Lezama sigue dando sus frutos

Luis Enrique no hizo mención de la nueva normativa FIFA, en vigor desde 2020, que permite a los menores de 21 años -Nico acaba de cumplir los 20- y a los que han jugado un máximo de tres partidos cambiar de selección, lo que quiere decir que el mero hecho de debutar con España no le cerraría las puertas de la selección en la que ya está su hermano.

Estamos ante una convocatoria ciertamente precoz. Al pequeño de los Williams le han bastado 47 partidos en el Athletic (14 como titular, solo uno completo), y cinco en la sub'21 de Luis de la Fuente, para llamar la atención del seleccionador absoluto. Es verdad que a su hermano Iñaki le hicieron falta tres partidos menos con el primer equipo rojiblanco, y una Eurocopa sub'21, para que Del Bosque le llamara a filas, aunque su debut se produjo en un amistoso ante Bosnia, y su papel en la selección no pasó de formar parte del grupo de jugadores que ayudaron a preparar la participación en la Eurocopa de 2016 y en el Mundial de Rusia de 2018. En Ghana ha encontrado ahora la oportunidad de brillar en la competición de más alto nivel.

En el caso de Nico estamos hablando de que le han llamado para dos partidos de competición oficial. Si llega a debutar, lo hará con 20 años recién cumplidos. Iñaki se estrenó a los 22 años. Julen Guerrero, uno de los últimos estandartes del club, debutó con 19. Siempre es una gran noticia para el Athletic que un chico que ha recorrido todos los escalones de Lezama desde los alevines llegue tan pronto a lo más alto. El suyo es el éxito de una cantera inagotable, tantas veces criticada injustamente.

Luis Enrique explicó que Nico Williams llega a la selección por su condición de extremo puro, de los que van quedando muy poquitos en el fútbol actual, donde abundan los exteriores que juegan a pie cambiado (también en el Athletic) para facilitar su trayectoria diagonal hacia el corazón del área. Aquellos extremos que corrían paralelos a la banda, desbordaban a su marcador con un regate y centraban con la pierna natural son hoy en día tan raros de ver como un unicornio azul. Prácticamente nos tendríamos que remontar a los tiempos de Estanis Argote para presenciar semejante prodigio. A lo mejor, que Nico Williams vista la camiseta con el 'once' es una premonición.

La internacionalidad de Nico es una gran noticia que ratifica la validez de la apuesta del Athletic en estos tiempos de mercados desbocados. Pero en el fútbol no existen las certezas ni las verdades absolutas y todo puede cambiar de manera radical de la noche a la mañana. Está muy bien celebrar el paso adelante que ha dado en su carrera el menor de los Williams, pero estará mejor si todo el mundo, empezando por el propio jugador, mantiene la cabeza sobre los hombros.

En este fútbol de hoy en día en el que las estrellas se encienden y se apagan en función del último resultado, un club como el Athletic está más obligado que ningún otro a no perder la perspectiva y trabajar en el presente con un ojo puesto en el futuro.

La llamada de Luis Enrique ha convertido a Nico en la imagen más visible de una camada de 'cachorros' sobre la que el aficionado ha depositado fundadas esperanzas. Es responsabilidad de todos que esas esperanzas se conviertan en realidades y no en hipotecas para el club.