centrado en el Europeo. Hay verano y tiempo para hacer lo que haya que hacer.
– ¿La élite es como se la imaginaba?
– Me la imaginaba tal y como es. Cada vez hay más dinero en el mundo del fútbol y los equipos son mejores. La igualdad está ahí y todo el mundo te compite los partidos.
Unai Núñez es de Portugalete y tiene 22 años.
En el Athletic. Llegó a Lezama en 2007, con 10 años, y pasó por todas las categorías inferiores.
Primer equipo. Dos temporadas, 50 partidos, un gol.
Contrato. Hasta 2023 con 30 millones de cláusula.
¿Quién es el delantero o atacante con el que más ha sufrido en el campo?
– Es difícil. Pero todo el mundo tiene claro que el jugador más difícil de defender y el que más te complica la vida es Messi. He jugado dos veces contra él y tampoco hizo gran cosa, pero ganaron. Nunca sabes por dónde te va a salir y ve lo que nadie puede ver.
– Este año va a tener pocas vacaciones. ¿Qué plan de trabajo tiene? ¿Cuándo se incorporará a la pretemporada?
– Todavía no he hablado con el míster ni con el delegado. Todo dependerá de si nos eliminan o si pasamos de la fase de grupos y llegamos a semifinales, o a la final.
– El día 4 de julio no estará en Lezama.
– ¡Yo también tengo que descansar! Espero que al menos nos den un par de semanitas a mí y a Unai Simón. Si no, nos pegamos un tiro.
– Va a encontrarse con pocas caras nuevas cuando regrese.
– El mercado del Athletic es muy cerrado, pequeñito. Es muy extraño que se incorporen jugadores. Y si lo hacen, todo lo que sea sumar al equipo, pues mucho mejor.
– ¿Vale con los chavales que suben y con lo que ya hay?
– Plantilla hay de sobra. Si suben además chavales de la cantera, como yo, es algo bueno. Es bueno que les den confianza.
– ¿Qué quiere hacer con el Athletic? ¿Con qué sueña?
– Tengo pensadas miles de cosas. Lo que más me llama es ganar un título con el Athletic. ¿Si lo veo posible? Todo es posible en el mundo del fútbol. Así que la respuesta es sí.
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