Lanzamiento de botellas y objetos contra el autobús del Real Madrid a su llegada a San Mamés

Entre 500 y 1.000 aficionados esperaban la aparición de los vehículos que traían a los jugadores. El primero en aparecer fue el autobús del Athletic, recibido con una fuerte ovación y gritos de ánimo. Se encendieron bengalas, algo que está prohibido. Varias decenas de agentes de la Ertzaintza formaron un cordón con cintas para que circularan tanto la expedición rojiblanca como la visitante. El desfile del Athletic discurrió arropado por sus seguidores, con cientos de bufandas al aire. «¡A por ellos, oé!».

Luego llegó el turno para el autobús del Real Madrid, que había estado alojado en un céntrico hotel bilbaíno. Y al paso de los madridistas se produjo el incidente. Sobre el vehículo cayeron botellas, latas y varios objetos. Uno de los impactos rompió una luna lateral. El autobús cuenta con dos lunas, una exterior y otra interior, lo que evitó que los pasajeros resultaran dañados. La expedición madridista, escoltada por varias furgonetas policiales, pudo completar el centenar de metros que le separaban del acceso a San Mamés. Una vez aparcado dentro del estadio, varios operarios del club blanco trataron de reparar los daños.

Agentes de la Ertzaintza identificaron a uno de los supuestos lanzadores de objetos contra el autobús del Real Madrid. Según algunos testigos, parte de la afición rojiblanca recriminó por su actitud a los que arrojaron latas, vasos y botellas.

El conjunto entrenado por Ancelotti ingresó en La Catedral sin más problemas para preparar el partido de Copa frente al Athletic. Durante toda la tarde, las banderas y los símbolos rojiblancos se adueñaron de la ciudad. La riada de seguidores ocupó las calles cercanas a San Mamés en los momentos previos al encuentro.

Durante el partido, el ambiente en La Catedral fue el de las grande citas coperas, con la afición rojiblanca volcada a favor de su equipo. Los jugadores de Marcelino contaban antes del duelo con ese apoyo extra y lo tuvieron. La eliminatoria era a partido único y que se jugara en San Mamés suponía un punto a favor del conjunto rojiblanco. La grada hizo su trabajo e impulsó al Athletic durante todo el partido. Pese a que la pandemia ha obligado a reducir un cuarto el aforo, las voces de los seguidores acompañaron a su equipo desde el pitido inicial.